Cartas
www.cubaencuentro.com Lunes, 31 de mayo de 2004 www.cubaencuentro.com

Encuentro en la Red agradece los comentarios, inquietudes y críticas de sus lectores. Las cartas no deberán exceder las 200 palabras e incluirán el nombre y la ciudad del remitente. La redacción se reserva el derecho de editar o resumir los textos.

Dolor infinito, amargura, quizás puedan ser palabras que definan nuestros sentimientos. Cuando vemos que un pequeño grupo de cubanos inspirados en criterios elctoralistas, y sobre todo egoísmo, mal aconsejan al presidente de EE UU para que agregue más penurias a Cuba, sentimos que muchas personas olvidan el Evangelio de Jesucristo, que significa amor, paz y perdón.

El pueblo cubano necesita mucho apoyo. Cómo dividir la familia y reducirla por criterios estrechos; cómo olvidar que todos somos hijos de Dios, y por tanto familia, y que todos debemos amarnos sin importar cómo pensemos. José Martí decía:"Se dice cubano y una dulzura como de suave hermandad se esparce por nuestras entrañas y se abre sola la caja de nuestros ahorros y nos apretamos para hacer un puesto más en la mesa y echa las alas el corazón enamorado para amparar al que nació en la misma tierra que nosotros". Nunca compartiremos que la miseria, el hambre, la prepotencia… sean soluciones para el pueblo cubano, producidas por cubanos que sólo se inspiran en su egoísmo. Gracias hermanos de Encuentro en la Red por darnos este espacio.

Alberto L. Ponce,
Nueva Jersey

EnviarImprimir

Es asombroso que en pleno siglo XXI, y teniendo aún como trasfondo la memoria del régimen hitleriano, que todavía se hable de la existencia de una sangre nacional. En el artículo De aquí y de allá sobre varios peloteros de "origen" cubano y que publica Encuentro en la Red, se hace precisamente mención a que estos individuos tienen "sangre cubana" (por cierto, aunque nací en La Habana los análisis de sangre que he tenido que hacerme por razones médicas nunca me han revelado que tengo ese tipo de sangre). Por favor, que disparate es ese. Advierto, además, que en Puerto Rico Mike Lowell es considerado puertorriqueño por haber nacido en esta isla caribeña. Es probable que su sangre se haya "cubanizado" con los muchos buchitos de café que se debe haber tomado en el Versalles.

Javier Figueroa

EnviarImprimir

Desde hace más de 2 años he estado siguiendo semana a semana sus artículos en la red. Sin caer en adulaciones baratas considero que hoy por hoy los artículos que representan Encuentro son los mejores análisis socio-políticos de la realidad cubana e internacional, partiendo desde su punto de vista imparcial y poniendo el dedo en la llaga sin importar de donde esta provenga.

Yuri Martinez

EnviarImprimir

Me reí muchísimo, una vez más, con Enrisco. Esta vez con el artículo La combinación perfecta. Su autor sigue siendo mi humorista preferido. Vale aclarar que como cubana me duele y afecta también muchísimo el absurdo en que vivimos todos (está claro que no por culpa de Enrisco). Creo que precisamente mostrar lo ridículo de las recientes medidas y contramedidas, con las reacciones que provocan, me parece válido. No hay que confundir la gimnasia con la magnesia, y el humor siempre ha sido una de nuestras mejores armas en cualquier circunstancia.

Ana Yanes,
Ottawa

EnviarImprimir

De nuevo el humor (¿negro?) de Enrisco haciéndonos (¿reír?) con su artículo La combinación perfecta. No es culpa del autor que yo no pueda reír con sus artículos, hay mucha trágica realidad en ellos, ¿quién podría entonces reír?

Otra característica que ambos gobernantes comparten y que los une es esa de pasarse la vida perdiéndose la posibilidad de estar en primera línea, aunque en esto Bushito (¿buchito?) supera a Hipólito: el pequeño césar (las minúsculas son intencionales) ni siquiera sus tobillos ha arriesgado nunca.

Raúl Ávila,
Ottawa

EnviarImprimir

Los emigrados son hoy el factor más dinámico de la economía cubana. Su poder supera cualquier jugada neocapitalista del gobierno cubano. Sin embargo, su desorganización los ha convertido en rehenes de una política que en Estados Unidos beneficia principalmente a Bush y sus acólitos y, en Cuba, a la aristocracia verdeolivo de Fidel Castro y sus tracatanes. En ambos lados se les explota como a esclavos, lo cual no los ayuda, ni tampoco a sus familiares en la Isla.

