Otra vez, la locomotora del boxeo ha tirado del carro del deporte cubano en los Juegos Olímpicos. Como una misma película repetida varias veces, la delegación antillana esperó hasta el último día en Atenas para asistir a su mayor baño de oro.

Atleta Yandro Quintana: medallista de oro en Lucha Libre (60 Kg).

La escuadra pugilística conquistó cinco medallas de oro y confirmó su hegemonía en el torneo olímpico. La cosecha en los encordados se completó con dos plateadas y una de bronce.

De este modo, el deporte de los puños superó la actuación de Sydney, cuando terminó con un oro menos y sólo dos del metal bronceado, y fue rebasado por la delegación pugilística de Rusia, el principal rival de los últimos años.

Cuba ascendió a lo más alto del podio de la mano de Yan Barthelemí, en 48 kg; Mario Kindelán, en 60 kg; y Guillermo Rigondeaux, en 54 kg, quienes reinarán hasta Pekín, junto al 51 kilogramos Yuriorkis Gamboa, y al 91 kg Odlanier Solís.

Gracias al boxeo y sus campeones, Cuba terminó en el onceno puesto de la tabla de medallas, con nueve preseas de oro, siete de plata y once de bronce.

Aunque con dos oros menos que en Sydney, la actuación de la mayor de las Antillas es meritoria si se toma en cuenta que asistió a Atenas con 79 deportistas menos que los que acudieron a Australia.

Como era de esperar, el béisbol recuperó el cetro perdido en Sydney, no sin antes dejar una estela de controversia y sustos en el camino. La selección nacional perdió en la ronda clasificatoria frente a Japón y luego pasó a duras penas a la final, en un peleado choque frente a Canada.

En la final, Cuba venció 6-2 a Australia, pero el triunfo quedó teñido por la polémica, cuando los criollos fueron beneficiados por un error arbitral que le costó al menos dos carreras a los australes.

En el cuarto episodio y con las bases llenas, el jardinero Carlos Tabarez trató de capturar una bola que saltó de su guante y dio en la cerca. Automáticamente, la bola debió ser decretada imparable —probablemente un doble—, pero los árbitros la consideraron out.

Aunque Australia protestó, el lance no tuvo mayor trascendencia y Cuba terminaría ganando el encuentro.

Más allá del boxeo y el béisbol, destacaron disciplinas de combate como el judo y la lucha, además del atletismo, gracias a dos mujeres que conquistaron el oro.

Se sabía que Osleidis Menéndez era segura candidata a la gloria en la jabalina, pero el éxito de Yumileidi Cumbá en la impulsión de la bala fue una sorpresa. Tan soberbia fue la faena de Menendez que bastó un solo disparo para asegurarse el primer puesto y conseguir un nuevo record Olímpico.

En un principio, Cumbá había concluido en la segunda plaza, pero los ferreos controles antidopajes destronaron a la rusa que había finalizado primera, así que la cubana emergió como nueva reina de la bala.