www.cubaencuentro.com Viernes, 09 de septiembre de 2005

 
Parte 2/2
 
Petit elogio de la traductora
Por más de tres décadas, Liliane Hasson ha hecho de la difusión de la literatura cubana una fructífera obsesión.
por CARLOS ESPINOSA DOMíNGUEZ, Nueva Jersey
 

Tampoco es primera vez que Liliane Hasson realiza la versión al francés de un texto de Virgilio Piñera, a quien por cierto Arenas tanto estimaba y respetaba. Antes de La chair de René, que se pondrá a la venta el 31 de agosto (precio: 22 euros), tradujo el largo poema La isla en peso y una selección de sus cuentos, que se publicó en 1988 bajo el título de Nouveaux Contes Froids. Asimismo, para el 2007 tiene programada la salida de su traducción de Pequeñas maniobras, otra de las novelas de Piñera.

Publicada por primera vez en Argentina en 1952, La carne de René no vino a contar con una edición cubana hasta 1995. Diez años antes había aparecido en España bajo el sello de Alfaguara, y en el 2000 fue reeditada por Tusquets. No se trata, sin embargo, de la misma versión. Las dos últimas se anuncian como "Primera edición confrontada con los originales. Texto fijado por Antón Arrufat". En la introducción redactada por este, no se aclaran de qué originales se trata, ni tampoco en qué difieren una y otra. Después de un minucioso cotejo de los dos textos, explica Hasson, pudo comprobar que existen diferencias notables. Ante el dilema de tener que escoger entre una u otra, ella y la editora optaron por tomar como base la de 1952, que a pesar de ser defectuosa ("negligencias, erratas y sobre todo una puntuación aberrante"), respeta el espíritu y la letra de la novela tal y como vio la luz en vida de su autor.

Habrá que aguardar ahora a que La chair de René llegue a las librerías, para conocer la opinión de los lectores y críticos franceses. Mientras eso se produce, aprovecho para hacer notar lo curioso que resulta que un autor que desde joven demostró una profunda admiración por la literatura de ese país, se haya traducido tan poco a ese idioma. Esta novela insólita, visionaria, sombríamente sarcástica, elogiada por Gombrowicz y que Piñera prefería entre todas las que escribió, debería servir para que los franceses descubran por fin a uno de los mejores autores de América Latina.

La publicación de Encore une fois la mer y La chair de René brinda además una estupenda oportunidad para hacer algo que considero de elemental justicia: reconocer el importante y sostenido trabajo de difusión de la literatura cubana que desde hace varias décadas viene realizando Liliane Hasson. Los títulos que antes mencioné forman parte en realidad de una extensa lista en la cual figuran autores como Guillermo Rosales (Boarding Home), Antonio José Ponte (Las comidas profundas), Zoè Valdés (Te di la vida entera, Café Nostalgia, Querido primer novio, La rabia de los ‡ngeles) y Carlos Victoria (La ruta del mago, La travesía secreta, a los que se sumarán, el año próximo, Puente en la oscuridad, y en 2007, El salón del ciego). Suyas son además las antologías Cuba. Nouvelles et contes d'aujourd'hui (1985) y L'ombre de La Havane (1997), así como el ensayo L'image de la Révolution cubaine dans la presse française et espagnole (1981). En el género testimonial, tiene en cartera para el 2006 la salida de A la rencontre de Reinaldo Arenas (el título es provisional), con el cual dará continuidad a su especial dedicación al creador de Celestino antes del alba.

Dos de los escritores a los que Hasson ha traducido al francés se han sumado a este très modeste reconnaissance. Uno es Antonio José Ponte, quien envió desde La Habana este texto: "Cuando alguien de una rica experiencia como Liliane Hasson traduce un libro no sólo ofrece el trabajo de un autor en otro idioma a los lectores franceses, sino que relaciona a ese autor con otros que haya traducido. Creo que Liliane consiguió un precioso equivalente para Las comidas profundas (Les nourritures lointaines) y que acercó esa obrita mía a las obras de Virgilio Piñera, Reinaldo Arenas y Carlos Victoria, por citar algunos nombres. Haber sido traducido por ella me prestó lengua y familia. Y ya, Liliane Hasson mediante, me atrevo a considerarme primo cuarto o quinto de Virgilio Piñera".

El otro autor que me hizo llegar desde Miami sus palabras es Carlos Victoria. A continuación las reproduzco: "En 1985, cuando el concepto de 'literatura de las dos orillas' era casi impensable, Liliane Hasson compiló y publicó en París una antología de cuentos cubanos que incluía a Cabrera Infante junto a Jesús Díaz y Norberto Fuentes, que por esa época aún se encontraban en Cuba, y a César López y Eduardo Heras León junto a Lydia Cabrera y Nelson Rodríguez Leyva, fusilado en la isla a principios de los años 70, sin olvidar a grandes maestros de nuestra cuentística como Antonio Benítez Rojo y Calvert Casey. Desde hace más de tres décadas, la literatura cubana se ha convertido para Liliane en una fructífera obsesión. Sus traducciones al francés de libros de Virgilio Piñera y Reinaldo Arenas, entre otros autores, son extraordinarias. Personalmente, debo agradecerle el empeño que ha puesto en traducir y divulgar mi obra, desde que leyó algunos relatos en revistas del exilio, muchos años antes de que yo publicara mi primer libro, hasta el día de hoy".

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