www.cubaencuentro.com Viernes, 28 de octubre de 2005

 
  Parte 2/4
 
La otra guerra
Mitos de la revolución cubana: Una investigación destapa las contradicciones entre las guerrillas de Castro y el movimiento urbano.
por ELIZABETH BURGOS, París
 

Luego teorizó la experiencia y de allí resultó la teoría del "foco guerrillero"; de esa forma Guevara impartía al modelo cubano la fuerza de una verdad con validez universal. El modelo propuesto por Cuba tuvo seguidores en todo el continente. El propio Guevara lo aplicó fielmente en su fracasada aventura en el ex Congo belga y luego en Bolivia. El análisis de la revolución cubana, visto desde esta perspectiva, atañe también a una visión de la historia contemporánea de América latina.

Julia E. Sweig, al demostrar que la versión de la historia está sesgada, está cuestionando la validez del modelo propuesto por Ernesto Guevara como método para la toma del poder. Si bien es cierto que la Sierra Maestra significó a nivel simbólico la escena que atrajo las miradas del mundo y forjó el sustento del imaginario de la revolución, Sweig demuestra que el "Llano" fue el estamento de la oposición que contribuyó con tanta o mayor contundencia a la erosión del régimen.

La lucha clandestina urbana protagonizó formas variadas de lucha: política, armada, terrorismo, acción sindical; manteniendo una atmósfera de acoso y de reto constante, obligando al gobierno a reprimir, aumentando así la animadversión que de por sí ya le tenía la población, además de atraerle la reprobación de la opinión pública internacional, en particular, la norteamericana.

Además, el Llano tuvo a su cargo el suministro vital indispensable para la subsistencia de la Sierra. De hecho, la Sierra dependía casi enteramente de las redes urbanas para sobrevivir: el Llano debía proveerla de armas, medicinas, ropa, dinero y de la publicidad, nacional e internacional.

La dicotomía entre la Sierra y el Llano se origina en las tensiones que existieron entre  los dos campos antes de la toma del poder, que eran la prefiguración temprana de visiones divergentes en cuanto al proyecto social y político que pensaban implantar en el país: de allí que se explique la temprana oposición —incluso armada— que surgió muy desde los comienzos contra el proyecto de Castro.

La Sierra, integrada por los rebeldes de la Sierra Maestra, desarrollaba una visión rural de la sociedad; mientras que el Llano, integrado por la amplia clase media y profesional que asumía la lucha clandestina en las ciudades, aspiraba a la democracia representativa y la restitución de la institucionalidad.

De allí que afirmar la preeminencia de la Sierra sobre el Llano, era indispensable para el proyecto ideológico y el tipo de régimen que el liderazgo castrista había decidido de antemano instaurar: la imposición de un modelo eminentemente militar que posteriormente se convertiría en su sustento ideológico, tanto en el ámbito local como en el global.

Es así como en el plano nacional todos los estamentos sociales del país fueron enmarcados dentro de organizaciones con finalidades de tipo militar. Y en cuanto a la política internacional cubana, en particular hacia América Latina, al tener como eje la aplicación generalizada de la teoría del foco guerrillero, se sustentó en una diplomacia puesta al servicio de propósitos eminentemente militares.

Inspirados en el modelo cubano y en la teoría del foco, los revolucionarios latinoamericanos buscaron imitar ese modelo simplificado que Cuba les proponía; se lanzaron a la lucha guerrillera rural durante los años sesenta, con los resultados que ya conocemos. La línea oficial de lucha armada dictada por Cuba rechazaba vehementemente el que se le dedicara esfuerzo alguno a la organización clandestina urbana: todo intento en ese sentido era denunciado por La Habana y las organizaciones que incurrían en ello eran fuertemente criticadas.

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2. Luego teorizó...
3. El origen de...
4. Sin mencionar...
   
 
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