www.cubaencuentro.com Martes, 29 de abril de 2003

 
   
 
El repunte del olvidado
Editado por el sello Virgin, el primer disco de 'Pepesito' Reyes recoge trece temas entre canciones e instrumentales.
por DENNYS MATOS, Madrid
 

Uno de los fenómenos más curiosos que posibilitó el proyecto Buena Vista Social Club fue el de "descubrir" a un maravilloso grupo de músicos que, en brevísimo tiempo, se ha convertido en una de las pocas pléyades de música popular con mayor cantidad de
Pepesito Reyes
seguidores en el mundo. Dada su avanzada edad —sobre todo Compay Segundo, Pío Leiva, Rubén González e Ibrahim Ferrer—, estos músicos poco o nada podían hacer ya por salvarse del olvido, a pesar de sus brillantes trayectorias.

Todos ellos han despegado ahora —y de qué manera— con sus respectivas obras individuales, de suerte que en apenas cuatro años han dejado de ser "músicos descubiertos" para convertirse en "descubridores de músicos". Este es el caso de Eliades Ochoa con José Pepesito Reyes Núñez, quien recientemente ha editado su primer disco.

Con Pepesito se da una circunstancia que añade más curiosidad a su situación, y es que muchos miembros de su propio gremio —jóvenes y menos jóvenes— desconocían quién era, incluso después de haber salido su disco.

Editado por Virgin, el CD Pepesito Reyes recoge trece temas entre canciones e instrumentales. Todos los números se grabaron en los estudios Egrem de La Habana, excepto El manisero, asumido por Eurosonic en Madrid. Lo primero que destaca en la placa es la equilibrada elección del repertorio, que incluye géneros que van desde el instrumental (Escucha mi piano y Noche esplendorosa) y la canción (Begin the beguine y My baby just cares for me), pasando por el son montuno (Mami, me gustó), el danzón (Bodas de oro —instrumental— y Almendra), el pregón (El manisero), el cha cha cha (Los tamalitos de Olga) y el bolero (Alguien que no seas tú), hasta la guajira, la guajira son (Como arrullo de palma y La Guantanamera, respectivamente) y finalmente la descarga (Descarga).

Abre el disco Begin the beguine, instrumental de Porter Cole interpretado al piano por Pepesito, quien pone su especial tumbao cubano a la sonoridad norteamericana. Junto con My baby cares just for me, el tema de Cole constituye una especie de reedición de las noches en el Café Metrópoli de Nueva York, donde trabajara el músico durante 10 años.

Desde el punto de vista vocal, las canciones mejor interpretadas son Como arrullo de palma, de Ernesto Lecuona, y My baby cares just for me, de Donalsond/Kahn. En la primera, Beatriz Márquez realiza una atinada interpretación, modulando la voz con gran sensualidad al ajustarse a las tersas pero vigorosas notas salidas del piano de Pepesito.

En tanto, la voz metálica y potente de la cantante norteamericana Sandra Booker se encarga en el segundo número de alcanzar frases exquisitas, donde la voz y el piano parecen acariciarse. Otra canción que sobresale por su trabajo vocal es El manisero, de Moisés Simón, interpretada por la cantaora Estrella Morente, quien discurre en claro estilo flamenco y logra una buena química a partir de una feliz conjunción con el ritmo popular cubano.

Estos números marcan el trabajo vocal del disco, que no siempre alcanza la misma temperatura. En el resto de las canciones están las voces de Luis F. de la Paz y Salvador Heredia. Son interpretaciones bastante discretas, como sucede con Alguien que no seas tú, de Pepesito, o Mami, me gustó, de Felix Chapotin, que despuntan por los arreglos, sobre todo del piano y los metales. Hay también algunos destellos de buen empaste en Los tamalitos de Olga, de Richard Egües, o en La Guantanamera, de Joseito Fernández. Precisamente, Pepesito es autor de la frase pianística del tema popular cubano más divulgado en el mundo.

Pero es la obra al piano de Reyes lo que ofrece un particular encanto al disco. Comenzando por Escucha mi piano, de su autoría, convertida virtualmente en una exposición de su estilo, marcado por una leve sensibilidad con matices evocadores y coloristas. Descarga Pepesito, por su parte, ilustra el original acento de este singular habanero en el tumbao cubano. Estos números, junto a otros que descuellan por sus influencias jazzísticas, hablan de un notable pianista, lamentablemente olvidado hasta hoy.

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