www.cubaencuentro.com Jueves, 20 de marzo de 2003

 
   
 
¿Qué bolá?
El primer disco del rapero Don Dinero ve la luz en Miami.
por DENNYS MATOS, Madrid
 

Si algo demostró el recopilatorio The Cuban Hip Hop All Star (Volumen 1) —compuesto por 13 temas de igual número de grupos y editado en 2001 por el sello holandés Papaya Records—, fue el numeroso y pujante movimiento de hip-hop que se desarrolla en Cuba.
Don dinero
Fuera de la Isla ya son varios los cultivadores de este género que se han hecho un hueco en el mercado. La agrupación más importante, sin duda alguna, es Orishas (A lo cubano y Emigrantes, EMI). No obstante, también hay otras que ya tienen presencia en el circuito internacional, como Equis Alfonso, con Mundo real y X Moré, editados por el sello Vela Records; y Nilo Castillo con Nilo M.C, publicado por la casa Virgins. A esta avanzada se une ahora el primer disco de Don Dinero (¡Qué bolá! Don Dinero 2002), grabado en Miami por el sello Cuba Connection Records.

El disco contempla 15 temas, abre con un intro skit y cierra con un outro skit que puede darnos una idea de la atmósfera sociocultural de la que brotan sus canciones. Tanto el intro como el outro son los comentarios, continua y deliberadamente interrumpidos, que se hacen en una reunión de inmigrantes cubanos en Miami. Comentarios expresados en jerga chispeante, muchas veces difícil de entender, donde abundan las referencias a la calle, el trapicheo, los guardacostas, el barrio, los cultos afrocubanos y el dinero. En una parte de la dedicatoria del CD, Don Dinero dice: "... esto es pá el que vino a este país a luchar y a buscar ...". Su rap tiene un sonido cuya base rítmica aprovecha, más que la música cubana, los timbres salseros cercanos al estilo boricua. El elemento viene dado por la participación del puertorriqueño D'Migo en la producción musical y en algunas de las canciones, como son Pana Pana o Desahogo del alma.

Don Dinero intenta hacer una crónica del medio urbano, marcado por la violencia, las drogas y la delincuencia. De ahí que las canciones refieran al ambiente que de una u otra forma le rodea: el control del barrio y las peleas, los grupos y pandillas callejeras, los chulos (Quién fue) y la guapería. Entre los tópicos están también la familia, el alcohol, las mujeres, los coches, el sexo, las casas, el triunfo y la nostalgia de Cuba. Es el cóctel variopinto que tiñe ¡Qué bola! Don Dinero. Tales intenciones se evidencian en las tres mejores canciones del disco: Don Dinero, Yo ne o de y Mi gente. Incluso, en esta última una frase reza: "qué te pasa, qué tú quieres, la 45 o el uso de la 9... porque yo elimino a 'cualquier' que me debe". Pero quizás sea Yo ne o de lo mejor de todo el compacto, pues logra sintetizar la mayor parte de sus preocupaciones.

Resulta notable que, a fuerza de repetir una y otra vez dichas temáticas y darle el mismo tratamiento, el disco en su conjunto acabe por parecer aburrido. Los temas de Don Dinero no van más allá de simples referencias a su contexto y, para ser realistas, son los que mejor le quedan. Cuando habla del amor o aborda otras historias sentimentales su música se vuelve lacrimosa, y el lenguaje algo empalagoso.

¡Qué bola! Don Dinero aporta la actividad de un nuevo escenario para el hip-hop y el rap de raigambre cubana, estableciéndose tres focos de producción: uno en Cuba, recogido en el The Cuban Hip-Hop...; otro en Europa, con el grupo Orishas y Nilo Castillo; y ahora Don Dinero, en Miami. En Estados Unidos otros músicos cubanos cultivan el género, pero lo hacen fundamentalmente en inglés, como es el caso de Cypress Hill, que tiene canciones en español y elementos musicales evidentemente criollos, pero su obra en general no tiene que ver con las otras tendencias.

Es pronto para aventurar una tipología, en cuanto a contenido y forma, de los matices que distinguen cada círculo de creación. Lo que sí está claro es que cada uno de estos núcleos va adquiriendo características textuales y musicales propias. En los grupos que están dentro de la Isla salta a la vista el empleo de textos más rebuscados, con pretensiones más intelectuales. En sus canciones, los tópicos de la calle, la violencia, el barrio, el dinero y la riqueza, como realización del sueño americano —tan presentes en los temas de Don Dinero—, ceden espacio a la sociedad, la política y la economía. Se habla de los problemas étnicos y raciales, del nihilismo ideológico y de la desaprobación generalizada del estado actual de cosas en Cuba.

Respecto a la música, los grupos presentes en el The Cuban Hip-Hop... tienden a usar más la afrocubana en sus bases rítmicas. No apelan tanto al son, como sucede con Orishas, Nilo Castillo o Equis Alfonso; ni a la salsa, como hace Don Dinero. En su sonido genérico tienen menor entrada las influencias del pop, el tecno o la música Hause (evidentes en Orishas y Nilo Castillo). Por eso, en parte, Don Dinero y los grupos del interior de la Isla emplean la jerga en mayor medida: les preocupa menos buscar una dimensión más internacional de su lenguaje.

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