Cartas
www.cubaencuentro.com Lunes, 08 de agosto de 2005 www.cubaencuentro.com

Encuentro en la Red agradece los comentarios, inquietudes y críticas de sus lectores. Las cartas no deberán exceder las 200 palabras e incluirán el nombre y la ciudad del remitente. La redacción se reserva el derecho de editar o resumir los textos.

Una vez más los lectores somos testigos de las ya acostumbradas estadísticas con por cientos y cifras dadas por una comisión oficial. En este caso me refiero al pronóstico de crecimiento económico revelado por la CEPAL. Desafortunadamente, estas cifras parecen no revelar la verdad que se oculta en su trasfondo social, político y económico, manipulado o no. Soy, al igual que muchos de los lectores aquí, testigo de la realidad cubana, y aunque la economía cubana creció un 6% con un PIB del 5% (quien puede probar lo contrario) de nada le vale si su pueblo se haya sumido en la más horrible miseria, con apenas horas de electricidad diaria y el ya acostumbrado 0% de libertad con el 100% de represión (estas cifras sí son reales). La CEPAL debería medir el crecimiento económico en cada hogar cubano para corroborar si estas cifras tienen un fundamento válido. Por mi parte, conozco la verdad cubana. Habría que pedirles a los pueblos del resto de los países latinoamericanos aquí mencionados si en sus casos las cifras representan su realidad.

Yuri Martínez

Referencias
La CEPAL pronostica un crecimiento del 5% en la economía de la Isla este año
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Tan sólo un comentario en relación con la opinión expuesta por el lector Arcadio Ruiz que dijo: "Es lamentable que una revista como Encuentro…". Me parece que gracias a la ejemplar muestra de diversidad en los trabajos que se publican en esta revista, muchos podemos fomentar nuestra educación y enriquecer conocimientos.

El artículo que el señor Ruiz denomina "banal y erróneo" lo es, según su opinión, que dicho sea de paso, yo la comparto hasta cierto punto. Sin embargo, verter opiniones sobre trabajos como estos, que suscitan la controversia y estimulan nuestro espíritu de crítica, nos favorece a todos. Este tipo de artículo nos obliga a investigar para verificar la veracidad de la información y nos abre un espacio para hacer lo que siempre se nos ha negado en la Isla después que "llegó el Comandante y mandó a parar". Y eso es poder discutir libre y respetuosamente sobre la visión que tenemos de las cosas. Felicito a Encuentro por continuar creando este espacio.

Roberto,
Canadá

Referencias
Diálogo versus confrontación (I)
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El autor del artículo Diálogo versus confrontación (I) debe actualizar sus datos históricos y su visión sobre la política de Estados Unidos hacia Cuba. Su análisis de esta situación es obsoleta, pues no considera informaciones reveladas recientemente al respecto. Fuentes confiables han revelado que años antes que Castro tomara el poder, en una carta a Celia Sánchez, claramente enuncia que su misión en la vida es la de combatir a Estados Unidos.  La negación del presidente Dwight D. Eisenhower a recibirlo fue sólo un hecho protocolar de Estados Unidos, ya que Castro no era en aquel entonces un representante oficial del gobierno. Castro sabía mucho antes de su llegada a Estados Unidos que no iba a ser recibido por el presidente sino por el vicepresidente Richard Nixon. Este escuchó los pedidos de Castro y después del encuentro, que se vio en los noticieros fue amistoso y cordial, fue que Castro montó el show con la prensa. Todo eso fue calculado por Castro para iniciar su "misión en la vida" de combatir a Estados Unidos, hostilidades que lo han mantenido en el poder hasta ahora.

