www.cubaencuentro.com Lunes, 17 de noviembre de 2003

 
  Parte 2/2
 
El comandante ya tiene quien le escriba
Convencido de la relación entre humor, tolerancia y democracia, el escritor Enrique del Risco (Enrisco) presenta su tercer libro sobre el tema.
por MICHEL SUáREZ, Madrid
 

El humor político es uno de los anhelos atrofiados por el régimen en el pueblo cubano. Aun así, ¿éste se ha perdido totalmente o subyace?

El comandante

Pese a que siempre fue uno de los géneros más castigados, el humor en Cuba siempre se las ha arreglado para sobrevivir, pero fundamentalmente de una forma subterránea y oral. Yo, personalmente, me siento muy en deuda con esa cultura oral humorística y si pensamos en casos como el de Corea del Norte, en que esa cultura de resistencia fue prácticamente eliminada, uno puede pensar que hasta hemos tenido suerte.

Hay artistas que se las han arreglado, en diversos medios, para introducir el humor político y han sentido de inmediato la fuerza de la censura, y esto lo digo también por experiencia propia. Aunque sucede algo curioso. Cuando desde el régimen se impone la idea de que todo es político, se crea un nivel de complicidad impensable en otros lugares para captar cualquier alusión política por remota que parezca.

Pero de cualquier manera, el ambiente natural del humor es la democracia. No en balde los países con mayor fuerza en el cultivo del humor son, a su vez, aquellos con una mayor tradición democrática. De ahí que esté interesado en la democracia en Cuba, como persona, como ciudadano de ese país, pero también como alguien interesado en el libre derecho a reír en libertad.

La existencia libre del humor es un síntoma de tolerancia, condición indispensable para la implantación de un régimen democrático. Y conste que no estoy diciendo nada nuevo. A finales del siglo XIX, Enrique José Varona —alguien con un sentido del humor muy especial— señaló con insistencia la relación entre humor, tolerancia y democracia y la necesidad de fomentar el humor y la tolerancia como base de la democracia.

¿Las coyunturas informativas son los catalizadores de tu creación?

En el caso de los artículos del libro sí. La historia del libro, o al menos como me la cuento a mí mismo es la siguiente. Hacía tiempo que estaba escribiendo textos de ficción (cuentos fundamentalmente, pero también novelas) y ensayos académicos. Un día, viendo un documental sobre Mark Twain en la televisión, escuché algunas de sus frases y sentí de pronto una tremenda nostalgia por la época en que hacía un humor más inmediato, más apegado a las contingencias políticas.

Enseguida me di cuenta que era una falsa nostalgia: en Cuba, cuando colaboraba con publicaciones humorísticas, apenas podía comentar la cotidianidad, sino de forma bastante indirecta, y aun en esos casos era muy difícil la publicación (En el teatro era diferente y un texto como la Plegaria a San Zumbado tuvo bastante resonancia en su momento).

Decidí entonces darle sentido a esa falsa nostalgia y comentar la actualidad política con el único sentido de invitar a la gente a reírse un poco de ella. Primero traté de colaborar con periódicos en español en Nueva York y en Miami, y entonces descubrí una cosa curiosa. Mientras sus homólogos norteamericanos tenían espacios principales para las columnas humorísticas, los periódicos en español ni siquiera lo contemplaban como posibilidad.

Aun así preparé una serie de artículos sobre política latinoamericana y temas más internacionales, pero por supuesto fueron rechazados. Luego se abrió esta posibilidad en Encuentro en la Red, publicación para la que escribí buena parte de los artículos que componen El Comandante ya tiene quien le escriba.

Un artículo semanal de humor lleva bastante trabajo, sobre todo si además de eso tienes que enseñar, trabajar en la tesis y atender a la familia. Así que el libro está formado en un 20% por material inédito de proyectos que nunca vieron la luz y el resto por colaboraciones que aparecieron en su momento en Encuentro en la Red. El resultado, pese a toda la gravedad que he desplegado en esta entrevista, ha sido, creo, bastante divertido.

Y pasando a un tema, digamos, más concreto: ¿cuándo se presenta el libro?

Este viernes 7 de noviembre, a las 5 y media de la tarde, presento el libro en la librería Lectorum de Manhattan (137 W de la calle 14 entre la 6ta y la 7ma avenidas), y el sábado 22 de noviembre a la 1.30 p.m. en la librería Universal de Miami (Calle 8 y 31 Avenida), aunque ya desde ahora se puede comprar. El presentador en Nueva York será el poeta Alexis Romay y en Miami el escritor Andrés Reynaldo. También se puede comprar en el sitio ediciones.com y más adelante también en amazon.com. Si prefieren contribuir de forma más directa con el humorismo patrio, sencillamente me pueden invitar a comer, pero esa opción ya la recomiendo menos. Yo sé por qué lo digo.

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