www.cubaencuentro.com Martes, 18 de mayo de 2004

 
   
 
Vela alta para el marinero
Raúl Ibáñez retorna este año con los Marineros de Seattle, el mismo equipo con que se abrió paso en Grandes Ligas.
por JORGE EBRO, Miami
 

Raúl Ibáñez ha hecho que la primavera venga a él en vez de sentarse a esperarla. El cubanoamericano no ha desperdiciado ni un sólo día del "invierno" de Miami en busca de la mejor forma para su carrera.

Raúl Ibañez
Raúl Ibáñez.

No puede ser de otra forma: Ibáñez retornará en 2004 con los Marineros de Seattle, el mismo equipo con que se abrió paso en las Grandes Ligas, tras firmar en la pretemporada un acuerdo por tres años y $13.25 millones.

"Obviamente, estoy muy contento por volver con los Marineros'', expresó Ibáñez, de 31 años de edad. "Es un equipo que siempre está metido en la pelea por los play-offs y posee una gran tradición".

Pero no fue con Seattle que Ibáñez sentó cátedra en las Grandes Ligas. Los Marineros le dieron la oportunidad, al escogerlo en el draft de 1992, aunque su tiempo de juego fue bastante limitado hasta el 2000.

Su irrupción por la puerta grande se produjo con los Reales de Kansas City, donde el cubanoamericano comenzó a llamar la atención de todos. En las dos pasadas campañas su producción floreció al batear en las dos para 294.

En 2002 su nombre apareció entre los primeros remolcadores de carreras de la Liga Americana al traer 103 para el plato y el año pasado demostró que su ascenso no fue obra de la casualidad al impulsar 90.

Atrás quedaba la promesa y el banco, por fin Ibáñez se convirtió en titular.

"Todo ha sido a causa de un arduo trabajo, de un entrenamiento constante'', comentó Ibáñez. "Aquel que quiera imponerse en las Grandes Ligas sabe que le espera un camino de interminables esfuerzos. Pero cuando se ama el juego, nada de eso importa".

La inclusión de Ibáñez provee a los Marineros de un tercer jardinero de valía, tras la partida a los Mets de Nueva York de Mike Cameron, ganador del Guante de Oro en 2003 y uno de los jugadores que había definido el rostro de Seattle en los últimos años.

El cubanoamericano deberá abrir la temporada en el jardín izquierdo, con Randy Winn en el central e Ichiro Suzuki en el derecho, aunque otra variante podría colocar al japonés en la pradera central.

Ibáñez no sólo tiene experiencia en los bosques. En Ligas Menores se desempeñó como receptor y ha jugado tercera y primera bases.

Cuando el mánager de los Marineros, Bob Melvin, tuvo en noviembre pasado la confirmación de que Ibáñez retornaba con el equipo no pudo contener su alegría.

"Raúl encaja perfectamente en el esquema de nuestro equipo", expresó Melvin. "Su swing va a producir mucho en nuestro estadio".

Aunque nació en Nueva York, el sueño de Grandes Ligas de Ibáñez comenzó en Miami, donde de pequeño asistía a las academias infantiles que pululan en los parques de la ciudad.

Entonces —como ahora—, Ibáñez se empeñaba en mejorar su swing y su posición en la caja de bateo. No por gusto se le reconoce como uno de los bateadores más inteligentes del momento.

Siempre está listo para cazar los errores de los pitchers.

"Me acuerdo de esos días como si fuera hoy", comentó Ibáñez. "Ahora veo a tantos niños siguiendo esos mismos pasos y me doy cuenta de que Miami continúa siendo una buena cantera para el mejor béisbol del mundo".

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