También el autor desinforma al culpar a Estados Unidos de las acciones de Castro contra la disidencia. Hacer este tipo de comentario podría tildarse de infantil si no fuera tan nocivo para la causa de la liberación de Cuba. La política de Estados Unidos hacia Castro es la única a tomar dado que en tres ocasiones Castro se ha negado a iniciar conversaciones diplomáticas para llegar a un acuerdo entre los dos países. Sin mencionar las peticiones y firmas dentro de Cuba y las peticiones de la Unión Europea. El autor critica sin proponer nada nuevo que pueda aliviar el problema. El artículo no va más allá de la siempre culpa del imperialismo de lo que pasa en el resto del mundo. Esto es exactamente lo que le conviene al tirano para sacar de la ecuación a la disidencia interna y a la oposición externa.

Es lamentable que una revista como Encuentro, que siempre presenta artículos interesantes sobre Cuba, publique un artículo tan banal y erróneo como este.

Arcadio Ruiz Castellano

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Los que tuvimos la suerte de enterarnos de la proyección en Casa de América del documental Seres extravagantes no podemos quejarnos. Bien valió la pena llegar como Juantorena con el corazón el boca.

Mi comentario no es tanto para el homenajeado principal —ya serán muchos los que lo hagan—. Quiero referirme a otro personaje, menos conocido, pero sincronizadamente machacado por el aparato junto a "Celestino…". Este último, profesional del suicidio, "escogió" rayar cuantos árboles encontró en su camino hasta que puso su propio tronco en la lista de talas prioritarias. El otro ha preferido extraer de un pozo común la difícil tarea de vivir el día a día de una vida convertida por la oficialidad en inexistente.

Esta persona, "esta no-persona", existe más allá de su nombre olvidado. Estará nada, medio o completamente loco, da igual. Lo importante es que su vida es una realidad que será memorable quiéranlo o no. Una realidad que le pregunta "Te caíste?" a cierto pobre diablo uniformado de pie vendado que le pide todo tipo de documentación posible en sus "quince minutos de gloria".

Lo importante es que su mirada no ha perdido esa calidad que vemos en ciertos "vidólogos extraordinarios". Mil gracias a ese tipo por decirnos que vivir de un pozo como ese puede ser "bonito", sin cursilerías, con la tranquila responsabilidad de los seres elevados. Y gracias al equipo que lo hizo posible.

Khiustin,
Madrid

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No se puede tapar el sol con un dedo
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El artículo La soberanía flotante de Puerto Rico, sobre Puerto Rico y Cuba, es admirable por su profundidad de razonamiento, pero clamo para que se añada al análisis el famoso poema de Nicolás Guillén "Tengo": "Tengo, vamos a ver/ lo que tenía que tener". Que fue un canto político de los primeros años de Castro para embaucar, pero que la realidad de hoy desmiente. Hoy los cubanos son discriminados en su propia tierra: no pueden ir de mar en mar, de ola en ola libremente, porque la propiedad "privada estatal" les prohíbe lo mejor de sus playas destinadas al turismo extranjero, engrosando los bolsillos de los "dirigentes" que sí viven como Carmelina. De igual forma, el cubano de hoy no puede ir a cualquier hotel para una habitación, eso también les está vedado. Esa realidad que se oculta, que se calla, que no se divulga, no creo que ningún puertorriqueño la quiera para su patria y sus paisanos. Y eso sólo es un botón de muestra de la verdad de la vida cotidiana en la Cuba de hoy. La libertad e igualdad que describía Guillén es menos que una fantasía o utopía, simplemente fue un soberano y doloroso engaño a todos los cubanos, fue parte del queso en la ratonera para encerrarnos en la jaula en la que hasta para viajar los súbditos tienen que pedir permiso al gobierno. Evidentemente, el "hermano mayor" canta cantos de sirena al "hermano menor". Ojalá nadie más naufrague estrellándose contra las rocas persiguiendo el espejismo de una falsa playa paradisíaca. En realidad, selva llena de bestias insensibles al sufrimiento ajeno, reclamando perpetuamente sacrificio de los de abajo para beneficio de los de arriba, mostrando sólo la inalcanzable zanahoria.

