Cartas
www.cubaencuentro.com Lunes, 28 de abril de 2003 www.cubaencuentro.com

Encuentro en la Red agradece los comentarios, inquietudes y críticas de sus lectores. Las cartas no deberán exceder las 200 palabras e incluirán el nombre y la ciudad del remitente. La redacción se reserva el derecho de editar o resumir los textos.

Hubiera querido tener el talento literario de Eliseo Alberto Diego, para escribir algo similar (México DF: En defensa de Raúl Rivero). Conmueve hasta lo más profundo de las fibras de un cubano. Sé que utiliza la frase "Revolución popular, legendaria y poderosa" con fina ironía. No obstante, la repetición de este término me perturba, me incomoda. Porque la Revolución cubana existió hace ya mucho tiempo. Fue popular, legendaria y poderosa. Ya no es más. La contrarrevolución encabezada por el propio Fidel Castro la aniquiló. Y nos duele que así sea.

Ana J. Faya, Canadá

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Estoy tan de acuerdo con la carta de Alina Brouwer y con el artículo al que cita (Fusilados, presos y rehenes, de Manuel Díaz Martínez), que no se me ocurre decir más. Sólo una cosa, que no recuerdo quien dijo, pero que es algo así: "Puedes no hacer lo que quieres, pero no estás obligado a hacer lo que no quieres."

Saludos desde México,
José A. Fernández

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Carta abierta a Manuel Díaz Martínez

A finales de los años 70, mi padre estuvo en la "Unión Soviética", dando un ciclo de conciertos con orquestas muy prestigiosas, yo tendría apenas 9 o 10 años y salvo algún comentario sobre la calidad de las orquestas y/o la burocracia típica de esos sistemas, sólo recuerdo los dos o tres chistes traídos por mi viejo, de la tierra de los "bolos"; chistes que habían sido "cocinados" por ellos mismos. Uno de ellos, contaba mi padre con deleite, describía a un perro americano que había ido de visita a la Unión Soviética, y allí otro perro soviético le dio el "tour" de rigor, mostrándole todos los logros que ellos, los perros comunistas, habían alcanzado: la educación, la salud socializada, los grandes avances científicos, en fin, el paraíso en la tierra. El perro americano, ya en su avión de regreso al "imperio", se encuentra al perro soviético, escondido debajo de su silla, y extrañado, le pregunta qué hace allí, tratando de escapar, si lo tiene todo en su paraíso de los trabajadores, a lo que el perro soviético le contesta: sí, eso te he dicho... pero yo lo que quiero es ladrar.

En estos días terribles, he leído artículos y escuchado opiniones respecto a lo que ha pasado en la Isla, y modestamente, quisiera decirle que me parece muy exacto el análisis que usted ha hecho sobre todo lo acontecido. Además, le admiro su capacidad para todavía conceder el beneficio de la duda. Definitivamente, los años de prisión y los fusilamientos son mensajes dirigidos al pueblo de Cuba, rehenes al fin, de que eso también les puede pasar a ellos. Al igual que los mítines de repudio, que más que repudio para los que los sufren son mensajes de terror para el resto de la población, incluyendo a quienes participan activamente en dicha persecución.

De la lista de firmantes de esa infame carta, le puedo decir que, sin temor a equivocarme, conozco personalmente al 90% de ellos, les vi en mi casa en muchas ocasiones, me vieron nacer, crecer, etc. Es evidente que el "Comandante en Jefe, Fidel" no ha querido asumir estos presos y estos muertos él solito, y ha comenzado a repartir esa carga, que es sin duda bastante pesada de llevar.

Tener miedo es algo tan humano como amar, todos sentimos miedo, pero adjudicarnos el papel de Dios, apoyando la encarcelación de otros semejantes, porque sólo quieren "ladrar", y firmando la sentencia a muerte de unos infelices que escapaban, probablemente sin ellos mismos tener conciencia de que no sólo muestra lo aberrante de ese sistema, y que mi padre y algunos de sus colegas hayan puesto sus nombres y apellidos a semejante documento, va mucho más allá que sentir miedo por sus vidas; es un acto de cobardía.

Sólo me mueve a escribir estas líneas el dolor y la vergüenza que siento. Quién sabe si algún día uno de estos artistas y/o intelectuales, se encuentren en algunos de sus conciertos o en algunas de sus conferencias a alguien que se les acerque, no ya para pedirles sus autógrafos o decirles lo mucho que les admiran, sino para identificarse, como familiares de los muchachos fusilados o parientes de los presos. Mucho me temo que ni mi padre, ni sus colegas, van a poder, nunca más, caminar las calles de nuestra querida Cuba, con la ligereza y el desenfado con que lo hicieron ayer. Ese va a ser su castigo.