Los emigrados, además de trabajar y pagar impuestos en EE UU, envían entre 500 y 800 millones de dólares a su país natal. Luego, no tienen porque permitir que se les manipule deliberadamente. En EE UU debieran hacerse sentir como la fuerza votante que es, sin dudas, en las elecciones, y frente al gobierno cubano, en su capacidad para enviar remesas. ¿Qué pasaría si los emigrados, sólo en Miami, no enviaran dinero en tres meses a Cuba? Es necesario que la población cubana en el exterior haga respetar sus derechos e impulse la misma actitud dentro de Cuba. ¿Qué pasaría si las familias cubanas no compraran durante tres meses en las tiendas en dólares? Debemos recuperar el sentido civil de nuestras vidas, trabajar todos por un cambio que nos beneficie y no sólo a los grupitos de turno en La Habana y Miami.

R. Fronesis,
La Habana

EnviarImprimir

Soy un cubano que lleva varios años viviendo en España y hasta ahora no había ninguna página web donde se resumiera el quehacer y día a día de no solamente los cubanos fuera de la Isla sino de los de dentro.

Mi enhorabuena por la página. Sé que es una labor difícil, tanto de los técnicos como desde la redacción.

Omar Olazabal

EnviarImprimir

Leo y releo la carta de Carilda Vidal y no encuentro cómo describir la impresión que me causa. Mentes oxidadas, anquilosadas, obsesionadas y fanatizadas al punto de pasar por encima de sentimientos familiares y humanitarios. ¡Qué horror sin duda! ¿Cómo pueden sentir así? ¿Cómo no importarles la miseria con que se vive en Cuba y el alivio que representa la ayuda que les damos a nuestros familiares y amigos? ¿Qué "exilio histórico" ni que ocho cuartos? ¡Por Dios! No sé si estoy leyendo a Pérez Roura, a Ninoska, a Díaz-Balart, a Ileana Ross o a un híbrido de todos ellos...

Hay otro exilio que piensa, que entiende, que razona, que no se ofusca ni santifica al "santo patrón de Bush", queremos cosas buenas y lindas para nuestra Patria.

Como dijo Jaime Blas, que forme ella su ejército con todos los miembros del "exilio histórico" y vaya y resuelvan el problema... pero no jueguen más con los sentimientos de nuestras familias ni con los lazos que nos unen. ¡Ya está bueno ya!

Ariadna García,
Miami

EnviarImprimir

En el artículo La sinfonía de las lamentaciones, se critica de manera burlona las visitas de familiares a Cuba. Se habla de espectáculos de pasarela. No es cierto. Los que viajan a Cuba en los llamados "Vuelos de la Comunidad" por lo regular presencian el llanto, huelen el sudor, sienten la resignación, la simpatía, el rencor —entre cubanos—. Los que viajan, como en nuestro caso, por razones no familiares, pueden observar mejor, no el espectáculo que lleva el autor implantado en la cabeza, sino otro. El doloroso y a ratos satírico testimonio de lo absurdo de las restricciones de viajes a Cuba so pretexto de acelerar la democratización del régimen cubano.

Eduardo González,
Baltimore, Maryland

EnviarImprimir

Me pareció muy bien la manera en que el autor manejó la entrevista a Eloy Gutiérrez Menoyo (Fuego Cruzado), sobre todo la acotación que hizo de que en las cárceles cubanas salía un preso y entraban tres. Me imagino que no haya sido muy fácil entrevistarle, luce una persona resbalosa y, en ocasiones, le ronda el cinismo, esa enfermedad de los viejos guerrilleros.

Por aquí, en Cuba, todo el mundo a la expectativa con los próximos pasos del jefe. Se nota mucho el miedo en la gente, de tanto Castro repetir lo de la guerra. Es como la historia del guapo del barrio: si te pasas la vida provocándole, en algún momento te suena un sopapo.

Leonel,
Ciego de Ávila

Referencias
Fuego cruzado
EnviarImprimir
   
 
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Galeria
Galeria
Revista
Revista
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir