www.cubaencuentro.com Martes, 07 de octubre de 2003

 
   
 
Notas destacadas
Los peloteros de ascendencia cubana sopesan sus glorias en el balance de la temporada regular de Las Mayores.
por ALBERTO ÁGUILA, Miami
 

El regreso a planos estelares de Liván Hernández y el bateo de largo alcance de Mike Lowell en la Liga Nacional, junto al arribo a 528 jonrones de Rafael Palmeiro, la ofensiva de Jorge Posada y el debut de José Ariel Contreras en la Americana, fueron las notas más destacadas correspondientes a los peloteros de ascendencia cubana, a la hora del recuento en la temporada regular de Grandes Ligas.

Liván Hernández
Pitcher Liván Hernández: retorno estelar.

Liván fue el mejor tirador del Montreal; terminó como líder en juegos completos del viejo circuito con 8, primero en entradas lanzadas (233), séptimo en ponches (178), y octavo en carreras limpias (3,20) y victorias (15), en lo que sin duda fue su mejor actuación en la gran carpa.

Lowell, quien se lesionó a última hora, repartió palos de todos colores con los Marlins, hasta que un bolazo en una mano le sacó de circulación por un mes y concluyó ranqueado como el mejor tercera base ofensivo al conectar 32 bambinazos e impulsar 105 carreras.

La llegada a 500 garrotazos de Rafael Palmeiro, a principios de contienda, robó titulares, pero el habanero disparó otros 28 más, para instalarse en el puesto 12 entre los  inmortales de la estaca. Finalizó la justa de quinto en batazos de vuelta entera (38) y décimo en remolcadas (107).

En tanto, el talentoso José Ariel Contreras llegó de cero a los Yankees y finalizó la lid convertido en un lanzador de puntería y de perspectivas con sus 7 triunfos y 2 reveses, con 3,30 de efectividad. El cubanopuertorriqueño Jorge Posada, astro de los bombarderos neoyorquinos, resultó un coloso entre los catchers de la Americana con 30 cuadrangulares y 101 carreras llevadas al plato.

Otros que sobresalieron fueron Alex Sánchez, patrullero central del Detroit y antes del Milwaukee, y Luis González, jardinero izquierdo del Arizona. Sánchez estuvo admirable: robó 45 bases al compilar sus estadísticas en ambos circuitos y ello le valió para ocupar el segundo escaño, pero además terminó con un prometedor 289 de average. González fue el puntero del equipo y concluyó el campeonato con 26 batazos fuera del parque y 104 empujadas; además, largó 175 hits en 150 juegos.

Sin embargo, no todo fueron alabanzas para la representación de la Isla, ya que las lesiones menguaron el posible destaque de cuatro jugadores. El Duque Hernández, el más popular del destacamento cubano, no pudo tirar ni una sola pelota para los Expos, al ser operado de su brazo de lanzar.

Reynaldo Ordóñez, el gran defensor del campo corto, parecía que había descubierto la fórmula mágica de golpear la bola con el Tampa Bay, pero dificultades en una pierna le dejaron fuera de circulación y su puesto fue bien cubierto por el novato José Lugo, que al parecer pudiera quedarse definitivamente como dueño de la posición.

Mientras que Fernando Viñas, el segunda base de los Cardenales, afrontó similar problema en la segunda parte del torneo, y Rickie Gutiérrez, camarero del Cleveland, transitó por igual sendero, sin conocerse aún si alguno de ellos estará listo para reaparecer en el 2004.

Danny Báez, Michael Tejeda, Edil Oropesa, David Seguí y otros también se desempeñaron en el Big Show, pero sus actuaciones no tuvieron la connotación de los anteriormente señalados.

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