www.cubaencuentro.com Jueves, 13 de noviembre de 2003

 
   
 
Pobre tipo
por LáZARO MORELL, Madrid
 

He querido terminar el ciclo dedicado a Pablo Milanés con dos de sus obras más conocidas. Casi siempre ocurre que de tanto escuchar una canción dejamos de oírla: las palabras resbalan desde su familiaridad y la música contribuye a diluirles el sentido. Por ello puede ser conveniente intentar escucharlas (o leerlas) como si de obras nuevas se tratara. Pobre del cantor fue una pieza emblemática de la nueva trova en sus orígenes y tiene consigo una carga política llena de connotaciones que no están en su letra. Porque los mejores versos de Pablo, como ocurre siempre con la poesía, son aquellos que no son referenciables a una situación específica, sino que pueden decir muchas cosas a muchas personas en circunstancias diversas. Así, lo que escuchamos en un contexto, de pronto se torna diferente si lo aplicamos a otro, o a un tercero, o a infinitas situaciones. Es el caso de esta pieza, canto al compromiso, pero no a uno predeterminado, sino a cualquier situación en que el ser humano (el cantor que siempre podemos ser) tenga que optar entre la comodidad y el riesgo, entre la verdad o el silencio cómplice.

Pienso ahora en Víctor Jara, pero también en Raúl Rivero, cantores ambos, que en circunstancias aparentemente opuestas, pero muy similares en el fondo, sufrieron la mutilación de sus voces por causa de la barbarie. Recuerdo, también, un concierto de Paco Ibañez en el teatro Olympia de París, en el que los versos de Celaya conmovieron a multitudes. Al fin y al cabo, el problema siempre es y será el mismo: el individuo y su conciencia frente al poder, no importa la forma que este adquiera.

Pobre del cantor (canción)
Pablo Milanés

Pobre del cantor de nuestros días
que no arriesgue su cuerda
por no arriesgar su vida.
Pobre del cantor que nunca sepa
que fuimos la semilla
y hoy somos esta vida.
Pobre del cantor que nunca sepa
que fuimos la semilla
y hoy somos esta vida.
Pobre del cantor que un día la historia
lo borre sin la gloria
de haber tocado espinas.
Pobre del cantor que fue marcado
para sufrir un poco
y hoy está derrotado.
Pobre del cantor que sus informes
le borren hasta el nombre
con copias asesinas.
Pobre del cantor que no se alce
y siga hacia delante
con más canto y más vida.
Pobre del cantor que no halle el modo
de tener bien seguro
su proceder con todos.
Pobre del cantor que no se imponga
con su canción de gloria,
con embarres y lodos.
Pobre del cantor de nuestros días
que no arriesgue su cuerda
por no arriesgar su vida.
Pobre del cantor que nunca sepa
que fuimos la semilla
y hoy somos esta vida.
Pobre del cantor que nunca sepa
que fuimos la semilla
y hoy somos esta vida.

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