www.cubaencuentro.com Jueves, 13 de noviembre de 2003

 
   
 
La Habana: Sobres amarillos
Desde que a fines de 1994 Estados Unidos decidió realizar una lotería especial de visas para la Isla, 'El Bombo' se ha convertido en la gran esperanza de los cubanos.
por TANIA QUINTERO
 

La lotería de visas para Cuba cesó en 1998, pero aún siguen llegando por correo sobres amarillos para los ganadores. Es tanta el ansia por marcharse de la Isla, que por la calle circula el rumor de que "todos los que enviaron a El Bombo del 98 se van a ir".

Oficina de Intereses
Oficina de Intereses de EE UU: ¿Puerta a la esperanza?

Una bola poco creíble. Pero en la misma medida en que se dificultan las vías para emigrar legalmente, y cada vez es más riesgoso —y costoso— irse ilegalmente: en una balsa por el mar, escondido en un avión o apropiándose a la fuerza de una embarcación, los sueños y fantasías se multiplican en un país donde 8 de cada 10 cubanos quisiera emigrar temporal o definitivamente, según apuntan cálculos extraoficiales.

Alrededor de El Bombo hay toda clase de anécdotas, y del interés despertado se han aprovechado vividores. Sofía, ama de casa habanera, estaba en sus faenas hogareñas cuando tocó a la puerta una mujer.

- Señora, buenos días, ¿aquí vive fulana de tal?

- Sí, es mi hija, ¿qué usted desea?, porque ella está trabajando.

- No, no importa, yo vengo a decirle que sé dónde está el sobre con el nombre de ella, pues se ganó El Bombo.

- ¿Sí? Qué bueno. ¿Y a dónde tenemos que ir a reclamarlo?

- No, a ningún lugar. Yo se lo traigo ahora mismo por 50 pesos.

- ¡Ah!, está bien, tráigalo, la espero.

Y Sofía, loca de contenta, llamó a su hija al trabajo, y buscó a su marido, que estaba haciendo los mandados en la bodega.

Media hora después llegó la mujer con el famoso sobre amarillo, convertido en un fetiche por obra y gracia de la esperanza, en un Eleguá o "Abrecaminos". Lo único que la mujer no aclaró es que no eran 50 pesos, sino 50 dólares.

La alegría de Sofía se convirtió en tristeza: todo lo que tenían eran 30 dólares. La mujer se mantenía en sus trece, porque "ese es el precio que tiene recibir enseguida el sobre de El Bombo". Sofía y el marido hicieron gala de sus mejores argumentos y la convencieron de que tenía que conformarse con 30 dólares nada más, porque, le dijeron, "nosotros podemos denunciarte ya que eso que estás haciendo es totalmente ilegal".

Presurosa, la mujer cogió los 30 dólares y se marchó: la cosa podía ponérsele mala.

Puede que le haya servido de escarmiento y abandone el negocio de los sobres de El Bombo, pero puede también que en barrios de otras provincias siga funcionando el método. Tal vez con más discreción y a menos precio.

A fin de cuenta, en Guamuta, Ceiba Mocha, Charco Redondo, Rancho Veloz, Palma del Perro, San Fernando de Camarones, Santa Cruz del Sur o en cualquier localidad del territorio nacional, viven cubanos pendientes de El Bombo.

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