Me honra mucho que cada vez surjan intelectuales que dediquen su tiempo, su pensamiento, escritura y conferencias en la lucha por la libertad de Cuba y su democracia, y también por todo nuestro continente. Estoy con ustedes y los apoyo. Muchos deseamos intervenir, pero nuestro trabajo y, por qué no decirlo, nuestra formación intelectual, nos limita incluso el acceso a los medios. ¿Qué tal sería si nos dieran acceso a los medios de comunicación? Para expresar las ideas y también para escribir las firmas de todos los ciudadanos del continente y de esta manera empezar una nueva lucha de libertad e independencia. El continente americano tiene grandes intelectuales, premios Nobel, grandes científicos, políticos y sociólogos de gran valor, que nos han llenado de orgullo y honra. Espero que este humilde mensaje les sirva de estímulo.

Adela Plat de Resler

Soy escritor y vivo en Durango, México. Soy un asiduo lector de este medio de información y aprovecho para felicitar a Rafael Rojas por su artículo La Dictadura y el Imperio.

Saludos,
Ernesto Olivera

Si, al estilo de Wayne Smith y otros ideólogos, que buscan asociar el problema cubano a las políticas del Imperio, aceptamos, con Rafael Rojas (en su artículo La Dictadura y el Imperio), que los Estados Unidos tienen alguna responsabilidad en la ruptura del falso equilibrio entre oposición y dictadura mantenido artificialmente hasta hace unos días, aprovecharía mejor dar el salto completo, ese salto que ya han dado los "guerreristas" del Exilio, y admitir que el derecho de intervención de la nación del Norte en los asuntos internos de la Isla, garantizado antaño por la Enmienda Platt, representó en su momento el mecanismo idóneo para enfrentar coyunturas políticas como la atraviesa Cuba en el presente. Insinuar lo primero sin admitir lo segundo revela la inconsistencia de un argumento que pretende distanciarse de la "línea dura" del Exilio, preservando el supuesto básico de la interdependencia. Las partes debían relacionarse, sugieren estos politólogos, no a través de la maquinaria de la intervención y de la guerra, sino mediante el vehículo de la diplomacia y de la razón. ¡Como si nunca se hubiese intentado antes!

Paradójicamente, la presente situación política de la Isla ha hecho más aparente que nunca la vigencia de la Enmienda y su razón de ser: la tiranía, por sí misma y en sí misma, parece invocarla y justificarla. Seguir fingiendo que el "problema cubano" encontrará solución en nuestro propio medio, "entre nosotros", sin la intervención norteamericana, ya no es posible. Pero resulta todavía plausible involucrar al Imperio, si bien únicamente como "el responsable". O, en última instancia, como el "co-responsable".

Néstor Díaz de Villegas

Soy un periodista español enamorado de Cuba, un país que descubrí hace cuatro años y que visitaré cuantas veces pueda. Desde mi más absoluta modestia, quiero con estas pocas palabras condenar los juicios por delitos de conciencia en Cuba. Algún día el régimen de Castro terminará y con él desaparecerá la persecución política y la pobreza "material" en la que vive sumido la gran mayoría del pueblo cubano. Digo pobreza material, porque los cubanos sólo carecen de eso, de lo material. Lo espiritual desborda por los cuatro costados de cualquier persona bien nacida de aquella isla.

Por una Cuba libre,
Miguel Ángel Fernández

Soy una ciudadana española, concretamente de Madrid, y son muchas las razones que me llevan a condenar la tiranía y la sinrazón del régimen cubano. Acabo de cumplir 50 años. A los 16 ingresé en el Partido Comunista Español (PCE) y desde los 18 a los 21 trabajé en la Embajada de Cuba en España. La utópica revolución de aquellos años, unida a ciertas características mías de entrega total, me hicieron defender con uñas y garras aquella "Revolución". En el año 1982 dejé de militar en el PCE, sin embargo, mis ideales no habían cambiado y seguí ciegamente defendiendo la Revolución cubana. Hoy hace exactamente 9 años, cumplí mi asignatura pendiente de visitar Cuba. Algo muy profundo se removió en mí en aquel momento y, no satisfecha, volví a los siete meses. Entre tanto hice una asociación de ayuda al Hospital Docente Enrique Cabrera. Después, en diciembre de 1995 y la última vez en octubre de 1996. Las tres últimas ocasiones casi un único objetivo: conocer, conocer y conocer. ¡Cuánto horror y cuánto engaño! Nuestros materiales clínicos (comprados por unos cuantos de nosotros) nunca llegaban, una escuela tampoco recibió nuestro material enviado y porque tal vez haya sido, no sé si la única, que se atrevió a criticar la gestión del ICAP y a preguntar por carta a su presidente, Sergio Corrieri, dónde estaban los materiales. Tras responderme con mentiras y calumnias, me pidió en esa misma carta que dejara de colaborar. ¡La soberbia de otro dictador!

Llegué a bautizar ese país como "La sociedad de la doble moneda y la doble moral". Esto último, es lo más doloroso que he padecido en mi vida. Pudiera dar muchos testimonios de ello. He padecido un largo infierno interno hasta que he conseguido desnudarme y ponerme y poner en voz alta lo que sé, he visto y pienso. ¡Un horror! Creo que ninguno de los que hayamos luchado por la democracia, permitiríamos vivir en las condiciones que se vive en Cuba. Tal vez eso me ayudó a despojarme de todos los argumentos que durante años y años di para defenderla. Qué hipocresía, ¿no? ¡Luchar por la democracia y defender la dictadura! En fin, desde los 18 a los 50, tengo para escribir y escribir un buen libro. Eso sin contar todo lo que sé de buena tinta y corroborado por mí sobre la disidencia y el tratamiento que se le da. Aunque para decir verdad, todo el mundo es disidente. Me gustaría participar en un foro, con gentes de esta izquierda española que aún les defienden, y poner de manifiesto y documentalmente muchas cosas. Tengo muchos amigos allá. Algunos de ellos de cuando yo tenía 18 años y ellos representaban a su país en el nuestro. Fieros revolucionarios de Patria o Muerte. Ahora están tan abatidos y cansados como todos. En fin, tengo datos e historias para contar por muchas más largas horas de las que suele hablar el paranoico Castro.