MSC

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Opino que el señor Armengol ha puesto el dedo sobre la llaga; realista y con los pies bien puestos en la tierra. El cubano de a pie no entiende de Derechos Humanos, no sabe qué es libertad de expresión y similares postulados que se manejan de cara al extranjero por los grupos disidentes; al cubano de a pie, el pueblo de Cuba, háblenle de falta de comida, de falta de agua, de condiciones deplorables de vivienda, de toallas, colchones, de ropa interior, de insalubridad, de pobreza extrema…

Yo me quito el sombrero ante el coraje y el valor de los grupos disidentes para enfrentar en suelo cubano la ira del dictador, pero estaría bien tuvieran en cuenta de alguna forma estos criterios que pudieran convertirse en la estrategia efectiva a seguir para extirpar de Cuba ese cáncer llamado Fidel Castro. Su discurso el 26 de julio es el anuncio de lo que les espera a estos valientes hombres y mujeres, a los que todos debemos apoyar en la medida de nuestras posibilidades.

Pedro Pérez Arteaga,
La Habana

Referencias
La batalla por la calle
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Hasta dónde puede hundirse un país y hasta dónde la desidia y la ignorancia de la gente pueden ser cómplices de tanta degradación en ese país que pudo ser, imaginado por Rafael Rojas en La sed de lo perdido. Leyendo La mentira más grande he recordado mis primeros años como aficionado a lo prohibido, sintonizando Buenas noches, América, por aquel entonces la única fuente alternativa de información.

Mientras tanto, en las escuelas nos engañaban impunemente con la Crisis de Octubre y el bloqueo militar, "valientemente roto por la Unión Soviética al frente del Campo Socialista". Mi madre se encargaba de recordarme que en la Isla habían misiles atómicos soviéticos y que esos barcos habían venido a recoger lo que años antes sembraron en complicidad con el castro-guevarismo. Gracias a Leonardo Calvo Cárdenas he recordado a aquellos pobres ignorantes amigos del barrio que nos acusaban de "gusanos" y nos increpaban con disparates como estos: "que si nosotros nos íbamos al Norte, viviríamos entre ratones y en la suciedad". Luego vinieron los viajes de "la Comunidad" y comenzaron a caer los mitos. Muchos de esos amigos se fueron al Norte.

Cierro los ojos y se suceden en mi memoria el Mariel, los "actos de repudio", la CUJAE, Radio Martí, la Perestroika, Willy Chirino, Criterio Alternativo, el Maleconazo, Guantánamo, los cuentapropistas, Carleton University, Concilio Cubano, Elián González, la Cumbre Iberoamericana en La Habana, el Proyecto Varela, James Carter en la Universidad de La Habana, el Premio Sajarov a Payá, la Primavera Negra de 2003, la APSC, el petróleo de Chávez y "el cuadro se sigue cerrando". Como decía mi padre: "para soportar esto (aquello) hay que tener corazón de cordero y cerebro de mono". Mi padre nunca capituló y descansa en La Habana.

Luis Casacó,
Montevideo

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Hubiera deseado enviar esta nota al señor que firma como Enrisco en Encuentro en la Red, pero no conozco dirección a donde dirigirla. Por ser un artículo publicado en su revista entonces me dirijo a ustedes.

Mi propósito es señalar una oración discriminatoria y fuera de contexto en el artículo Lisandro, el terror de las letras, publicado el 22 de julio 2005. La oración es: "En los años sesenta y setenta trató de ser el mejor escritor de su país (tarea ardua para él, incluso nacionalizándose hondureño)".

Yo soy cubano-hondureño, y esta oración me parece realmente indigna de aparecer en una revista de alta calidad como la vuestra. Enrisco muestra una desconsideración y discriminación total hacia la cultura de un país que, probablemente, conozca muy poco. Considero totalmente innecesario un comentario de este tipo (trátese de Honduras o de cualquier otro país), y si el señor Enrisco es capaz de hacerlo, no me esperaba que su comentario apareciera publicado en una revista que me ha inspirado, hasta ahora, alto respeto.

