www.cubaencuentro.com Jueves, 21 de octubre de 2004

 
   
 
Herencia hispana: un reto al futuro
En Estados Unidos hay 40 millones de personas de origen hispano y 30 millones que hablan español, pero los libros de historia apenas hablan de ello.
por ARMANDO LóPEZ, Nueva Jersey
 

"Bienvenidos a la Casa Blanca", dijo en español el presidente George W. Bush en la Casa Blanca, en el evento donde celebró el Mes de la Herencia Hispana, y añadió: "Estoy orgulloso de llamar estadounidenses a los latinos". Desde hace 16 años, del 15 de septiembre al 15 de octubre se observa en Estados Unidos este mes de celebraciones que, supuestamente, reconoce la influencia política, económica, social y cultural de los hispanos en este país. Fue en 1988 cuando el Congreso extendió la conmemoración a un mes y el presidente Ronald Reagan respaldó la decisión.

Nueva York
Celebración de la Herencia Hispana en Nueva York.

Durante el Mes de la Herencia Hispana ocurre el aniversario de la independencia de México, que se inicia el 15 de septiembre para recordar el Grito de Dolores, en 1810. También la independencia de Centroamérica, decisión tomada el 15 de septiembre de 1821 en Ciudad de Guatemala, por representantes de El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Guatemala, de separarse de la corona española. El 18 de septiembre se evoca el cabildo de 1810 en Santiago de Chile, que dio pie a la independencia del país austral. El 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón llegó al continente americano. Ese día se conmemora el Día de la Raza.

En Estados Unidos hay 40 millones de personas de origen hispano y 30 millones que hablan español. Los hispanos hemos venido por oleadas al territorio norteamericano, compulsados por revoluciones, dictaduras, guerras civiles, corrupción, crisis económicas. Hemos venido sin nada, en busca de una vida mejor, hemos trabajado duro. Aportamos miles de millones al presupuesto estadounidense. Nos hemos hecho ciudadanos. Y votamos en las elecciones presidenciales. La Casa Blanca celebra el mes de nuestra herencia, porque necesita nuestros votos.

Apellidos, tradiciones y costumbres españolas, se vienen mezclando con la cultura  anglosajona desde hace siglos. Pero los libros de historia, escritos por anglosajones, hablan poco de ello. Gran parte del territorio estadounidense estuvo bajo dominio español. En 1803, la Luisiana fue traspasada (vendida) por Napoleón, quien había invadido España. En 1819, España cedió Florida. La guerra de 1846 entre México y Estados Unidos hizo que California, Texas, Nuevo México, Arizona, Colorado, Nevada y Utah pasaran al segundo país. La Guerra Hispano-Norteamericana de 1898 logró que Puerto Rico se convirtiera en Estado Libre Asociado.

Los manuales de historia de Estados Unidos mencionan más al vikingo Leif Ericson (que quizá haya pisado el noreste en el año 1000), que a Cristóbal Colón. Para nada se habla de la exploración española de Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte y Tennessee. Poco se dice que Ponce de León recorrió la Florida en 1513. Tampoco se resalta la fundación por los españoles (1565) de San Agustín, la ciudad más antigua de Estados Unidos (medio siglo antes que la colonización de Nueva Inglaterra). Lo que marca el inicio de la presencia europea, para los historiadores estadounidenses, es la llegada de los peregrinos del Mayflower a Massachusetts, en 1620. Aunque los españoles hayan llegado 125 años antes que los ingleses.

No fue hasta 1970 que la palabra hispano fue incluida en el Censo. No sin alarmarse de que uno de cada diez habitantes, varias cadenas de televisión y cientos de emisoras de radio, ya hablaban español. Les salíamos hasta en la sopa. En el Congreso, en la policía, en la cartelera del Madison Square Garden. En titulares se leía: "Para el año 2020 los hispanos se duplicarán".

Lo que seremos

Hoy exigimos nuestros derechos en voz alta. Aunque no siempre en buena forma. La prensa hispana protesta por discriminación. "Los rubios siempre ganan y nosotros perdemos". Arrastramos ese sentimiento. Lo traemos de nuestros países, donde ingenuamente aprendimos que la pobreza se debe a la explotación de los ricos. La culpa nunca es nuestra. En nuestros países le echábamos la culpa al imperialismo. Aquí, si ganamos el sueldo mínimo, es culpa del patrón que nos explota.

¿Pero estamos preparados para ganar más salario? Estamos capacitados para afrontar los cambios tecnológicos que vienen ocurriendo. ¿Somos competitivos en el mercado laboral? Las cifras de deserción escolar nos dicen que no. Sólo el 78 por ciento de nuestros adolescentes está en la escuela, comparado con el 91,6 por ciento de la población general.

Si aspiramos a vivir en un país donde hispanos y anglos nos entendamos sin complejos ni prejuicios, donde el proceso de asimilación se produzca en ambas direcciones, debemos capacitarnos a la altura del desarrollo. Los hispanos de Estados Unidos debemos ser la avanzada de los nuevos tiempos. En el Mes de la Herencia Hispana celebremos lo que fuimos, sin descuidar ¡lo que seremos!

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