www.cubaencuentro.com Martes, 07 de octubre de 2003

 
   
 
Noches de juglar
Con apariencia de abuelo venerable y sabio, Pedro Luis Ferrer insiste en su perfil políticamente incorrecto y satisface expectativas durante sus conciertos en Madrid.
por ENRIQUE COLLAZO, Madrid
 

Durante las noches del 2 y el 9 de septiembre el extraordinario juglar que es Pedro Luis Ferrer, deleitó a una fervorosa concurrencia —en gran medida cubana— que asistió al Café Berlín de Madrid, ávida por verificar si aquel brillante guitarrista, inspirado trovador contestatario y cultor de la guaracha picaresca (que lo acerca mucho a Ñico Saquito), mantenía aún sus credenciales, después de más de 30 años de carrera como creador musical.

Pedro Luis Ferrer
Cantautor Ferrer.

Y por supuesto que no decepcionó, sino todo lo contrario, pues como el buen ron añejo, Ferrer demostró que a pesar del tiempo sigue siendo un espléndido instrumentista con una fina sensibilidad, dotado de una poderosa voz, a la vez que mantiene el mismo perfil políticamente incorrecto con el que siempre se identificó su manera de hacer canciones y su pensamiento. Además de ello, el cantautor fue capaz de convertir su concierto en una especie de performance cultural, al ofrecer no sólo su música, sino también formidables sonetos, chistes y bromas costumbristas, así como canciones de la trova tradicional de su Yaguajay natal.

Durante la velada, Ferrer combinó eficazmente temas clásicos de su repertorio, tales como Vierte corazón tu pena, Mariposa —interpretada con acierto por su hija— y el antológico Romance de la Niña Mala, con otros más recientes: Cuba 100% y aquél muy popular que dice: "tengo un amigo palero y otro que es abacuá; son más hombres y más amigos que muchos que no son ná". La imagen que proyectó en el concierto fue la de siempre, la de un juglar interesado básicamente en trasmitir emociones y remover las conciencias, mucho más ahora que, con cincuenta años cumplidos, unos cuantos kilos de más, una barba entrecana y los espejuelos puestos de medio lado para leer la partitura, daba la sensación de un abuelo sabio y venerable, acompañado por su atractiva hija, quien con su bien timbrada voz hacía de segunda.

Dos de los momentos más animados del concierto se produjeron cuando Ferrer interpretó dos temas: uno que alude directamente a Castro y el otro a la terrible situación de penuria alimentaria que desde hace más de una década sufre la población cubana. En el primero de ellos, el cantautor narra cómo cada vez que hace una gira internacional la gente le pregunta si él es de Fidel o está en su contra, cuestionamiento que le dio pie para componer Aquí todo es de Fidel, al considerar la profunda impronta que en la vida de cada cubano ha dejado Castro a lo largo de más de 40 años en el poder.

El mismo Ferrer, en tono de sarcasmo y a golpe de rica guaracha, va relatando cómo todas las creaciones cubanas después de 1959, desde la libreta de abastecimiento y los camellos, pasando por la "mafia cubana de Miami" y "la batalla de ideas", hasta los pedraplenes y el machismo-leninismo, son creaciones que, al menos en última instancia, han sido consecuencia de la nefasta vocación totalitaria del déspota. El otro tema desató el delirio en la concurrencia cuando al son de otra rica guaracha expresa: "en la luna un mé se pue'stá, dos mé se pue'stá, tres mé se pue'stá, cuatro mé se pue'stá, pero cinco mé no se pue'sta...".

Durante el concierto, al cual asistieron entre otros el cantautor Raúl Torres y la actriz Laura Ramos, Ferrer dedicó palabras de respeto y solidaridad con el poeta Raúl Rivero, condenado a 20 años de prisión durante la última ola represiva del régimen. Un momento verdaderamente emocionante fue cuando el trovador se refirió al profundo dolor que sintió al enterarse del repentino fallecimiento del escritor y cineasta Jesús Díaz. Ferrer contó cómo en el primer concierto que dio en La Habana después del suceso, le pidió al público asistente un minuto de silencio en memoria del fundador de la revista Encuentro de la Cultura Cubana. Fue entonces cuando interpretó un sentido tema que dedicó a Díaz y a su obra en favor de la cultura insular.

En resumen, Pedro Luis Ferrer superó con creces las expectativas que generó el anuncio de su concierto en un nutrido grupo de sus seguidores aquí en Madrid. A partir de ahora todos estarán atentos a la salida de un nuevo disco suyo y a futuras presentaciones que con su grupo al completo se programen en España.

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