La paliza de 11 por 0 que propinó Boston a Yankees en días pasados, será recordada durante mucho tiempo por los seguidores de uno u otro equipo, pero a quien nunca se le olvidará esa fecha es al joven receptor cubano Michel Hernández, que esa tarde vistió oficialmente la franela neoyorquina.
Hernández, un habanero de 25 años, bateó de emergente por Jorge Posada, en el octavo inning, y recibió una base por bolas del pitcher zurdo Casey Fossun. En la novena entrada calzó los arreos sin complicación alguna y, de esa forma, hizo su debut en Grandes Ligas.
En abril pasado, Michel había sido seleccionado como tercer catcher de los Mulos de Manhattan y asignado al Columbus, clasificación Triple A. Con este conjunto actuó en 89 desafíos y terminó con un aceptable average de 280 al bate, 79 hits en 282 turnos, 14 dobles, 4 jonrones y 30 impulsadas. Muchos aficionados, principalmente de la capital de la Isla, le recordarán, aunque jugó poco con Industriales. Participó solamente en 3 torneos e intervino en 54 partidos, con promedio ofensivo de 284, producto de 23 indiscutibles en 81 oportunidades.
Hace 8 años daba la impresión que no pasaría de ser el tercer catcher de los azules, y así lo demuestra su pobre rendimiento a la hora de capturar hombres en bases, ya que le salieron 12 al robo y 9 de ellos llegaron con vida a la intermedia. Desde entonces ha llovido mucho, porque el moreno de ahora no se parece en nada al que conocieron los asiduos al estadio de del Cerro.
De paso, se convirtió en el primer catcher de Series Nacionales que actúa en el Big show, y en el segundo novato de la Isla que entra este año en el conjunto más potente y popular del mundo beisbolero. Como se conoce, su compatriota José Ariel Contreras debutó este año con el equipo principal de la Gran Manzana.
Dato curioso es que el joven —de 6 pies y 210 libras de peso, y nacido en La Habana el 12 de agosto de 1978— estuvo de receptor de prácticas con los Yankees por dos años consecutivos, y su perseverancia e interés le permitieron lograr su gran objetivo, que era estar en la pelota élite del orbe.
Michel Hernández se convirtió en el decimosegundo cubano en jugar como receptor en las Ligas Mayores. Entre el resto se recuerda a Miguel Ángel González, que jugó desde 1912 hasta 1929; Fermín Guerra —jugador y manager del Almendares en la Liga Cubana—, que estuvo 9 temporadas; Rafael Noble, militante de los Gigantes de Nueva York entre 1951 y 1953; José Joaquín Azcúe, con 11 campañas en varios equipos; y Paulino Casanova, 10 años, fundamentalmente con los Senadores de Washington.
La presencia ahora de Hernández en Grandes Ligas puede ser un acicate para que otros jóvenes receptores cubanos den, como él, un gran salto hacia la Meca, que por diferentes motivos no dieron Juan Castro, Alberto Martínez y Pedro Medina, trío de enormes cualidades para haber firmado con equipos profesionales. |
