Por estos días anda de gira por España y otros países de Europa Marc Ribot (Newark, 1954), a quien se le considera uno de los guitarristas más eclécticos de Nueva York. Conocido en el mundo del rock por sus trabajos con Elvis Costello y Tom Waits, ha colaborado también con Marianne Faithfull, Sam Phillips, Caetano Veloso, Susana Baca y el grupo cubano Sierra Maestra. Por si tan ecléctica nómina no fuera suficiente para acreditar su fama de versátil y su disposición para mezclarse con cualquiera que se lo proponga (su divisa es: "si tiene alma, por mí está bien"), ha compuesto además música para coreografías del japonés Yoshiko Chuma y el belga Wim Vandekeybus, y llevan su firma las bandas sonoras del documental de Joe Schmoe y de los largometrajes The Killing Zone, de Joe Brewster, In the house, de Lisa Rinzler, y The time we killed, de Jennifer Reeves. Desde que llegó en 1978 a la Gran Manzana, Ribot ha sido una verdadera esponja, y se ha empapado del jazz y el soul, el punk y el sonido surf de los sesenta, el blues y la salsa.
Para sus presentaciones durante este verano, Marc Ribot se hace acompañar por uno de esos increíbles proyectos en que se suele embarcar: Los Cubanos Postizos. Acerca de la génesis del mismo, ha comentado: "Fue una intuición. Había descubierto la música del tresero cubano Arsenio Rodríguez y pensé que aquello me serviría para ampliar mi vocabulario. Siempre ha habido una corriente secreta de ritmos latinos en el rock, incluso en los tiempos del punk rock neoyorquino. Yo escuchaba a Mink de Ville y me preguntaba qué era lo que les hacía más disfrutable que otros grupos que tocaban en el CBGB. Encontré la respuesta en viejos discos cubanos".
De aquel deslumbramiento nació Marc Ribot y los Cubanos Postizos (Atlantic Recording, Nueva York, 1998), que lleva esta dedicatoria: "Este CD es un tributo al último gran compositor, guitarrista, tresero y director de orquesta cubano, Arsenio Rodríguez". Seis de los diez temas del compacto pertenecen al catálogo musical de Rodríguez: Aquí como allá, Cómo se goza en el barrio, Los teenagers bailan changüí, La vida es un sueño y Esclavo triste. Ribot incluyó además temas de otros dos compositores cubanos, el habanero Alfredo Bolaño (Aurora en Pekín) y el guantanamero Luis Martínez Griñán (No me llores), y del brasileño Inácio Rios (Choserito plena), así como uno suyo, Postizo.
Marc Ribot toma las canciones de Arsenio Rodríguez y las recrea a su modo, en unas versiones que, si bien no las deforman ni traicionan, se desmarcan del original. Está, en primer lugar, la instrumentación electrónica que se adicionó, y que imprime una sonoridad moderna. En ese aspecto y sin restar mérito a la labor de los restantes músicos, el mayor protagonismo corresponde al propio Ribot, y realmente uno lo agradece. Tenemos así el impagable placer de disfrutar a un guitarrista brillante, creativo, capaz de ejecutar con similar virtuosismo temas rítmicos como Los teenagers bailan changüí y Cómo se goza en el barrio y composiciones más suaves y delicadas como La vida es un sueño o Aurora en Pekín. Un rasgo a destacar es la capacidad de improvisación que despliega en Aquí como allá y Fiesta en el solar, algo que aprendió en las sesiones de jazz y en la etapa cuando tocó con Wilson Pickett. |
