www.cubaencuentro.com Viernes, 28 de octubre de 2005

 
  Parte 9/10
 
Todos Unidos: Propuesta de Programa para comenzar a solucionar los graves problemas de la sociedad cubana
Documento presentado el 10 de febrero de 2004, en La Habana, por Vladimiro Roca, Elizardo Sánchez Santacruz y Félix Bonne.
 

Una aclaración necesaria

"Ha quedado pues constituida la República Cubana conforme a los principios democráticos más puros. Se han reconocido por ella como derechos inalienables el de petición, de libertad de cultos, de la palabra y de la imprenta...".
Carlos Manuel de Céspedes [9]

Artículo 62 de la Constitución socialista: "Ninguna de las libertades reconocidas a los ciudadanos puede ser ejercida contra lo establecido en la Constitución y las leyes, ni contra la existencia y fines del Estado socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo. La infracción de este principio es punible".

Este artículo es la contradicción mayor de la Constitución, pues de hecho elimina todos los derechos anteriormente reconocidos, incluyendo el precepto: "la soberanía reside en el pueblo del cual dimanan todos los poderes del Estado", y la convierte en letra muerta, permitiendo al gobierno determinar que puede o no hacerse al margen de cualquier otra ley que no sea la voluntad de quienes detentan el poder por la fuerza y contra la verdadera voluntad del pueblo que dicen encarnar.

Este documento ha sido elaborado atendiendo a:

1) El artículo 63 de la Constitución vigente: "Todo ciudadano tiene el derecho a dirigir quejas y peticiones a las autoridades y a recibir la atención o respuestas pertinentes y en plazo adecuado, conforme a la ley".

2) Aunque 75 recientes eventos apuntan en sentido contrario, el delito de opinión no está explícitamente tipificado en el Código Penal vigente y, por tanto, asumimos su ausencia.

3) Aquí... se impone una explicación algo más amplia.

Como es sabido, los clásicos del marxismo nunca concibieron "una forma única" en sus teorías de construcción socialista y allí donde establecieron "verdades de carácter absoluto" como la de la irreversibilidad de los sistemas socio-económicos, la Historia se encargó de demostrar la inconsistencia de tales afirmaciones. Por otra parte, son conocidos cambios (o "aportes") durante ese proceso, siendo uno de los más conocidos el de Lenin y su famosa Nueva Política Económica (NEP, por sus siglas en ruso). Así, en el libro Páginas de la Historia, leemos:

"Después de concluida la guerra civil en marzo de 1921, el Partido Comunista tomó la decisión del paso a una nueva política económica. En lugar del sistema de entrega obligatoria de productos agrícolas al Estado, fue establecido un impuesto que dejaba a los campesinos excedentes importantes de productos. Fue autorizado el comercio privado. Ahora los campesinos podían vender cantidades significativas de productos y comprar artículos de la ciudad. Esto creó en ellos el interés por la ampliación de los cultivos. Se autorizó a personas particulares a abrir talleres y pequeñas empresas industriales. La nueva política económica… restableció la economía". [10]

No parece que Lenin pensara que iba "en contra de la decisión del pueblo ruso de construir el socialismo" cuando estableció la NEP, sino que lo hizo como una medida necesaria, atemperándose a las condiciones imperantes, como alternativa única para sacar o aliviar a la gente de la calamitosa situación que sufría y, acaso, ni fue una medida de condolencia, sino de juego político ante una problemática que presagiaba el desastre.

Pero Lenin morirá en 1924 siendo sustituido por Stalin, quién desmantelará todo el sistema de la NEP. Para describir lo que sucedió después, leamos otro libro, este de un autor del patio, Teoría del Estado:

"Dicho en términos bien simples: la propiedad estatal estaba muy centralizada, sus facultades de disposición virtualmente en manos de una cúpula burocrática que, de hecho, conducía a la no existencia de propiedad, o a la propiedad de nadie.

"La enajenación que dispuso esa concentración, el entramado burocrático a través del cual existió y se manifestó produjo, con respecto a ella, una notable alienación de las grandes masas en su relación con la propiedad estatal. El hombre se sintió abajo no como el último eslabón de una cadena económica, sino como algo impostado dentro de una economía ajena, inasible, en ocasiones perversa. Nadie se sintió dueño de un autobús, aunque la retórica socialista proclamara que era propiedad de todos, menos se sintió dueño de un edificio estatal, aunque esa retórica jurara a todos los vientos que era no sólo de todos, sino para todos.

"A todo ello se sumaron elementos concurrentes tales como una planificación también altamente centralizada y burocrática, la ineficacia de un aparato de gestión que no tenía intereses directos en el resultado de la producción, en ocasiones incluso ni intereses indirectos…

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3. 6.- Eliminación del cobro...
4. Es derecho inalienable...
5. Artículo 38...
6. Lo que hemos querido...
7. Si aceptamos la anterior...
8. Promover y facilitar...
9. Una aclaración necesaria...
10. "El Estado socialista de los..."
   
 
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