www.cubaencuentro.com Jueves, 13 de noviembre de 2003

 
 
 
Los Marlins de La Habana
El milagro de la radio recuerda los tiempos en que los Yankees eran la pasión de las viejas generaciones de cubanos, cuyo pedestal es ocupado hoy por los peces como una fiebre que recorre la Isla.
por JORGE EBRO, Miami
 

El mensaje de la esposa de Tany Pérez a los locutores de la WQBA-1140 no pudo ser más claro.

Parque Central
'Esquina Caliente': furor beisbolero.

"Por favor, salúdenme a la madre y a las hermanas de Tany en el Central Violeta, allá en Cuba, porque él va a lanzar la primera bola esta noche y yo sé que ellas van a estar escuchando la transmisión".

No fueron las únicas. Mientras el miembro del Salón de la Fama del Béisbol lanzaba la primera bola del tercer juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional entre los Marlins de la Florida y los Cachorros de Chicago, miles de cubanos se reencontraban con una leyenda que sólo conocen de oídas.

La fiebre de los peces, ya popular en República Dominicana, Puerto Rico y Venezuela, es algo lógico gracias a la fuerte presencia de peloteros de esos países en una novena que algún día pretenderá presentarse como el Equipo de las Américas.

Lo sorprendente es que la Marlinmanía ha cruzado —otra vez— el estrecho de la Florida y ha llegado a la Mayor de las Antillas con una fuerza desmedida, si se tiene en cuenta que el béisbol de Grandes Ligas es una realidad vedada para los cubanos.

Si los Yankees fueron la pasión de las viejas generaciones de cubanos, los Marlins son el equipo del momento.

"Nos están escuchando y mucho'', expresó otro ilustre habitante de Cooperstown, Felo Ramírez. "Eso es bueno, porque les ofrece otro horizonte y la posibilidad de conocer la pelota de más alto nivel del mundo. Lo que está pasando ahora allá es sólo comparable a lo de 1997".

Cuando los Marlins fueron a la Serie Mundial contra los Indios de Cleveland, las ciudades cubanas quedaron hipnotizadas con el hechizo de Liván Hernández, Bobby Bonilla y Moisés Alou. En especial, con el entonces novato cubano que terminaría adjudicándose el premio de Jugador Más Valioso.

Ahora los nombres son otros: Mike Lowell, Miguel Cabrera, Juan Encarnación, pero el sentido de pertenencia es el mismo. Son los Marlins de la Florida y... de Cuba.

"La gente de aquí ha adoptado a los Marlins como su equipo de toda la vida", expresó una fuente en La Habana que prefirió el anonimato. "No se habla de otra cosa en los corrillos deportivos y la gente escucha los juegos religiosamente por boca de Felo y Yiki (Quintana). Pero por supuesto, todo en medio del silencio".

Muchos cubanos siempre siguieron a los peces desde los días gloriosos de 1997, pero la furia se ha incrementado este año desde que el equipo aseguró el pase a los Play-offs. Desde ese momento, el béisbol de la gran carpa llega a la Isla no sólo a través de la WQBA, una de las emisoras más populares de Miami, sino también de Radio Martí —con Edemio Navas y Orlando Peña—, haciendo más fácil la sintonía para los aficionados.

"El béisbol siempre fue el mejor esparcimiento para el cubano y nosotros le estamos devolviendo ese sentimiento", comentó Quintana. "Es como abrir una ventana de aire fresco, de algo nuevo".

Michael Tejera fue uno de esos que supo de la hazaña de unos Marlins que hace seis años llegaron a la postemporada como wild card y finalizaron conquistando el trofeo de campeones frente a los Indios de Cleveland.

Ahora no escucha el sueño. Lo vive.

"Es un honor que a pesar de la distancia la gente de allí sepa lo que hemos logrado", indicó Tejera, uno de los zurdos que integra el bullpen de los peces. "Para los pocos cubanos que sostenemos la bandera nacional en las Grandes Ligas es muy importante sabernos queridos en nuestra patria''.

Probablemente los Marlins no puedan llegar a la Serie Mundial, pero al menos le dieron muchas alegrías a su público de Miami y de Cuba, que a pesar de la distancia y los accidentes políticos y geográficos siguen unidos por la pasión de la pelota.

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