www.cubaencuentro.com Jueves, 05 de febrero de 2004

 
   
 
La Habana: Todo espanta
Del gulag soviético al isleño: el periodista Omar Rodríguez Saludes describe su encierro en la prisión de Kilo 8, donde cumple una condena de 27 años de cárcel.
por JUAN GONZáLEZ FEBLES
 

La península de Kola en la vecindad del Círculo Polar Ártico, que formó parte de la antigua Unión Soviética y hoy pertenece a Rusia, hospedó gulags en los tiempos del socialismo real y el imperio soviético. Uno de estos lugares sin nombre estaba situado a 600 kilómetros del sitio habitado más cercano y a 200 de una base de submarinos soviética.

R. Saludes
Periodista Rodríguez Saludes.

La temperatura de la zona en verano oscila entre los 6 y los 8 grados centígrados sobre cero, y en invierno —que es la mayor parte del año— se mantiene entre los 35 y 45 grados bajo cero. Los prisioneros eran confinados en celdas completamente asépticas de 3x2 metros. La temperatura era mantenida de forma artificial, todo el año en 20 grados centígrados sobre cero.

Las paredes de las celdas estaban acolchadas. No existía la menor posibilidad de que algún prisionero escapara a su encierro por la puerta falsa del suicidio o por cualquier otra. Para leer, sólo estaban autorizadas obras clásicas del marxismo-leninismo. Estos prisioneros no tenían contacto humano de ningún tipo.

Muchos se quebraron. Para aprovechar la única posibilidad de establecer contacto humano, lo establecieron con los únicos autorizados para ello: los jueces de instrucción soviéticos, que les colocaron en esta triste situación.

El sistema, con su refinada crueldad, consiguió muchos "arrepentimientos" y muchas confesiones de dudosa autenticidad. Muchos de los que sufrieron estos tratos crueles, inhumanos y degradantes, jamás se recuperaron. Algunos perdieron la razón de forma irreversible. Otros en la actualidad arrastran una existencia miserable, sin conseguir sacarse el gulag del alma.

El periodista Omar Rodríguez Saludes, de 38 años de edad, quien guarda injusta prisión en la cárcel Kilo 8, en Camagüey, sancionado a 27 años de privación de libertad, escribió desde su encierro. La carta describe las condiciones de vida de este prisionero de conciencia y la semejanza con el gulag soviético es notable.

Quizás, sus carceleros, al no contar con el frío polar, lo sustituyeron por condiciones de insalubridad insoportables y por una dieta infame. En su misiva, Saludes describe lacónicamente su encierro: "Horas enteras sin ver un rostro. Sólo tenemos contacto con el recluso que limpia el pasillo y con el que despacha las comidas. De casualidad pasan militares. El contacto humano es nulo".

Uno se pregunta por qué este colega se ganó el odio emponzoñado del régimen, para ser el periodista independiente sancionado con mayor rigor y a más años de prisión en la reciente "Primavera Negra de 2003".

Saludes andaba La Habana en una bicicleta. Desde su vehículo se las ingenió para saberlo todo, primero que todos. Ganarle la primicia era difícil hasta para la prensa extranjera acreditada en la Isla. Su empeño borraba ventajas y siempre llegó primero.

Muchas veces la Seguridad le acosó y le amenazó. Pero él era confiado. Luchar por la libertad embriaga. Cuando se siente dentro su sabor, la adrenalina se dispara y todo cambia definitivamente. Se disfruta el riesgo y se siente una extraña impresión de inmortalidad o la condición mental incierta de una invulnerable superioridad.

Quizás las fotos que tomó y salvó para una eventual posteridad, hayan disparado la espoleta del odio en su contra, o quizás fue su entusiasmo y colaboración en la promoción del Proyecto Varela. Eso no importa ya. Lo que trasciende es testimonio lúcido y la dignidad para sobrellevar el cautiverio.

Como pequeño y sentido tributo para él y para el resto de mis colegas que sufren por la hombrada de hacer valer hoy en Cuba el derecho a ser libres y a dar y recibir información sin permisos, que sea Omar Rodríguez Saludes desde su encierro quien dé remate a este trabajo:

"En nuestro caso, como en el de otros prisioneros de conciencia, no se ha condenado al hombre, sino sus derechos y libertades. La opinión, el pensamiento es lo que han enrejado y esto sin dudas encamina la nación a la muerte. Todo espanta".

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