Para quienes antes los desdeñaban y ahora, desde la distancia, los añoran, han llegado a Miami los "muñequitos rusos", y se están alquilando en muchas casas de vídeo de la ciudad.

Miami: El regreso de los Soviets.

Pequeños negocios de alquiler de películas, dispersos en la vasta zona donde radica la mayor comunidad cubana en el extranjero, incluyen en sus anaqueles los dibujos animados del campo socialista, conocidos popularmente en Cuba como los "muñequitos rusos".

Para los nostálgicos de esa especie en extinción ahí están, en copias descoloridas, El cartero Fogón, Bolek y Lolek, El pajarito Tari, Fantito va a regar la espina, Pedrito el Policía y Me las pagarás, entre otros.

Pero de acuerdo con los dueños de dos de las tiendas, Universal Vídeo, en la ciudad de Hialeah, y Angel Vídeo, en Miami, los dibujos animados más populares son los de Elpidio Valdés, el ingenioso guajiro mambí creado por Juan Padrón.

Los "muñes" representan una ínfima parte de los casetes con programas de la Isla que circulan por Miami.

Aquí se pueden encontrar desde las últimas novelas y seriales cubanos (Violetas en el agua y La otra cara), y los recitales en televisión de Polo Montañez, hasta odas a los servicios de inteligencia cubanos como las series En silencio ha tenido que ser y Julito el Pescador..., justo en la ciudad donde se refugian muchas víctimas de esos héroes de la delación.

Hay colecciones de los viejos programas humorísticos Detrás de la fachada, San Nicolás del Peladero y de otros más recientes, como Sabadazo y Pateando la lata.

Además, se pueden alquilar algunos Filminutos y otros dibujos animados cubanos anclados en el didactismo socialista, como Los valientes (Rata Inmunda), Cecilín y Coti, Majá vivo, Pin Pin Saltarín y Gollego, Matojo y Chuncha, la insoportable abuela cederista, además de populares seriales juveniles como Solo el amor y Sin perder la ternura.

"Yo trato de tener lo último que salga en Cuba, España y América Latina... lo que sale el fin de semana en Cuba el lunes lo tengo yo aquí", comentó Yobani Montano, dueño de Angel Vídeo, quien llegó como balsero a Miami en 1994.

Montano, de 31 años, tiene además el sitio de ventas en Internet www.peliculascubanas.com . Su pequeña y modesta tienda en Miami se especializa en "materiales que no existen en el mercado, seriales y películas olvidadas".

"Consigo algunos a través de coleccionistas", agregó el joven empresario.

La vasta lista de películas cubanas de Angel Vídeo incluye rarezas como Tulipa, de Manuel Octavio Gómez, y El bautizo, de Roberto Fandiño, ambas de 1967. La más popular de todas las cintas cubanas —asegura— es Vampiros en La Habana (1985), el largometraje de animados que ha devenido obra de culto.

Montano tiene hasta para satisfacer a los nostálgicos más esotéricos: El hombre anfibio, Sandokan, Fantomas —de las pocas películas occidentales que se exhibieron en pantalla grande e hicieron época en Cuba— y una colección de más de 20 películas de Louis de Funes.

Algunos de los vídeos que circulan ahora en Miami ya no se encuentran en los archivos del Instituto de Radio y Televisión (ICRT) ni en la Cinemateca del ICAIC, víctimas de la desidia, la falta de recursos y la miopía cultural. Quizás en el futuro, los cubanos de la Isla tengan que viajar a Miami para curar esas pequeñas y sanas nostalgias de una etapa que se está yendo (o se fue) para siempre.