Cuando muchos ven a los Devil Rays como los parientes pobres de la Liga Americana, Danys Báez considera al equipo de Tampa Bay como el destino perfecto para solidificar su carrera.

Luego de tres años con los Indios de Cleveland, el cubano fue dejado en libertad y firmó como agente libre entre temporadas. No pasó mucho tiempo para que los Devil Rays le dieran abrigo.

Pitcher Báez, en su anterior desempeño con los Indios.

"No puedo estar más feliz con Tampa Bay, porque me han dado muchas facilidades'', comentó Báez. "Es un equipo joven que ha venido ascendiendo en silencio. Posee varios jugadores que ya el año pasado se hicieron sentir y, además, admiro mucho a Lou Piniella. Es un manager que sabe transmitir sus conocimientos y todos lo respetan".

A Báez no le preocupa en lo más mínimo que los Devil Rays se encuentren en la misma división de los Yankees de Nueva York y los Medias Rojas de Boston. Para no hablar ya de los Azulejos de Toronto y los extremadamente fortalecidos Orioles de Baltimore.

"Los rivales son imponentes, pero ahí está el ejemplo de los Marlins entre los Bravos y los Filis'', señaló el serpentinero. "No podemos lamentarnos por la magnitud del contrario, sino descubrir sus lados débiles. Buscar la manera de derrotarlos. Nada es imposible''.

En sus dos primeros años con los Indios, Báez fue utilizado como abridor, pero a partir de 2003 lo pasaron a cerrador. Una medida que para el cubano estaba dictada por intereses financieros más que deportivos.

"Mi contrato estipulaba que si trabajaba 400 innings en las dos últimas campañas, entonces la opción del equipo para el 2004, valorada en seis millones de dólares, entraba en vigor de manera automática'', explicó Báez. "En el 2002 había lanzado 165, pero el pasado sólo lo hice en 75. A mí me sorprendió en principio el cambio de una función a otra, pero luego lo entendí''.

Los Devil Rays le han prometido a Báez estabilizarlo como taponero del equipo y ya anunciaron que su cerrador del pasado año, Lance Carter, será utilizado como relevista intermedio para prepararle el camino al cubano.

"No me interesa tanto ser abridor o cerrador, porque en definitiva uno debe estar listo para todo en las Grandes Ligas'', afirmó Báez, un derecho con fuego en su recta. "Ahora, sí me gustaría estabilizarme en un (solo) papel para poder hacer un mejor trabajo".

Por el momento, Báez tiene dos años garantizados con Tampa Bay gracias a un contrato que le pagará 6,5 millones. De por vida, el lanzador tiene foja de 17-23 con una efectividad de 3,92.

Luego de desertar de la selección cubana en 1999, firmó un acuerdo por cuatro temporadas y 14,5 millones de dólares con los Indios. Su mejor campaña fue en el 2002, al ganar 10 juegos.

"Sé que todavía no ha llegado mi mejor momento en el béisbol", indicó Báez, de apenas 26 años de edad. "En el poco tiempo que llevo en Grandes Ligas he acumulado bastante experiencia por las cosas buenas y malas que me han sucedido; y eso me hace más fuerte''.