Música cubana del siglo XXI es precisamente lo que contiene el álbum Cuba 21. Nueva música cubana, realizado por artistas residentes en la Isla, Europa y Estados Unidos. La mayoría de ellos seleccionados por el cineasta Benito Zambrano para su filme Habana Blues, estrenado recientemente en España.

Editado en 2004 por la multinacional EMI, en su división latina, Cuba 21 cuenta con una distribución garantizada en todos los países de habla hispana. Los músicos que escriben y componen los temas del CD son menores de cuarenta años, lo que garantiza su distanciamiento de todos los modelos de antologías de música cubana del siglo XX, que recogen expresiones del son tradicional, la trova, el danzón, el mambo y el cha cha chá. Ritmos que en este álbum aparecen descontextualizados de sus esencias convencionales.

De ahí el elenco integrado por Francis, Telmary, Vivanco, Kelvis Ochoa, Yusa, Free Hole Negro, Siete Rayos, Haydeé Milanés, Boris Larramendi, Interactivo, Obsesión y Candyman.

Todos ellos son autores de proyectos que fueron creados a comienzos de este siglo, y no deja de sorprender la riqueza y evolución de los estilos y nuevas tendencias que agrupa esta nueva generación con varios hilos en común, aunque muchos vivan bastante distantes.

Esta nueva antología viene a llenar el vacío que dejó el proyecto de Habana Abierta, el cual, aunque se vendió como grupo, está integrado por músicos de diversas tendencias y estilos, lo cual hizo que se conocieran otras visiones de la música que se hacía en la Isla en los años noventa.

Lo interesante de esta compilación es que trae mucho más de lo que se propuso Habana Abierta, aunque aparezca en ella la huella sonora de este último, ya sea por los arreglos que hizo Pavel Urquiza a los temas de Yusa, la sonoridad del grupo Interactivo, o la presencia misma de dos miembros de Habana Abierta, Kelvis Ochoa y Boris Larramendi. Ochoa interpreta Si tú no quieres y La conga de Juana, y Larramendi, Marea y Llévame allí. Estas piezas están incluidas en sus discos en solitario y representan lo mejor del repertorio que ambos han grabado hasta ahora.

Pero si Cuba 21 se hubiese limitado a la participación de Ochoa y Larramendi, resultaría una suerte de respuesta al proyecto de Habana Abierta en el siglo XXI. Por suerte, el productor sumó a Decemer Bueno en sus dos vertientes: primero, como compositor de boleros, y luego, con su nuevo proyecto, Siete Rayos, que al igual que su anterior Yerba Buena, combina como ningún otro los ritmos caribeños y latinos en general, con la esencia de los cubanos, todos bajo el influjo de la tecnología digital. Su única pieza dentro del CD, Cumbia Reggae, es representativa de su estilo.