www.cubaencuentro.com Viernes, 09 de septiembre de 2005

 
   
 
Pánico en Washington
Liván Hernández, el as de los Nacionales, amenaza con poner fin a su temporada y luego se retracta.
por JORGE EBRO, Miami
 

Liván Hernández provocó el pánico en Washington la pasada semana, cuando dijo que no volvería a lanzar más y que se sentía molesto por algo que revelaría al final de la temporada. Sin embargo, poco tiempo después le devolvió la calma a los Nacionales.

L. Hernández
Pitcher Liván Hernández.

El cubano quiso dejar varias cosas claras: no se operará la rodilla hasta el final de la temporada, subirá al box cada cinco días a pesar del dolor y nunca abandonará a su equipo.

Un día después de decir durante una entrevista que pensaba pasar por el quirófano y poner fin a la campaña, el lanzador se retractó de sus comentarios acerca de estar un "99,9 por ciento'' seguro de que se sometería a una operación que pondría fin a su actuación en la temporada, y que "estoy terminado, creo''.

Lo cierto es que el cubano padece de dolores en la rodilla derecha y esto le ha impedido lanzar como desea desde que comenzó la segunda mitad de la temporada. Siempre guardó silencio sobre el tema, pero al parecer la molestia se ha agudizado.

"He actuado con la rodilla así en más de 17 aperturas'', explicó Hernández. "Nunca he dicho que no puedo. Tal vez otros puedan, pero no yo. Voy a salir a hacer todas mis aperturas en lo adelante".

Sin embargo, Hernández aseguró que se sometería a una operación al final de la campaña, "porque me quiero sentir mejor el próximo año''.

Sin duda, se ha visto molesto la mayor parte de la temporada a causa de un dolor en la rodilla, que fue drenada el 16 de mayo, tras un examen de resonancia magnética. Todavía no ha perdido una apertura y durante un período ganó 11 decisiones consecutivas.

El estelar derecho, con balance de 12-4 y 3,44 de efectividad, es el as indiscutible de la rotación de los Nacionales, líderes en el Este del viejo circuito.

Conocido como un devorador de innings, Hernández ha mantenido al equipo en la pelea cada vez que sube al box.

Realmente, el hermano de El Duque Hernández ha sido el lanzador más prolífico de las Grandes Ligas en los últimos cinco años; en los pasados cuatro ha tenido juegos de más de 120 envíos en 45 oportunidades. Nadie en el béisbol ha trabajado tanto como el cubano.

Quién sabe si tanto trabajo ha comenzado a sentirse en el organismo de Hernández, pero los Nacionales necesitan ahora más que nunca del cubano para continuar en la batalla por el pase a los play-offs.

Sin poder contar con él el resto de la campaña, o usándolo a media máquina en los dos meses que restan, los Nacionales, que comenzaron como el equipo sorpresa de las Grandes Ligas, no llegarán muy lejos.

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