www.cubaencuentro.com Viernes, 16 de julio de 2004

 
   
 
Lucerna: ¿Quién dijo que Celia Cruz está en el cementerio de Woodland?
por TANIA QUINTERO
 

Celia Cruz se fue de este mundo sin volver a pisar su patria. Se llevó consigo ese dolor. El cisma político provocado por la llegada al poder de Fidel Castro en 1959 dividió en dos la sociedad cubana.

Funeral
Sepelio de Celia Cruz en Nueva York.

Allá, en la otra orilla, muy cerca —y muy lejos— estaba Celia. Acá, en la isla de la mata de siguaraya, un pueblo al que se le prohibió escuchar a la más internacional de sus intérpretes.

Con su atípica obediencia, los cubanos burlaron la censura y con Celia continuaron cantando, bailando y divirtiéndose. A pesar del sistema de vigilancia y control que impide a los nacionales viajar libremente, organizar partidos políticos, administrar negocios particulares y expresar en público sus opiniones, los cubanos no han dejado de leer libros, periódicos y revistas extranjeras; hacer empíricas e ilegales conexiones para acceder a Internet; ver controvertidos filmes y coleccionar vídeos y grabaciones (piratas en su mayoría) de artistas oficialmente renegados, como la propia Celia Cruz, Willy Chirino, Gloria Estefan y Olga Guillot, entre otros "traidores" según la versión oficial.

Mientras más prohíben, más se hurga en lo prohibido. Las recientes generaciones nacen sin adorar al Che, viendo a Elián como un niño balsero que sobrevivió a los tiburones y convirtiendo en leyenda a los deportistas desertores. Estos jóvenes no pertenecen a ningún grupo opositor, pero constituyen la nueva disidencia. Son seguidores silenciosos —y a veces no tanto— de Guillermo Cabrera Infante, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Reinaldo Arenas, Jesús Díaz, Raúl Rivero y Carlos Alberto Montaner.

La verdadera juventud cubana no es comunista, sino antidogmática, rebelde y creadora de sus propios mitos. Tiene tantos iconos como piercings y tatuajes en su piel.

Los Beatles estuvieron también en la lista negra de la música prohibida en Cuba. En los años setenta y ochenta los aplausos eran para Silvio Rodríguez; hoy el vitoreado es Pedro Luis Ferrer. El rap destronó al casino y Buena Vista Social Club ya es un proyecto pasado para una generación que, si acaso, prefiere las canciones de amor de Pablo Milanés y no aquellas que loan a un programa fracasado.

Es una lástima que por la incomunicación y desinformación, todavía haya gente desfasada en Europa que siga pensando en el "Hombre Nuevo" y creyendo que los cubanos son los "progres" que ellos dejaron de ser, un par de décadas después de Mayo del 68. Si para la izquierda nostálgica el marxismo-leninismo todavía tiene cabida, para los cubanos nacidos en los ochenta el futuro no pasa por el socialismo.

¿Quién dijo que Celia Cruz está en el cementerio de Woodland en Nueva York? Su cuerpo se fundió con la tierra que la acogió y le propició la fama, pero su espíritu está en la Cuba donde la vida no es hoy precisamente un carnaval.

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