El pianista cubano Bebo Valdés, cuyo más reciente álbum Bebo de Cuba acaba de salir a la venta, dijo ser "un hombre totalmente democrático", en declaraciones publicadas este martes en el diario argentino Clarín.

"Mientras tú no infrinjas la ley, haz lo que te dé la gana y lo que tú quieras. Ahora, no me obligues a mí a hacer lo que tú haces", añadió Valdés, para explicar el abandono de su país natal en los años sesenta.

En 1959, luego de la entrada de Fidel Castro a La Habana, el pianista tomó nota de los cambios que se realizaron en la vida nocturna de la capital y en la escena musical. "Si tú tenías una orquesta, te imponían a alguien dentro —dijo—. Y te podían decir 'Óigame, hágame un arreglo para esta tarde que va a cantar fulano'. Esas cosas son incomprensibles para mí. Así yo no podía seguir".

Al hacer un recuento de su carrera, el pianista recordó que fue en 1952 que el productor estadounidense Norman Granz le encargó la grabación de la primera descarga de jazz cubano para saciar la demanda de estos ritmos en Nueva York.

"Llegaban cientos de americanos a nuestros shows. Uno de ellos nos contrató para grabar la primera 'descarga cubana' de la historia. La sesión se realizó en unos estudios de La Habana, un mes más tarde, entre rones y cervecitas. Buena de verdad", expresó Valdés.

El cubano se estableció en Estocolmo tras marcharse de la Isla, y allí pasó 34 años de su vida, hasta que en 1994, cuando ya tenía 76 años, lo llamó el saxofonista Paquito D'Rivera.

"Un día me llamó Paquito y me pidió que lo ayudara", afirmó el pianista. "Tenía un compromiso contractual con su compañía discográfica para entregar un disco. No había compuesto nada y los shows programados le impedían hacerlo. Le dije que estaba fuera de eso, que hacía años que no componía".

Pero Paquito D'Rivera no se conformó con la respuesta y le insistió: "Por lo que existió entre tú y mi padre, ayúdame. Sé que puedes". De este encuentro nació Bebo rides again, grabado en 36 horas y donde Bebo Valdés tocó el piano, compuso ocho canciones y arregló diez de las 11 piezas del CD.

Más tarde llegó el filme Calle 54, del cineasta español Fernando Trueba, y luego la grabación de Lágrimas negras junto al cantaor español Diego El Cigala. Con este álbum Valdés ha recibido, entre otras importantes distinciones, el Premio de la Música de España en varias categorías, además de obtener un disco de platino por las copias vendidas.

Para resumir su proyecto de vida en el presente y futuro inmediato, Valdés concluyó: "Pienso hacer de todo mientras Dios me dé vida. A mi edad no estoy para hacer planes a largo plazo. Aunque todavía voy a dar guerra porque ya están grabados otros tres discos míos este año. Uno con mi big-band, otro de violín y piano solos y uno más con un noneto. Cada disco muestra una faceta mía".