AFP/ Berlín. Una selección de canciones románticas, algunas inéditas, del compositor cubano Ernesto Lecuona (1895-1963), ha sido reunida por la soprano estadounidense Carole Farley, tras una paciente labor de búsqueda de piezas casi olvidadas de este insigne músico, y grabada en un nuevo disco que acaba de ser presentado en Berlín.

"La mayoría de estas canciones, varias de ellas muy famosas en su época, estaban completamente olvidadas", dijo Farley a la AFP tras la presentación del disco. La cantante fue acompañada al piano por el británico John Constable.

"Fue para mí una satisfacción muy especial cantar estas bellísimas piezas, porque sus melodías halagan la voz", agregó la soprano, quien habitualmente interpreta óperas de autores europeos en los principales escenarios mundiales, entre ellos el Metropolitan Opera de Nueva York.

La nueva edición incluye La Comparsa, editada en 1913 por Hubert de Blanck (compositor, pianista y pedagogo holandés, radicado en Cuba en 1882, donde murió en 1932, y uno de los maestros de Lecuona), en la que el creador cubano plantea por primera vez en aquellos años una concepción diferente para la danza de concierto.

Rememorando la ceremonia original de La Comparsa del Día de Reyes, una de las más antiguas actividades laicas llevadas a cabo por los negros esclavos durante la dominación colonial española, Lecuona se adelanta así al afrocubanismo, vertiente estética que durante la década de 1920 se propuso destacar el papel vivo y hegemónico de la cultura africana en Cuba.

La obra no sólo representa una visión distinta del género, sino que también sintetiza y anticipa muchos de los elementos que identifican la creación de Lecuona, su exuberante melodismo, las fórmulas de reiteración (melódica, rítmica o melódico-rítmica), así como la perenne indagación tímbrica, buscando variedad y percepciones atractivas al oyente.

El disco incluye 25 títulos, como En una noche así y Un amor vendrá,del filme Carnaval en Costa Rica, así como Cómo presiento, Allá en la sierra, Dame de tus rosas, Devuélveme el corazón, No es por tí, Mira, No me mires ni me hables y Canción del amor triste, entre otros.

"Tuve que pasar mucho tiempo en los sótanos de las casas editoras en Nueva York, algunas de las cuales ni sabían que tenían estas canciones", relató Carole Farley.

Varias de las piezas habían sido editadas, pero nunca distribuidas, y otras, verdaderas curiosidades, se mantenían aún en sus manuscritos y eran piezas desconocidas, constató la intérprete.

La estética de Lecuona en sus canciones estuvo condicionada por un profundo sentido de lo popular, cultivado a través de géneros, formas musicales y medios expresivos propios de la música popular cubana e internacional, combinados de manera muy creadora y personal, a través de estructuras elaboradas y enriquecidas que hicieron que su obra fuera única y muy suya.