www.cubaencuentro.com Viernes, 18 de julio de 2003

 
  Parte 2/10
 
No hay Patria sin virtud
Carta Pastoral del Eminentísimo Señor Cardenal Jaime Ortega Alamino, Arzobispo de La Habana, en el 150 aniversario de la muerte del Padre Félix Varela.
(05 marzo 2003)
 

La virtud

5. Los valores nos mueven a actuar en el sentido del bien, pero hay mucha ambigüedad y miseria en el ser humano para que el simple hecho de presentarle un valor baste para que ese valor sea asumido e incorporado a la vida. Es necesario, pues, ejercitar la virtud. Virtud significa fuerza, fortaleza. Sólo por el esfuerzo, esto es, ejercitándose en su cuerpo y sobretodo en su espíritu, se hace capaz el hombre de asumir los valores que exigen vencerse a sí mismo. La invitación del Padre Varela a la virtud es un llamado al cubano, especialmente a los jóvenes, a hacerse fuertes, fuertes de espíritu, poniendo por fundamento de su vida la fe en Dios.

6. Este llamado lo quiero repetir ahora como Obispo y Pastor y como cubano, especialmente a las jóvenes generaciones, que deben hacerse firmes por la virtud y aprender a mirar el mundo desde la elevación adonde nos conduce el amor de Dios: es la altura del ideal, del esfuerzo, del sacrificio.

Que los jóvenes se decidan por la virtud

7. Queridos jóvenes: tienen que resistir al vaho decadente del mundo, que viniendo de abajo los puede envolver. Reafirmen sus pies en la altura de un ideal moral que los consolide como hombres y mujeres capaces de mirar alto y lejos. Resistan a las tentaciones de una vida llena de placeres fáciles, inmediatos, pero fugaces, donde falta un proyecto portador de felicidad fundado en el amor. La permisividad sexual, las relaciones tempranas que queman las etapas del enamoramiento y del amor verdadero, no preparan para fundar matrimonios estables y duraderos, familias donde la vida pueda crecer en la seguridad y en el gozo del amor compartido, y sin esto no hay felicidad.

8. No es cediendo a todos los deseos como se preparan un joven y una joven para los retos de una vida adulta; por otra parte, las virtudes son solidarias en el alma humana. Esto quiere decir que las virtudes crecen juntas y los vicios también. Así por ejemplo, quienes son firmes y tienen una postura moral bien definida con respecto a las relaciones de amor entre el hombre y la mujer, tendrán firmeza también para hacer frente a otras tentaciones, muy presentes en nuestro medio actual, como son el consumo abusivo de bebidas alcohólicas y aún de drogas. La extensión del uso de drogas en gran parte del mundo, ahora también en Cuba, tiene sus promotores en delincuentes perversos, pero sus mejores aliados son la falta de sentido para la vida, el derrotismo y una postura ante el mundo habitualmente débil por parte de jóvenes y adultos. Sería de una superficialidad imperdonable pensar que, para que el joven o la joven se alejen de la bebida o de la droga debe al menos propiciarse el desahogo de sus pasiones sexuales, tomando sólo precauciones contra embarazos o enfermedades. La experiencia demuestra que sexo, alcohol y droga se entrelazan peligrosamente. No se resignen como jóvenes a este pobre ideal de juventud, que lleva en sí tantos riesgos, el primero de todos: "no hallar nunca el verdadero amor". No creas que la libertad consiste en actuar según tus deseos. Dejo la palabra al Padre Varela: "Medita ... sobre las doctrinas destructoras de la libertad humana, examina su origen, y verás que sólo tuvieron por autores, y sólo tienen por partidarios, a los impíos, que no pudiendo superar sus pasiones se declararon esclavos de ellas"9.

Actualidad de Varela

9. Al referir estas cosas es como si evocara al Padre Varela escribiéndoles a los jóvenes cubanos de este tiempo, como escribió él a su ideal discípulo Elpidio en la etapa de la historia que le tocó vivir. Porque Varela se ocupaba de la Patria y sabía que su futuro descansaba en las manos y en los hombros de la juventud, por eso les pedía a ellos virtud, pero virtud integral, aquella que compromete toda la vida. La permisividad no lleva esfuerzo, desconoce el sacrificio y así no se favorece el desarrollo de la vida social, ni se forja la Patria, se produce más bien la postración moral, que trae consigo la falta de entusiasmo y la desesperanza. Hago llegar a ustedes, queridos jóvenes, el llamado del Padre Varela a un compromiso ferviente con la Patria: "Diles que ellos son la dulce esperanza de la patria, y que no hay patria sin virtud, ni virtud con impiedad"10.

10. Como fuente de esperanza les propongo el Evangelio de Jesucristo. En él bebió Varela su saber más hondo. Leído y meditado él nos sitúa en una cumbre del espíritu desde la cual el mundo real se nos revela bajo una nueva luz: allí se descubre que el pasado, con todas sus miserias, sirve de algo; que el presente tiene urgencia de nosotros y que el futuro no es forzosamente sombrío y se construye hoy con nuestras manos.

1. Inicio
2. La virtud...
3. A los cinco años...
4. Independencia de...
5. La familia...
6. El derecho...
7. Que la mujer...
8. La solución...
9. La esperanza...
10. Conclusión...
   
 
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