www.cubaencuentro.com Jueves, 20 de marzo de 2003

 
   
 
Llegó el que venía llegando
Una nota a propósito del primer concierto español de Willy Chirino.
por ENRIQUE COLLAZO, Madrid
 

Por fin el sonero de Miami se decidió a cruzar el charco. Willy Chirino ha regalado una actuación memorable a la numerosa concurrencia que colmó el pasado 2 de marzo la sala La Riviera, en la capital española.
W. Chirino
Willy Chirino sostiene una bandera cubana durante su concierto madrileño (Charo Lendínez). Sala La Riviera. 2 de marzo de 2003.
Una concurrencia formada, sobre todo, por legiones de admiradores cubanos que desde hacía tiempo ansiaban disfrutar en vivo al fabuloso músico.

A pesar de que en principio el concierto afrontó problemas con la referencia, una vez solucionados Willy Chirino se entregó por completo a un público que lo idolatra, mientras un manojo de banderas cubanas se desplegaba en la sala al compás de temas como Rumbera y Oxígeno, de gran predicamento popular.

La calidad de la banda acompañante se puso inmediatamente de manifiesto. Junto con la rica sandunga que imprimió a la tarima, fue capaz de ejecutar las piezas en sazón con gran profesionalidad. En una variación de jazz latino sobre el inmortal tema Manteca, Willy aprovechó para dejar bien claro que es un músico integral, ejecutando sucesivamente, y con pleno dominio, el bajo, las pailas y el piano; recordaba así su ya lejano primer álbum: One Man Alone. Poco a poco el entusiasmo del público fue contagiando al autor de La jinetera, quien llegó a confesar que, por ser la primera vez que se presentaba en un escenario español, no las tenía todas consigo. El desbordamiento de la peña cubana ante su ídolo hizo que éste correspondiera plenamente, interpretando temas como Soy Guajiro, Castígala, Que viva Changó, Cuba qué lindos son tus paisajes, Soy y otros que ya forman parte de la antología de nuestra música popular.

Con los primeros acordes de Ya viene llegando, el delirio contagió a todos por igual, fuesen cubanos, ecuatorianos, dominicanos o españoles. Chirino cantó el tema envuelto en una bandera cubana y acompañado por sus compatriotas, que desde principios de los 90 convirtieron la pieza en un himno contra la dictadura y por la libertad de Cuba. El último grito de ¡Libre! fue seguido de un estallido que condujo de los abrazos a las lágrimas, mientras continuaba ondeando, en progresión, la bandera tricolor.

En medio de su euforia, el público reclamó un bis. Chirino se despidió con el sincrético Míster don´t touch the banana, dando las gracias a una fervorosa audiencia que superó con creces las expectativas de los visitantes. Por último, prometió que volvería a "cruzar el charco", con lo cual la numerosa comunidad cubana de este lado del Atlántico tendrá el privilegio de disfrutarlo una vez más.

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