www.cubaencuentro.com Jueves, 20 de marzo de 2003

 
   
 
Out por regla
El ex jardinero de los Atléticos de Oakland, José Canseco, podría encarar hasta 15 años de privación de libertad.
por JORGE EBRO, Miami
 

No hay nada peor que un talento desperdiciado. José Canseco lo ha dejado escapar a mares no por lo que hizo, que es bastante y hasta pudiera abrirle el camino del Salón de la Fama en Cooperstown, sino por lo que ha dejado de hacer en los últimos tiempos.

J. Canseco
José Canseco: Un futuro con pespuntes negros.

A sus 38 años, el cubano mantiene un físico imponente, con el que fácilmente podría conectar los pocos jonrones que le faltan para llegar a la marca de 500, algo que representaría un final glorioso para un hombre que ganó casi todos los premios posibles —Jugador Más Valioso, Novato del Año y Campeón de la Serie Mundial— con que se premia la ofensiva en las Ligas Mayores.

Sin embargo, problemas dentro y fuera del terreno han impedido que Canseco le demuestre al mundo que todavía vive dentro de su cuerpo la pasión por el juego, que todavía puede ser útil a cualquiera de los 30 equipos que pueblan las Grandes Ligas.

Para no ir más lejos, el cubano se encuentra ahora mismo tras las rejas por incumplir los términos de su libertad condicional, impuesta por un juez tras su riña con unos turistas en un club de Miami Beach, donde se vio involucrado junto con su hermano Ozzie.

Sin derecho a fianza, Canseco aguardará en la prisión hasta el próximo 17 de marzo, cuando se dicte sentencia. Pero el escenario no pinta nada bien para el ex estelar de los Atléticos de Oakland. Podría encarar hasta 15 años de privación de libertad.

Con un poco de suerte será mucho menos, o quizá vuelva a quedar libre con un incremento de horas comunitarias y multas de mayor magnitud, pero todo este embrollo le acaba de arrebatar otro posible año en la Gran Carpa. a pesar de su anunciado retiro, Canseco aún no había agotado la posibilidad de un regreso, e incluso varios equipos se habían comunicado con él indagando por su estado físico.

Ya en la temporada pasada, el cubano cometió un error al no aceptar la oferta que le hicieron los Expos de Montreal. El manager del equipo canadiense fue claro con Canseco al explicarle que comenzaría en el banco, debido a la necesidad del equipo de desarrollar a los jóvenes jardineros. El criollo no aceptó y regresó con los Medias Blancas de Chicago, que lo enviaron a las Ligas Menores, donde se cansó de esperar por una llamada del equipo grande.

En la misma situación de Canseco se encontraba en Montreal el venezolano Andrés Galarraga, de 40 años, pero éste sí aceptó la oferta y eventualmente llegó a iniciar más de 30 juegos como inicialista. Hoy, Galarraga ha sido invitado al entrenamiento de los Gigantes de San Francisco para otra temporada más. La campaña de Grandes Ligas es demasiado larga —tiene 162 encuentros— y oportunidades le hubieran sobrado al habanero.

Pero ahí no terminó todo. En varias entrevistas Canseco admitió haber consumido esteroides para fortalecer su bateo en un momento en que el debate sobre el tema de las sustancias prohibidas estremecía a las Mayores. Estaba en juego la pureza del juego, y las palabras del slugger dispararon la alarma y la indignación.

Por último, el cubano ha amenazado con narrar en un libro todas sus experiencias en las Grandes Ligas, buenas y malas. Revelaría secretos de varios jugadores, algo que es considerado tabú dentro de los vestidores. Según los peloteros, los trapos sucios no se ventilan al aire de la opinión pública.

Esto no le granjeará muchos amigos a Canseco, ni tampoco le ayudará en su aspiración de entrar al Salón de los Inmortales. Tal vez no se ha dado cuenta de que se había convertido en un símbolo, que los cubanos lo reverencian como uno de los mejores deportistas de todos los tiempos, tal vez el mejor que ha dado la diáspora.

Aún le queda tiempo —juez mediante— para poner las cosas en orden.

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