www.cubaencuentro.com Viernes, 09 de septiembre de 2005

 
  Parte 1/4
 
¿Se va a bolina la décima cubana?
'Cántaro inverso', libro de Pedro Péglez, galardonado en la última edición del Premio Iberoamericano Cucalambé.
por ANTONIO VALIENTE, La Habana
 

En un sobrecito con las esquinas cortadas —supongo que se trate de otro acto de  alevosía de Correos de Cuba— ha llegado a mis manos un librito de décimas titulado Cántaro inverso, de Pedro Péglez González, autor cubano nacido en Ciudad de La Habana en 1945.

Según los dos o tres críticos insulares de la espinela, la estrofa endilgada al rondeño Vicente Espinel fue calificada estanza nacional por el bayamés José Fornaris, en un documento que no aparece ni en los centros espirituales, y todo indica que ese instante fue el punto de partida de la caída en desgracia de la pobrecilla "cárcel de aire puro".

Y es que la historia de la décima escrita en la Isla es un relato decadente. Pretender armonizar el coro bajo la égida de "lo identitario", "lo singular", "lo ascendente", es un dislate, en tanto los momentos más significativos de esa concurrencia creacional pertenecen a un ámbito dispersivo, penetrado por la falta de orientación, el divorcio de la mayoría de los coreutas de las corrientes, tendencias… de la poesía universal, y el apego a las aguas discursivas de ciertos paradigmas insulares (El Cucalambé, el Indio Naborí) que inevitablemente conforman una atmósfera viciada en torno suyo.

Honrosas excepciones dentro de esa historia son Eugenio Florit, la catedral lingüística lezamiana, Eliseo Diego y Severo Sarduy, voces disidentes de un fenómeno polémico y poco estudiado desde una perspectiva desprejuiciada y verdaderamente objetiva.

El permanente extravío decimero en los montes defenestrados de la ínsula, la extirpación de la frescura repentista por los medios de comunicación, que exigen la elaboración previa de la espinela para evitar supuestos errores en público o contraproducentes encrucijadas políticas e ideológicas, y la caza sin tregua de la popular o culta décima humorística que esgrime el estilete del choteo y la crítica social, han sido factores adversos para el desarrollo de la estrofa que, justamente en los años iniciales del tercer milenio, da muestras de maniatados rumbos expresivos, sólo aireados en parte por la voluntad renovadora de jóvenes poetas que se enfrentan al sonsonete cubanísimo con armas herméticas, intencionales votos por mantenerse al margen de nacionalistas legitimaciones oficiales o desde la asunción de un culto discurso negador de precedentes reconocibles en el maremagnum octosilábico.

Autores recientes como Carlos Esquivel Guerra, Alberto Garrido, José Luis Serrano, Ronel González, Diusmel Machado Estrada, entre otros, han asumido el reto de la profanación de lo establecido y en sus obras abundan los ejemplos de inconformidad ante el bien escamoteado relato histórico nacional.

Nueva maniobra de la trivialidad

Pero regresemos al bochornoso caso Péglez y echemos una ojeada a su obra anterior a esta nueva maniobra de la trivialidad, respaldada por el sistema oficial de concursos, que es Cántaro inverso.

1. Inicio
2. El primer decimario...
3. Cualquiera, sin ser...
4. Organizado tomando...
   
 
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