Quedo de usted,
Alina Brouwer

Referencias
Fusilados, presos y rehenes
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Acabo de hablar con un amigo que esta mañana conversó por teléfono con su familia en Cuba. Ellos viven en las Villas y están aterrados, "viendo caer en el patio de la casa las bombas que han lanzado en Irak". Eso nos revela que una vez más Castro ha acudido a su vieja táctica: amedrentar al pueblo con la invasión americana. Cada vez lo consigue con menos gente, pues el pueblo le cree menos, pero como es dueño de la información, crea un clima histérico que termina por envolver a los menos informados, a la gente simple que ya casi no puede vivir sin un temor de turno. ¿No sería bueno solicitar a Washington que declare públicamente su desinterés en un ataque militar a Cuba, para desmentir así a Castro y desarmarle? Sería además un buen momento, dada la crisis internacional en que se encuentra. Cada vez que tiene una crisis así, quien paga los platos rotos de su paranoia es el pueblo cubano.

Ana Núñez, Los Ángeles

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Desde Toronto les escribo para una vez más reiterar mi apoyo a su labor y la manera tan efectiva en que están trabajando en este momento, ustedes son el mejor espacio de cohesión para todas las voces que se oponen a la brutal represión desatada por el gobierno de Fidel Castro contra el pueblo cubano. Este es un momento para estar unidos contra el enemigo común de la nación cubana.

Saludos,
Ricardo Acosta

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Soy un "self made man" y no tengo la capacidad intelectual para enviarles un artículo como el que quisiera: muy medido, con exquisito cuidado de no ofender, preguntando a nuestros amigos Cintio Vitier, Fina García Marruz, César López, Reinaldo González…, qué necesidad tenían de adherirse al "Mensaje desde La Habana" los dos primeros, y de realizar las declaraciones de ayer en El País los dos segundos. Ojalá alguien tome el testigo y pueda hacer el artículo que yo hubiera querido escribir.

Con profunda tristeza, un abrazo.

Demetrio López

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Hace un año tomé la decisión de llamar a un periodista independiente y expresarle mi apoyo. Lejos estaba de imaginarme que el tal "periodista" era un infiltrado y mucho menos que un año más tarde iba a traicionar la causa que a tantos fuera del país nos ha inspirado a escribir, llamar y hasta ofrecer dinero. Fui uno de esos que mandó dinero a este sujeto a raíz de las detenciones, escasamente unos días antes de hacerse pública su verdadera afiliación. Si el objetivo del gobierno castrista es dividir a la disidencia y crear la duda sólo han logrado que continúe en mi empeño, hoy en día con más razón, pues son decenas de verdaderos periodistas y disidentes los que están en las cárceles y cuyos familiares necesitan más que nunca de nuestro apoyo. Ser cautelosos a partir de ahora no significa que vamos a abandonar la lucha.

Lázaro Lorenzo

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Me honra mucho que cada vez surjan intelectuales que dediquen su tiempo, su pensamiento, escritura y conferencias en la lucha por la libertad de Cuba y su democracia, y también por todo nuestro continente. Estoy con ustedes y los apoyo. Muchos deseamos intervenir, pero nuestro trabajo y, por qué no decirlo, nuestra formación intelectual, nos limita incluso el acceso a los medios. ¿Qué tal sería si nos dieran acceso a los medios de comunicación? Para expresar las ideas y también para escribir las firmas de todos los ciudadanos del continente y de esta manera empezar una nueva lucha de libertad e independencia. El continente americano tiene grandes intelectuales, premios Nobel, grandes científicos, políticos y sociólogos de gran valor, que nos han llenado de orgullo y honra. Espero que este humilde mensaje les sirva de estímulo.

Adela Plat de Resler

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Soy escritor y vivo en Durango, México. Soy un asiduo lector de este medio de información y aprovecho para felicitar a Rafael Rojas por su artículo La Dictadura y el Imperio.

Saludos,
Ernesto Olivera

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Si, al estilo de Wayne Smith y otros ideólogos, que buscan asociar el problema cubano a las políticas del Imperio, aceptamos, con Rafael Rojas (en su artículo La Dictadura y el Imperio), que los Estados Unidos tienen alguna responsabilidad en la ruptura del falso equilibrio entre oposición y dictadura mantenido artificialmente hasta hace unos días, aprovecharía mejor dar el salto completo, ese salto que ya han dado los "guerreristas" del Exilio, y admitir que el derecho de intervención de la nación del Norte en los asuntos internos de la Isla, garantizado antaño por la Enmienda Platt, representó en su momento el mecanismo idóneo para enfrentar coyunturas políticas como la atraviesa Cuba en el presente. Insinuar lo primero sin admitir lo segundo revela la inconsistencia de un argumento que pretende distanciarse de la "línea dura" del Exilio, preservando el supuesto básico de la interdependencia. Las partes debían relacionarse, sugieren estos politólogos, no a través de la maquinaria de la intervención y de la guerra, sino mediante el vehículo de la diplomacia y de la razón. ¡Como si nunca se hubiese intentado antes!

Paradójicamente, la presente situación política de la Isla ha hecho más aparente que nunca la vigencia de la Enmienda y su razón de ser: la tiranía, por sí misma y en sí misma, parece invocarla y justificarla. Seguir fingiendo que el "problema cubano" encontrará solución en nuestro propio medio, "entre nosotros", sin la intervención norteamericana, ya no es posible. Pero resulta todavía plausible involucrar al Imperio, si bien únicamente como "el responsable". O, en última instancia, como el "co-responsable".

Néstor Díaz de Villegas

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