www.cubaencuentro.com Martes, 30 de septiembre de 2003

 
  Parte 3/4
 
Castro el infiel
La nueva biografía de Fidel Castro, escrita por el francés Serge Raffy, reconstruye el proceso sobre cómo se forja un autócrata.
por ELIZABETH BURGOS, París
 

Las modalidades de la irrupción del joven Fidel Castro en el panorama político de la Isla, eran las que reinaban en la época: violencia, y gangsterismo político. Un hecho excepcional que determinará el futuro político de Fidel Castro, según Serge Raffy, es el encuentro con Fabio Grobart. Según el biógrafo, la colaboración de Fidel Castro con el horizonte soviético dataría de esa época. Corre el año 1948. Fabio Grobart, judío polaco, cuyo nombre verdadero es Abraham Semjovitch, como jefe de la "red del Caribe" suplente del Komintern, ha recibido la orden de Moscú para reclutar "hombres nuestros", agitadores antiimperialistas, cuya particularidad es que no militen en los partidos comunistas; antes por el contrario, deben aparecer como visceralmente anticomunistas. El KGB precisa de hombres de acción y no de militantes.

Fidel Castro corresponde al perfil requerido: "de reputación 'gangsteril', sus métodos brutales, su activismo impetuoso, su aventurerismo", hacen de él el candidato perfecto. El encuentro se da por intermedio de Flavio Bravo al regreso de Fidel Castro de Bogotá, a donde había ido para participar en un encuentro latinoamericano de estudiantes auspiciado por Perón. Al mismo tiempo se realizaba la Novena Conferencia Panamericana de Cancilleres que debía inaugurarse el 9 de abril, de no haberlo impedido el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, líder del partido liberal, provocando la revuelta y el incendio de Bogotá.

Sin embargo, existen testimonios que afirman que cuando Fidel Castro viajó a Bogotá, en compañía de Rafael del Pino Siero (ex miembro del ejército norteamericano, muy cercano a Castro, con quien rompió en México en vísperas del desembarco del Granma. Detenido en 1959, condenado a 30 años de cárcel, al cabo de 17 apareció ahorcado en su celda), iba con una misión de la CIA para la que colaboraban ambos. La misión asignada era la infiltración de los movimientos estudiantiles latinoamericanos. Tal vez, el que fuera colaborador de la CIA lo dotaba ante Grobart de una cualidad mayor.

Esa condición de "agente doble" era para el joven Castro terreno conocido. No nos referimos a la práctica de la denegación, traición o virajes, propios del juego político, sino a una verdadera estructura psicológica derivada de los avatares del origen de su biografía: la propensión a ser simultáneamente dos personas; a jugar en dos campos al mismo tiempo. Opuestos a la idea del personaje íntegro e impetuoso que representa, ciertos hechos nos hacen entrever su personalidad doble. El doble le fue dado como un sustrato de identidad desde su nacimiento: doble hogar, doble nombre, doble identidad, doble pertenencia familiar.

Esa estructura de lo doble aparece en todas las acciones que él emprende, ocasionando crisis, pues es una conducta que aplica el "doble bind", que como se sabe, es el origen de muchas perturbaciones psíquicas. La inclinación a crear situaciones dobles es una constante en él. Su capacidad de infidelidad en las relaciones políticas, el hecho de que desde 1959 el gobierno real lo detentó primero un gobierno secreto, y luego en el aparato de gobierno tienen preeminencia absoluta los servicios de inteligencia y de control policial. También fue bajo el signo del doble que organizaba los grupos revolucionarios que debían provocar el estallido de la revolución en América Latina.

De hecho, el castrismo pone término al tradicional militante bolchevique, íntegro, austero, discreto, consciente de su heroicidad anónima. El castrismo dio cabida a un combatiente mitad agente secreto, mitad cowboy —doble agente— de heroicidad escandalosa. En cuanto a la cooperación que practica con los gobiernos, en particular los latinoamericanos, la modalidad es la captación de agentes dentro de aparatos e instituciones del Estado, y a su vez, infiltración de agentes cubanos bajo fachada de médicos, técnicos deportivos…; y cuando la relación se vuelve complicidad, integrará directamente agentes del aparato de seguridad cubanos al aparato del Estado receptor, como sucedió en Chile y sucede hoy en Venezuela.

Su capacidad de cambiar de registro, la maleabilidad de su personalidad, impide que ningún tipo de negociación concluya con él en algo tangible, pues nunca se estará tratando con el verdadero, sino con el otro. Y él mismo no se sentirá concernido, pues siempre será el otro quien actúe, de allí que la trasgresión sea el ambiente que mejor le acomode. La ley será siempre la de su voluntad.

1. Inicio
2. Sueños de grandeza...
3. Las modalidades de la irrupción...
4. Cierre de un período...
   
 
EnviarImprimir
 
 
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir