www.cubaencuentro.com Viernes, 18 de julio de 2003

 
  Parte 1/2
 
Entre utopía y realidad
La Fundación Carlos de Amberes acogió recientemente la exposición 'Interiores cubanos', con fotos de Robert Van Der Hilst y textos de Zoe Valdés.
por DENNYS MATOS, Madrid
 

El gran mérito filosófico de la Ilustración fue hacer que, a través de su anticlericalismo, el paraíso tuviera razón de ser en la tierra. Que el no lugar dibujado con sueños y aspiraciones reservadas a seres impolutos en jardines inefables tuviera un rostro asequible. De este modo, la justicia, el amor, la igualdad, la libertad y la felicidad plena que la religión encargó durante siglos al cielo, quedó en manos del hombre, cuyo edén no era otro que el universo habitado por él y el resto de las especies animales y vegetales.

Miami
Interiores cubanos en Miami (Robert Van Der Hilst).

Este ha sido el origen de todas las utopías modernas y también de los genocidios que ha traído consigo el afán de materializarlas, desde el anarquismo, pasando por el socialismo, hasta desembocar en el fascismo, el maoísmo y el estalinismo. Todas estas corrientes prometían una existencia terrenal digna, una mejor vida en el mejor de los mundos posibles. El castrismo no ha sido la excepción.

La revolución cubana participa de ese espíritu: practica una transformación radical de las condiciones socioeconómicas, políticas y culturales en nombre de la formación de una sociedad justa, equitativa y libre, que desate las potencialidades materiales y espirituales de los ciudadanos. Esa es la poesía de la revolución a que hacía referencia Karl Marx en el Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, y en sus textos sobre las guerras civiles en Francia. Una poesía auténtica que, en el caso de Cuba, desgraciadamente, el Gobierno primero silenció y después desterró.

Gracias a los ecos cada vez más sordos de esa poesía transgresora, que intenta hacer realidad en la tierra un mundo antes sólo identificado con el cielo, todavía el castrismo respira con el apoyo de no pocos, incluyendo algunos intelectuales. En una entrevista publicada recientemente en el suplemento El Cultural del diario español El Mundo, el escritor Milan Kundera aseguraba: "Es extremadamente fácil condenar los gulags, pero rechazar la poesía totalitaria que conduce al gulag, pasando por el paraíso, sigue siendo tan difícil como siempre". Pero en estos momentos la revolución no existe, ni tampoco la utopía que la hizo nacer: sólo existe el castrismo, que es un delirio colectivo de totalitarismo paranoico.

La exposición fotográfica Interiores cubanos, de Robert Van Der Hilst, con textos de Zoe Valdés, presentada recientemente en la Fundación Carlos de Amberes en Madrid, muestra una serie de paradojas que en una u otra dirección hablan del paraíso, del gulag, de la mentira, del amor, de la utopía, del odio, de la desidia, de la historia, del olvido… Las imágenes de interiores de casas de familias cubanas de la Isla y de otras que viven en Miami proponen una reflexión sobre "lo cubano" como una identidad fragmentada, huidiza y complicada de asir, precisamente por la cantidad de flecos y disparidades que revela.

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