www.cubaencuentro.com Martes, 29 de abril de 2003

 
  Parte 1/4
 
México DF: En defensa de Raúl Rivero
Acusado de vivir en la verdad. Culpable de no tener miedo. Condenado a 7305 noches de cárcel si no somos capaces de impedirlo… para bien de todos.
por ELISEO ALBERTO
 

El poeta Raúl Rivero es inocente de todo lo que le imputan y culpable de todo lo que silencian sus fiscales. El viernes 4 de abril de 2003, en juicio sumario, se dio a conocer el "Encausamiento" que argumentó en su contra una cadena de veinte años de privación de libertad, por el delito de "Actos contra la independencia o la integridad Territorial del Estado". Dos semanas antes, el jueves 20 de marzo, Raúl fue detenido
Raúl Rivero
Raúl Rivero.
en su departamento de la calle Peñalver. Las imágenes del fuerte dispositivo policial fueron trasmitidas por la televisión cubana. Durante setenta y dos horas, en veintinueve juicios relámpagos, se condenaron a setenta y cuatro cubanos y una cubana. La mayoría de los detenidos pudo nombrar, por derecho, a sus abogados defensores, no lo niego, pero no me nieguen que los representantes tuvieron una limosna de tiempo para articular los alegatos, entre la espada del riguroso calendario y la pared del juzgado. El almanaque no miente. La suma total de los castigos cubriría noche a noche un milenio, cuatro siglos y cincuenta y cuatro años de soledad, los amaneceres que van entre el lejanísimo 549 de Nuestra Era y este 2003 que nos acoge entre cañonazos, invasiones, maleficios y fusilamientos injustificables. Visto el caso y comprobado el hecho (ya se dictó sentencia), mi queridísimo amigo Raúl, el gordo Raúl, periodista de estirpe, autor de poemas cubanísimos que en su momento se aprendieron de memoria meseras de Coppelia, profesores universitarios, escribanos envidiosos y vecinos vagabundos o policías, este camagüeyano más camagüeyano que un tinajón de Puerto Príncipe saldrá de la cárcel a los 77 años de edad, en el imposible aniversario sesenta y cuatro de una Revolución a la que él entonces le habrá entregado la vida entera y la casi totalidad de su poesía.

A Raúl no lo tomaron por sorpresa. Hace unos pocos años compuso su propia Suite de la muerte: "Acaban de avisarme que he muerto./ Lo anunció entre líneas la prensa oficial./(...) Soy testigo del entierro que me están haciendo./ Estuve alerta en el velorio/ y anoté cada gesto, cada comentario./ Lo he visto todo claro desde mi muerte./ Los estoy esperando". Los estuvo esperando cada mediodía, cada noche, cada amanecer, hasta que por fin una tarde de marzo llegaron a ponerle la casa patas arriba, quizás con la esperanza o la convicción de que en aquella austera cueva de La Habana encontrarían un arsenal de armas o el clásico instrumental de los espías o planes cifrados de sabotajes o una banderita con cincuenta y no sé cuántas barras y estrellas, mas únicamente se llevaron el botín de un escritor: papeles y minucias. La esperanza se esfumó, no las convicciones. No sembraron pruebas ni falta que hizo: las inventaron a puras palabras. El testimonio de un revolucionario intachable vale el triple que el de un poeta inconsolable, pregúntenle si no a Ada, Jacinto Inocencio, Arnulfo y Acacia Isabel, los cuatro vecinos de la calle Peñalver, entre Franco y Oquendo, que aceptaron declarar en contra de Rivero: según ellos, entre otros pecados, el poeta se dedicaba a "tergiversar la realidad". ¿Se habrán sentido aludidos al leer su Apuntes de la calle, un poema que pone el dedo en una llaga que es casi estigma? Apelo a tu estocada, Gordo: "Los cubanos somos hiperbólicos:/ a los hombres que no tienen moral/ los acusamos de tenerla doble". Al que le sirva el sayo que se lo ponga.

Así las cosas, la Fiscalía construyó el discurso del "Encausamiento" sobre un vocablo de difícil comprobación, el astuto adjetivo "subversivo" (citado diecisiete veces en menos de ocho cuartillas, más tres como verbo y una en función sustantiva): "Actividades subversivas", "propósitos subversivos", "revista subversiva que titularon De Cuba", "elementos subversivos nacionales y extranjeros, de contenido contrarrevolucionario y para subvertir el orden social", "grupúsculos contrarrevolucionarios, donde se abordan temas subversivos, otros funcionarios norteamericanos que allí imparten sus órdenes e instrucciones subversivas", "corresponsal a sueldo de la Agencia de Prensa francesa, de corte subversiva Reporteros sin Fronteras", "un libro con ideas y estrategias desestabilizadoras y subversivas, varios casetes de audio y de video conteniendo información destinada a subvertir el sistema, tres file conteniendo documentos de la llamada prensa independiente, entre otros materiales de carácter subversivo", "recibe la visita en su domicilio con fines subversivos de personas y autos de la Sección de Intereses de los Estados Unidos", "y otros materiales de contenido subversivo a distintos vecinos del lugar, confirmará la visita de personas en autos pertenecientes a sedes diplomáticas". La pobreza argumental sólo es superada por el raquitismo del vocabulario. Les ahorré algunos ejemplos, por fatiga.

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