¿Cuántos libros tiene tu biblioteca?
Nunca los he contado.
¿Cómo los tienes organizados?
Por autor y en algunos casos, como es el de la literatura cubana, por tema. Sin embargo, como soy tan posesiva de la poesía, tengo a todos los poetas y poetisas en mi dormitorio, al lado de aquellos que me
parecen afines o que fueron amigos. También en la intimidad de mi dormitorio tengo, para que me acompañen, El Arte de la Memoria, de Frances Yates, y todos los libros de ficción de Jeannette Winterson. Los Diarios y novelas de Anais Nin, toda la obra traducida del ruso de Marina Tsvetaeva y Anna Ajmatova, Rayuela y los relatos de Julio Cortazar, por ejemplo. Puede que esta biblioteca se llame mi biblioteca privada.
¿Qué criterio sigues para comprar libros: un criterio racional o te dejas llevar por el impulso?
Diría que la lealtad a un autor/a, y la curiosidad desde luego.
¿Qué haces para controlar la cantidad excesiva de volúmenes?
Como he llevado una vida algo errante de un lado para otro, no he acumulado mucho. Ahora tengo lo imprescindible.
¿Cuál es el ejemplar más valioso de tu biblioteca?
Una primera edición de los diez volúmenes del Estudio de la Historia, de Arnold Toynbee, en inglés, por supuesto.
¿Hay libros de los que tienes más de una edición?
Sí, algunos escritores o escritoras de habla inglesa que han corregido posteriormente sus obras.
¿Cuál es el libro que más veces has releído?
Las Olas de Virginia Woolf, en inglés, y desde luego, constantemente regreso a Shakespeare, a su poesía. |