www.cubaencuentro.com Jueves, 20 de marzo de 2003

 
   
 
La duda de George
En sus primeras apariciones en el entrenamiento de primavera, José Ariel Contreras ha sido vapuleado por la artillería de Grandes Ligas.
por JORGE EBRO, Miami
 

George Steinnbrenner se pasó la mano por la cabeza, apagó el humo de su habano y salió preocupado de la instalación de Liga Menor que poseen los Yankees de Nueva York. No era para menos. Había visto tambalear, por un momento, 32 de sus muchos millones de dólares.

J. Ariel Contreras
José Ariel Contreras: Ante el Big Show hay que quitarse el sombrero.

El temperamental y pintoresco dueño de los Yankees ha estado presente en las tres salidas que ha tenido hasta el momento el cubano José Ariel Contreras y no le ha gustado lo que ha visto: el pinareño ha sido verdaderamente apaleado. Sólo en su primera aparición, los Rojos de Cincinnati le fabricaron seis carreras en dos innings, incluido un grand slam —cuadrangular con las bases llenas de Adam Dunn.

Los Medias Rojas dijeron sentirse complacidos por no haber elevado la parada financiera para hacerse con los servicios del cubano. Boston fue el primer y mejor postor por Contreras hasta que el bolsillo de Steinbrenner se abrió generosamente para arrebatarles, a última hora, al espigado lanzador.

Shea Hillebrand, uno de los más experimentados bateadores de Boston, cree que se ha armado demasiado revuelo por Contreras, a quien considera un pitcher promedio y "no el superdotado que nos quisieron vender".

Por su parte, el manager Joe Torre trata de mantener la calma y no le concede mucha importancia a la actuación del criollo, de quien espera una mejor faena una vez comenzada la temporada. "Se trata sólo del entrenamiento y ya irá entrando en calor", sostuvo el piloto.

Por lo pronto, los Yankees pudieran estar reconsiderando la idea de abrir la campaña el próximo 31 de marzo con Contreras dentro de una rotación que incluye figuras de la talla de Roger Clemens, David Wells y Mike Mussina, junto a varios candidatos que se disputan las dos plazas restantes.

Por mucho que se desea ver a Contreras vistiendo el uniforme de rayas azules y blancas, tal vez lo mejor para él sea pulirse un poco más en las Ligas Menores, donde se adaptaría con mayor facilidad a los rigores del béisbol de Grandes Ligas.

A otro triunfador con los Yankees, Orlando El Duque Hernández, le vino muy bien una breve estancia en las Menores. Cuando subió al equipo principal —inicialmente lo trajeron por un día y se quedó cinco años— se estableció con fuerza, con el convencimiento que da la adaptación a un bateo diferente, superior y exigente.

Al cubano lo deben estar afectando varias cosas: que llevaba seis meses sin lanzar, que está alejado de su familia en Cuba, que su padre de 80 años se encuentra hospitalizado a causa de una dolencia renal y, sobre todo, que juega para los Yankees, lo que equivale a decir que juega con una presión inclemente.

No se duda que, eventualmente, Contreras triunfará, pero posiblemente le llevará algo más de tiempo hallar el camino donde la confianza entronca con las habilidades físicas. Después de todo, una cosa es con guitarra y otra con violín.

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