www.cubaencuentro.com Martes, 07 de octubre de 2003

 
  Parte 1/2
 
París: Cuba sí, Castro no
Un mensaje rotundo. La Francia social se aleja de Castro.
por EDUARDO MANET
 

Teatro Rond Point de Champs-Elysées. Lunes 29 de septiembre del año 2003. Champs-Elysées, la avenida más prestigiosa de París. Un teatro creado y dirigido por Jean-Louis Barraud y Madeleine Renaud: pareja mítica del teatro francés. Magnífica sala que se encuentra actualmente en manos de Jean-Michel Ribes, autor y director de primera calidad.

J. Semprún
Escritor Jorge Semprún.

Rond Point: Punto final. Nombre simbólico. Pero, ¿el acto del lunes 29 de septiembre anuncia la próxima caída del régimen castrista? Quizás…

Imaginad una sala llena (1.300 butacas) de arriba abajo. ¡Y más de 1.500 personas en "lista de espera"! Dos grandes pantallas fueron colocadas delante del teatro para que las personas que aspiraban a entrar, pudiesen ver y oír lo que pasaba en el interior.

París vivía una de las noches más agradables desde hace varios meses. Ni frío ni calor. Cientos de personas siguieron, gracias a las pantallas, las diversas intervenciones que tuvieron lugar sobre la escena. Un desfile de "estrellas", como me confesara un periodista sueco con admiración: "¡Bravo, habéis logrado un All Stars casting!".

Pedro Almodóvar ganó una ovación por su gracia inimitable y su mensaje a Castro: "Usted liberó a Cuba de la dictadura de Batista. Libere de nuevo a Cuba de la nueva dictadura que usted representa". Pierre Arditi, actor de teatro, cine y televisión —muy querido del público francés— leyó la absurda acusación contra Raúl Rivero. Muy importante también: Arditi estuvo en Cuba para actuar en una película destinada a la televisión. "Yo admiraba al joven revolucionario Fidel Castro, pero no puedo admitir lo que sucede actualmente en Cuba".

Y así prosiguió el acto hasta la letra V. Zoe Valdés leyó un poema de Raúl Rivero e hizo una intervención no prevista (a lo Zoe Valdés) recordando, con su coraje habitual, los tres fusilados de abril.

Marisela Verena sorprendió a todo el mundo con su voz y su fuerte personalidad. Dos canciones recordaron que hay voces cubanas de inmenso talento en el exilio. En Francia, la "canción cubana" se limitaba, después de varios años, a los abuelitos de Buenavista Social Club.

El redactor jefe de Le Monde, Edwy Plenel, leyó un requisitorio implacable contra el régimen castrista. Edgar Morin, filósofo eminente, lanzó un mensaje a las izquierdas de Latinoamérica:

"Los aportes de la revolución cubana en el campo de la salud, la educación, etcétera, no deben hacer olvidar el régimen dictatorial del país. El respeto a la libertad y la democracia debe ser privilegiado".

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