Si puedo participar en algo para decir ¡Basta ya!, poneros en contacto conmigo.

Saludos cordiales,
Ángeles Antón

En una conferencia de prensa sostenida ayer en La Habana, el canciller cubano Felipe Pérez Roque, que no renuncia a las viejas técnicas estalinistas de desinformación, me acusa de dos falsedades palmarias que me veo obligado a responder.

La primera falsedad, que es la de siempre, consiste en repetir que yo soy un agente de la CIA. No entiendo cómo con mentiras y estupideces de ese calibre el señor Pérez Roque insiste en tratar de desacreditar a sus adversarios. Si él tiene pruebas de esa miserable acusación lo conmino a que las exhiba.

La segunda falsedad, es que yo estoy vinculado a la creación del Proyecto Varela, ideado y desarrollado en Cuba por Oswaldo Payá Sardiñas y su Movimiento Cristiano Liberación. Nada tuve que ver con esa brillante iniciativa, aunque la apoyo con todo mi entusiasmo, como a cualquier esfuerzo legítimo surgido en el seno de la disidencia democrática cubana.

La única verdad que ha dicho el Sr. Pérez Roque es que, en efecto, cada vez que he podido le he enviado dinero de mi propio peculio personal al Sr. Oswaldo Alfonso Valdés y a otros disidentes acosados por el Gobierno cubano, que tienen dificultades de sostener a sus familias como consecuencia de la persecución permanente de la policía política.

Sin embargo, no obstante lo que pueda decir el señor Pérez Roque, lo único destacable de los recientes sucesos acaecidos en Cuba son estos repugnantes juicios llevados a cabo en el más puro estilo soviético contra los demócratas de la oposición. Sólo que en esta oportunidad ha habido una respuesta contundente y universal contra Castro y su dictadura, a cargo de todas las cancillerías e instituciones libres del mundo.

No aspiro a que el Sr. Pérez Roque, notorio por su legendaria falta de inteligencia, perciba el grado de rechazo que él y su régimen generan ante la comunidad de naciones libres del mundo, pero le aseguro que cada vez que alce su voz para injuriar o falsear la verdad, sólo logrará hundir más en el descrédito al régimen que él representa.

Carlos Alberto Montaner
Vicepresidente de la Internacional Liberal
Presidente de la Unión Liberal Cubana

Madrid, 10 de abril de 2003

Apoyo incondicionalmente el artículo Cadena perpetua y pena de muerte en Cuba, de Oswaldo Payá Sardiñas, y exhorto a todo cubano para que se pronuncie por este medio para respaldarlo en la búsqueda de unidad en estos momentos difíciles. Es muy posible que poco le quede a Payá para ir a la cárcel, hasta ahora el régimen se cuida sabiendo que es una figura de prestigio internacional, y es curioso que pidan pena de muerte para un promotor del Proyecto Varela en Santiago de Cuba y a su creador no lo hayan tocado. ¡No quiero perder toda mi vida viviendo en este régimen bochornoso, ni lo quiero para mis hijos! ¡Ayuden a Cuba, por favor! Quiero una Cuba libre, democrática, independiente, revolucionaria, socialista; esa es mi opción y respetaré la que propongan los demás. Basta de corrupción, de totalitarismo, de caudillismo. ¡Viva la libertad de expresión, vivan los derechos humanos!

Pedro Pérez Arteaga

Han necesitado casi medio siglo para reconocer al monstruo en toda su magnitud. 44 años de crímenes impunes, de injusticias innombrables, de conspiraciones abyectas, de humillaciones y de terror paralizante. Los métodos son los mismos. Los objetivos son idénticos. La única diferencia: el público. Un público ganado por la valentía, perseverancia y absoluta entrega de muchos cubanos, más allá de latitudes y de estrellas. El Sr. Cason es sólo un pretexto. El juicio y la condena al Dr. Oscar Elías Biscet en estos momentos constituye un golpe demoledor a tal patraña. Lo más triste: los seres humanos detrás de la barbarie. La mayor ignominia: el poeta. La esperanza: la inevitable conexión de las ideas con las alas, de la verdad con un rayo de luz.

Gisela Labrada

La Asociación del Centenario de la República Cubana, con sede en París, se suma a la protesta lanzada por este diario contra la reciente ola de arrestos en Cuba. Todos nuestros esfuerzos serán concentrados en denunciar en Francia las nuevas atrocidades del régimen castrista y continuaremos manifestándonos ante la oficina de turismo cubana en París, junto a Reporteros Sin Fronteras.

Javier de Castro Mori
William Navarrete

Desde que leí que Manuel David Orrio era agente, empecé a buscar todo lo que con ese nombre ha publicado en diferentes páginas de Internet. Más gusano no podía ser. Si los cinco espías de Miami eran malísimos haciendo su trabajo, tanto que ahora son héroes; "Miguel", por el contrario, jodió a Raúl Rivero y a todos nosotros. Reconozcamos que en eso si son buenos, en delatar a poetas y bibliotecarios.

Raúl Weiss
Veracruz