Con mucha tristeza he leído las declaraciones de Amaury Pérez sobre los planes de Celia Cruz de viajar a Cuba. Si es cierto, me alegra que ella haya disfrutado de esa esperanza. Como la buena hija, hermana, tía, amiga y mejor cubana que fue, debe haber sido una recompensa que de alguna forma se cumpliera su legítimo deseo y derecho de viajar a Cuba.
Se olvida la causa por la que Celia no vivía en Cuba. ¿También la convencieron para que no viviera en Cuba? ¿Se le debilitó el carácter y por eso decidió no vivir en Cuba?
Las expresiones de Amaury Pérez sobre un sector fundamentalista del exilio son penosas. Olvida el señor Pérez que si hay un ala fundamentalista en el exilio, si hay un exilio, es efecto de la toma del poder en 1959 para establecer un régimen que sí es fundamentalista. En todos los espacios del mundo hay fundamentalismo y miles de ideas sometidas al debate de la sociedad, pero en Cuba el régimen es fundamentalista sin ningún espacio para el debate.
Hay más en el tintero, pero sólo le pediría a los que hicieron las gestiones para llevar a Celia a Cuba, que las hagan para que todos regresemos. Es un derecho natural de nosotros, "huérfanos de una madre viva".
Teresa Cruz,
Nueva Jersey
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