www.cubaencuentro.com Jueves, 21 de octubre de 2004

 
   
 
La segunda oportunidad
Ahora que José Ariel Contreras está junto a su familia, ¿han finalizado las excusas sobre su mal desempeño en las Mayores?
por JORGE EBRO, Miami
 

Al fin el pitcher pinareño José Ariel Contreras es un hombre feliz y completo. Tras dos años de ausencia, el lanzador acaba de reunirse en Estados Unidos con su familia, que llegó la madrugada del pasado lunes a un cayo del sur de la Florida.

J. A. Contreras
Contreras junto a su familia.

Contreras, que había tratado infructuosamente de ver a su esposa, Miriam Murillo Flores, de 31 años, y a sus dos hijas, Naylan y Naylenis Contreras, de 11 y 3, estaba entrenando con los Yankees de Nueva York cuando recibió la noticia. Pidió permiso para abandonar el equipo y voló a Miami para abrazar a los suyos.

"Es lo mejor que me ha pasado en la vida", comentó el serpentinero. "La separación me había afectado mucho, pero todo ha terminado bien".

La esposa y los dos niñas arribaron a uno de los cayos del sur de la Florida y, tras el proceso legal correspondiente, fueron liberadas por las autoridades estadounidenses de inmigración en la tarde del martes.

Aunque no se dieron detalles, todo parece indicar que llegaron como parte de una fuga bien planeada y en una lancha rápida, aunque Contreras dijo desconocer que la familia estuviera alistando algún viaje en los días previos.

El gobierno de la Isla había sido terminante en el caso de la familia de Contreras. Este era un "traidor" y los que quedaban atrás debían esperar al menos cinco años para empezar el proceso de reunificación.

Sin duda, la falta familiar fue un elemento importante en la irregular carrera que ha tejido en las Mayores con el equipo más emblemático de toda la historia del béisbol. Pitcher de un día bueno y otro malo, los Yankees ya no sabían qué hacer con el pinareño que les costó $32 millones.

De hecho, se rumoraba con fuerza —y aún se corre la voz— que los días de Contreras en Nueva York estaban contados. Necesitados de un abridor competente, los Yankees sondearon a los Marineros de Seattle con vistas a un posible canje entre el cubano y el venezolano Freddy García.

A esta altura de la temporada, los Marineros ya no tienen esperanzas de acudir a los play-offs y están escuchando ofertas, a cambio de su mejor lanzador, con la esperanza de que Contreras, alejado de la presión y las exigencias de la Gran Manzana, se aclimatase mejor a la vida lenta de Seattle.

Aún a tiempo

Los Yankees esperarán ahora la reacción de Contreras, antes de efectuar algún movimiento hacia Seattle o cualquier otra organización. El cubano ha dicho a viva voz que con su familia al lado sería otro lanzador, dominante, efectivo, y los Mulos querrán ver si esto es cierto.

Hasta ahora, el equipo sólo ha observado destellos del potencial de Contreras y ha tenido una enorme paciencia con sus fallas e inconsistencias. Llegó el momento de la última oportunidad. Se acabaron las excusas.

El manager de los Yankees, Joe Torre, fue el primero en alegrarse cuando supo la noticia de la reunificación familiar. Conocido por su estilo casi pedagógico y amado por sus peloteros, Torre no tardó en darle el permiso a Contreras para que volara a Miami.

Tampoco, sin dudas, extenderá el período de gracia que él y los Yankees han otorgado a Contreras. De los tres años que firmó el cubano, casi han pasado dos y los Bombarderos del Bronx han recibido bien poco, a cambio del dinero que emplearon en firmarlo.

Con la velocidad de su recta intacta y nuevos lanzamientos desarrollados por los especialistas de los Yankees, pero sobre todo con su familia al lado, Contreras lo tiene todo a su favor para imponerse y demostrar por qué fue en su día el mejor lanzador del béisbol de la Isla.

Todavía está a tiempo. La temporada va entrando en el final de la primera mitad y después de julio es cuando comienza la recta final. De estos meses y del próximo año depende que los Yankees, u otro equipo de las Grandes Ligas, le ofrezcan un contrato comparable con el que obtuvo cuando abandonó la selección cubana.

De lo contrario, no le faltará el dinero, pero sí el futuro en el mejor béisbol del mundo.

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