A los 22 años, Maels Rodríguez se convirtió en el lanzador cubano que con mayor rapidez alcanzó los 1.000 ponches en series nacionales. Se los propinó a Yobal Dueñas. Por ironías del destino, hoy ambos son compañeros de viaje en el intento de llegar a las Grandes Ligas.

Maels: 'Esta es la más importante decisión de nuestra carrera'.

Por razones de seguridad —y ya se sabe por qué— se desconoce el paradero actual de ambos jugadores, pero una cosa sí es segura: no están en territorio continental de Estados Unidos para evitar la entrada a la gran carpa a través del sistema anual de fichajes, por donde se inician los novatos en este país.

Se espera que con la ayuda de la Fundación Nacional Cubano-Americana, tanto Maels como Yobal puedan fijar residencia en un tercer país, lo cual avalaría el futuro de ambos ante los ojos de la Oficina del Comisionado del Béisbol y les garantizaría sumas de respeto en caso que llamen la atención de alguno de los 30 equipos de Ligas Mayores.

Rodríguez, a quien muchos aquí conocen como El Supersónico desde hace tiempo, era el niño mimado de muchos cazatalentos. Desde los 15 años de edad le marcaron 90 millas por hora, a los 16 llegó a 92, y en su primer año en series nacionales le registraron envíos de 94 y 95 millas por hora.

Ya establecido como uno de los mejores lanzadores de la Isla, no era nada fuera de lo común que sus disparos superaran la barrera de las 100 millas por hora. El atractivo de Maels es que mantiene su velocidad de manera sostenida y con un control aceptable. De nada vale pitchear duro, si el control no acompaña el esfuerzo del brazo.

En la XXXIV Serie Nacional en la Isla inscribió su nombre en los libros de récord al completar su primer juego perfecto. A Maels, que es un ferviente admirador de Roger Clemens, Pedro Martínez y Randy Johnson, no le faltarán las ofertas una vez que resuelva su status legal.

El caso de Dueñas es más complicado. El camarero pinareño posee 31 años —Maels tiene 25— y en Grandes Ligas abundan los buenos segundas bases, a diferencia de los lanzadores que son sumamente codiciados.

De cualquier manera, Dueñas también podría ser llamado a filas si en las pruebas de rigor que sus agentes están obligados a celebrar demuestra que aún es capaz de cubrir terreno y de batear con libertad. El vueltabajero siempre sobresalió más con el madero que con el guante.

Otra variante que podría ser viable para Dueñas es el paso de segunda al patrullaje de los jardines. Esa es una idea que se trató de poner en práctica por los técnicos de la Isla, alegándose que su estatura era demasiada para un intermedista y que, con un poco de suerte, podría retomarse ahora.

Si la vida les sonríe, los dos pudieran vestir nuevos uniformes para el inicio de la venidera temporada, aunque en el más probable de los casos iniciarían su ascenso luego de un período de adaptación en Ligas Menores.

Ningún equipo desea correr los riesgos de los Yankees con José Ariel Contreras. Los Mulos se apuraron para ver a un Contreras triunfante y sólo consiguieron retardar su acople al nuevo sistema de juego.

La misma trayectoria de Contreras, a quien sin duda le otorgaron un contrato hiperinflado, hará que los equipos dispuestos a recoger a Maels y Yobal les asignen acuerdos más nivelados con la realidad que vive el aspecto financiero de las Grandes Ligas. Habrá millones, pero no tantos.

En cualquier caso, para ambos el futuro deberá ser mucho mejor. Maels y Yobal habían sido descartados para los Juegos Panamericanos, el Mundial de La Habana y el Preolímpico que actualmente se celebra en Panamá. En Cuba, ya no eran personas.