www.cubaencuentro.com Viernes, 28 de octubre de 2005

 
  Parte 1/3
 
Mensaje de escritores, artistas y académicos venezolanos a sus colegas de todo el mundo
 

Venezuela vive uno de los momentos más dramáticos de su historia. Está por consumarse un gigantesco fraude para desconocer millones de firmas de venezolanos que solicitan un referendo revocatorio del mandato presidencial de Hugo Chávez. La presión, ejercida de una manera descarada y contumaz por el propio Chávez y sus más cercanos seguidores, en especial por el vicepresidente, los ministros, los diputados y los medios de comunicación del Estado, ha tenido eco en la mayoría de los miembros del Consejo Nacional Electoral, quienes, ante la evidencia de las firmas consignadas, se han valido de argucias y formalismos para invalidar un número de ellas que haga improcedente el referendo, en obediencia a las órdenes del presidente, empeñado en impedirlo, porque sabe que, de producirse, la revocación de su mandato es inevitable. Ante la posibilidad de perder el poder, el gobierno desarrolla ahora una campaña nacional e internacional dirigida a deslegitimar la recolección de firmas para el referendo revocatorio que fue desde el primer día calificada por el propio presidente como un "megafraude".

Los 3.448.747 ciudadanos que firmaron pidiendo su convocatoria lo hicieron, entre otras razones, por las siguientes:

1) La vocación inequívocamente despótica y totalitaria del presidente, demostrada por la tendencia al control absoluto de todos los poderes públicos, ya logrado en muy alto grado; 2) La militarización de la administración pública en todos sus niveles, incluyendo un alto porcentaje de ministros y de los gobernadores de los estados; 3) La violación descarada de la legislación y de la propia Constitución, tanto por el propio presidente, como por los funcionarios públicos en todas las instancias; 4) La militarización y partidización de la empresa estatal de petróleo (PDVSA) que conduce al deterioro de la más importante fuente de ingresos del país y su progresiva desnacionalización, al entregar la explotación de la misma a compañías extranjeras; 5) El desbarajuste económico, con un ruinoso control de cambios, una elevada inflación, una altísima y creciente tasa de desempleo, un dramático crecimiento de la pobreza y una marcada escasez de productos vitales, como alimentos y medicinas; 6) La división y desmantelamiento de las Fuerzas Armadas, y su sustitución gradual por una fuerza militar paralela al servicio, no del país, sino del gobernante y sus secuaces; 7) Una política internacional errática y desequilibrada, dirigida por el jefe del Estado en función de sus conveniencias y caprichos personales, y con grave lesión de los intereses del país; 8) Un gigantesco saqueo y despilfarro de los recursos financieros; 9) Una brutal represión de muchas manifestaciones populares, con el uso de las Fuerzas Armadas y de grupos de choque, de un falso origen popular, organizados y armados por órganos del gobierno; 10) La intimidación, por diversos procedimientos, de los medios de comunicación adversos al régimen y un total desprecio de la opinión pública; 11) El abandono de los servicios públicos, especialmente los de seguridad social, educación y salud, para sustituirlos por 'misiones' de claro corte populista; 12) Una absoluta  indiferencia ante el crecimiento desbordado del hampa común; 13) Un exacerbado culto a la personalidad como es típico de los gobernantes dictatoriales.

Para comprender la actual coyuntura venezolana resulta imprescindible resumir brevemente su origen.

En 1958 la insurrección del pueblo de Caracas obligó a las Fuerzas Armadas a derrocar al dictador Marcos Pérez Jiménez. Entonces los militares dieron una lección de civilismo, pues una vez depuesto el dictador propiciaron elecciones libres para escoger un gobierno civil y restablecer la institucionalidad democrática.

Fueron muchos los hechos positivos de los gobiernos que se sucedieron desde entonces, entre los cuales destacan la Constitución democrática de 1961; la nacionalización del petróleo y el hierro; la construcción de importantes obras de infraestructura; el formidable crecimiento cuantitativo de la educación preescolar, básica, media y superior; la creación de numerosas instituciones culturales… Pero en el balance de esos cuarenta años también pesan innumerables fallas y vicios, como la corrupción en el manejo de los fondos públicos; el abandono progresivo de servicios vitales, como los de salud y educación, hasta hacerse irrisorios; la quiebra de la seguridad social; la gravísima inseguridad bajo el imperio del hampa; el deterioro de la economía; el debilitamiento y la corrupción de las instituciones fundamentales…

1. Inicio
2. Todo ello produjo...
3. Nombres y apellidos...
   
 
EnviarImprimir
 
 
Editoriales
Sociedad
Cultura
Internacional
Deporte
Opinión
Desde
Entrevista
Buscador
Cartas
Convocatorias
Humor
Enlaces
Prensa
Documentos De Consulta
Ediciones
 
Nosotros Contacto Derechos Subir