www.cubaencuentro.com Martes, 29 de abril de 2003

 
   
 
Washington: Victorias en Borodino
La embajada rusa en Cuba se alza en la Quinta Avenida de Miramar, la más bella arteria urbana del Caribe.
por ALCIBíADES HIDALGO
 

La suerte de la campaña rusa de Napoleón Bonaparte quedó sellada en Borodino, que en 1812 era un pequeño pueblo en el camino hacia Moscú. Siempre se dice que al gran corso lo derrotó en Rusia el General Invierno, y el primer paso hacia el fin de su imperio fue esa feroz batalla en la que murieron 30.000 soldados
Embajada Rusa
Embajada Rusa en La Habana.
franceses frente a las tropas del mariscal Kutusov. Rusia perdió 40.000 hombres y los invasores, aunque ocuparon Moscú, reconocieron en Borodino el episodio más brillante en la victoria final de los rusos sobre la Gran Armada.

Napoleón, amante de las grandes frases, dijo en sus memorias de desterrado que en Borodino los franceses se habían mostrado merecedores de ser los vencedores y los rusos capaces de ser invencibles. En el sitio donde se libró el combate existe un interesante museo conocido como el panorama de la batalla de Borodino, y la zona, antes alejada de la ciudad, es un área céntrica del Moscú moderno, cuya avenida principal lleva el nombre de Kutusov, el vencedor de los franceses. No lejos del museo-panorama debió erigirse la Embajada de la República de Cuba en la Unión Soviética.

Todo comenzó en la mejor época de las relaciones entre La Habana y Moscú, con un acuerdo entre los dos países para la construcción recíproca de sedes diplomáticas. En ambas capitales se cedería a perpetuidad un área apropiada para las importantes edificaciones. Cada parte diseñaría el edificio que deseaba para su representación. Los materiales de construcción y la mano de obra correrían a cargo del país anfitrión. Cuando fueran concluidas las obras de ambas embajadas se calcularían los costos y se compensaría la diferencia de valores. Parecía un acuerdo justo.

La nueva Embajada de Cuba en Moscú no llegó a construirse. Durante dos décadas cada nuevo embajador cubano en la Unión Soviética agregó o quitó dependencias en unos planos inacabables, mientras las exigencias de mayores espacios de numerosos ministerios no alcanzaban nunca a conciliarse. Ni las órdenes superiores fueron suficientes para imponer orden.

Los soviéticos fueron más rápidos. Entusiasmados por la espléndida ubicación ofrecida en la Quinta Avenida de Miramar, la más bella arteria urbana del Caribe, propusieron un imponente proyecto dominado por una torre de considerable altura y rasgos extraños a su entorno urbano. Constructores cubanos levantaron la torre, fiel al proyecto de Moscú. A la mayor parte de los habaneros les disgusta el edificio, aunque ya es tarde para consideraciones arquitectónicas. Alguna vez se rumoreó que el propio Fidel Castro había decidido la altura máxima de la torre, pero eso no parece muy cierto.

Cuando la bandera de Rusia sustituyó a la soviética en el gran inmueble diplomático de la Quinta Avenida, hacía ya varios años que una comisión, presidida por la cancillería e integrada por varias empresas constructoras cubanas, trataba inútilmente de establecer los costos de la edificación, a los que no se había prestado gran atención. Tampoco aquí hubo acuerdo. El valor exacto de la torre rusa de la Quinta Avenida, pendiente de pago, es todavía desconocido.

Al disolverse la Unión Soviética en quince repúblicas independientes, emprendí en nombre del Gobierno cubano una muy larga gira por los nuevos Estados para establecer las relaciones interrumpidas tras la renuncia al socialismo. En Moscú, por pura curiosidad, pedí al encargado de negocios de Cuba que me llevara a ver el sitio donde debió haberse construido la embajada de la Isla. El nuevo alcalde liberal de la ciudad reclamaba ya el desolado terreno. Nada comparable a la Quinta Avenida en La Habana, pero tampoco un área para menospreciar.

"Creo que es la primera vez que perdemos dinero con los soviéticos", le comenté a mi colega. "Es que ya no son soviéticos", rectificó con agudeza. "Son rusos —dijo—, y los rusos siempre han ganado en Borodino".

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