Artistas como René Francisco, Cosme Proenza, Ana Albertina Delgado y Carlos Quintana se mueven dentro de una lógica de representación postmoderna, usan la cita clásica, construyen pastiches pictóricos desenvolviéndose en general con disimulo virtuoso.
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Sin título (Eduardo Rubén). |
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La llamada pintura de la imaginación —en América Latina impulsada por los surrealistas y creada al calor de las cosmovisiones mágico-religiosas afrocaribeñas o propiamente americanas— comprobamos una vez más no ha sido privativa de mujeres como Zaida del Río, Alicia Leal y Yasmina Guerra, la cultivaron además en esta época Moisés Finalé, Segundo Planes, entre otras figuras masculinas.
New Critic, de Ciro Quintana; Los vuelos, de Osmani Simanca, y Entre dos, de Tonel, representan la zona del humor gráfico. Ellos se nutren en diferentes dosis de la cultura callejera cubana, del pop norteamericano y la historieta, del anuncio publicitario y de la caricatura. Esta última constituye para Simanca y Tonel la escuela formadora por excelencia.
En conversación con el señor Andreas Lendl, propietario de la galería, éste comentaba que la muestra es visitada por personas interesadas en Cuba o por turistas que han pasado alguna temporada en la Isla, muchos de ellos (potenciales compradores) coinciden al opinar que los cuadros no tienen colores alegres, hablan de muerte y desesperanza, lo cual les defrauda porque no encaja en la idea que tienen de "Cuba", de "lo cubano".
Si algo importante ofrece ¡Abre los ojos! Arte de Cuba 1982-1992 es el imperativo de romper moldes a la hora de valorar el arte y a los artistas de este período desechando los enfoques unidireccionales, el corsé generación, los prejuicios que nos han hecho ver a los artistas emergentes siempre románticos, avant-garde, desinteresados en el aspecto mercantil del arte, y a los demás, siempre oficialistas, desactualizados, teñidos del color de la década gris.
Lentamente, cavando en profundidad y sin ruido, esta exposición trabaja por cambiar el cliché de Cuba como sitio-donde-tan-bien-se-está. Aplaudo el olfato de los coleccionistas y el espíritu de riesgo de la Haus der Kunst de la ciudad de Graz. |