Rolando Segura Peña

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Acabo de leer la columna titulada La sed de lo perdido, de Rafael Rojas, y confieso que me ha sorprendido. ¿A dónde iremos a parar si las mentes más lúcidas ceden a la tentación de reducir la historia a la voluntad de un hombre? ¿O es que acaso Rojas de verdad cree que los males de Cuba son achacables sólo al dictador? Es cierto que al final se refiere a los castristas voluntarios e involuntarios, pero ¿es eso suficiente cuando se trata de pensar un fenómeno tan complejo como una revolución? ¿Dónde deja Rojas las demandas históricas de la población cubana en 1959? ¿Dónde la huida en masa de una parte del fermento democrático durante los sesenta? ¿Dónde la resistencia inteligente que desde adentro, todavía hoy, muchos ciudadanos corrientes e intelectuales hacen a las manías totalitarias? Sin hablar de los vaivenes de la política internacional con respecto a Cuba.

Dejemos el berrinche a los politicastros de ambas orillas y concentrémonos en los porqué del deslumbramiento popular con los caudillos, cosa que, llegado el momento, podamos evitar nuevos totalitarismos de un tipo o del otro.

Ricardo Fronesis,
La Habana

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La sed de lo perdido es un artículo tan hermoso como triste. Durante muchos años imaginé una Cuba mejor, una Cuba como esa que se describe. Hice planes para pasar mi juventud en ella. No me norteamericanicé porque estaba convencido de que mi vida, lo que ya fue mi vida, transcurriría allá. Viví para volver. Qué iluso. Se me fue la vida y aquí estoy, en un limbo que casi me atrevería a llamar definitivo. El futuro ya pasó. Sé que podemos soñar cambios, épocas mejores, pero soñándolos, he visto a mucha gente envejecer y morir, a mucha gente cerrar los ojos con el resplandor de esa Cuba, para ellos ya inalcanzable, parpadeando en sus hogares, apagándose en sus velorios, abandonando, cabizbaja, los cementerios.

La sed de lo perdido es una mala sed, porque no hay vuelta atrás y el porvenir no tiene agua suficiente para apagarla. Viví y vivo en un quimera en la que lo más real son los poemas y la música que amo: Zenea, Martí, Eliseo, Cervantes, Lecuona, Sindo, Matamoros, algunas canciones de la primera mitad del pasado siglo, y luego, ciertas costumbres, ciertos rincones de Miami, algunos amigos, la familia, la vocación —siempre azarosa— para escribir, los recuerdos de mi pueblo natal y, todavía, no sé qué estúpida esperanza. Pensándolo bien no es poco, pero no es suficiente para matar la sed de lo perdido.

Sí, es la peor sed.

¿Qué hacer para que los cubanos más jóvenes sepan, mañana, lo que pasó en su país, lo que se trató de ganar y se perdió en él, la magnitud del daño, los nombres de los responsables (porque ninguno, medianamente listo, va a admitir que todo fue obra de un solo hombre), lo que significó esta sed? No lo sé. Pero creo que se trata de una lección que no debemos olvidar, que todo cubano debe y deberá aprenderse de memoria. Es importante que ninguno de ellos viva como hemos vivido tantos: con el futuro a nuestras espaldas, un presente fantasmagórico (por lo sustancialmente provisional) y un pasado cada vez más remoto. Quiero pensar que habrá gente que se encargue de llenar de pequeñas tarjas las fachadas de Cuba, tarjas que digan: aquí vivió Lydia Cabrera, aquí vivió Guillermo Cabrera Infante, aquí vivió Leví Marrero, aquí nació Julio Gutiérrez, aquí nació Cundo Bermúdez, aquí nació Olga Guillot, aquí nació Gastón Baquero, aquí nació René Touzet, aquí nació Severo Sarduy, etc. No creo que veré el día en que esas tarjas se cuelguen, pero desde el más allá estaré haciendo todo lo posible porque la gestión sea exitosa, o aplaudiendo, invisible, en el tramo más soleado de la acera, ya sin sed.

Orlando González-Esteva

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