www.cubaencuentro.com Viernes, 28 de octubre de 2005

 
  Parte 4/10
 
No hay Patria sin virtud
Carta Pastoral del Eminentísimo Señor Cardenal Jaime Ortega Alamino, Arzobispo de La Habana, en el 150 aniversario de la muerte del Padre Félix Varela.
(05 marzo 2003)
 

Independencia de la Iglesia en su misión

15. La Iglesia tiene su origen en Cristo. Cuando Jesús le dice a Simón Pedro: "Tú eres piedra", le anuncia al mismo tiempo a su apóstol y al mundo que es Él, Cristo Jesús, quien establece y construye su Iglesia: "sobre esta piedra edificaré mi Iglesia"13. Es Cristo quien vive en su Iglesia y cada día y en cada época la edifica, incorporando a su cuerpo, por la acción del Espíritu Santo, a los hombres y mujeres que se adhieren a Él por la fe.

16. Escuchemos cómo el Padre Varela describe a la Iglesia en la segunda de las cartas a Elpidio: "La Iglesia es el conjunto de los creyentes bautizados, que guiados por la luz de la fe, unidos con el vínculo de la caridad, animados por la consoladora y bien fundada esperanza y nutridos con los santos sacramentos, corren por la senda de la virtud y de la paz hacia el centro de la felicidad, bajo el eterno pastor que es Cristo y su vicario que es el Papa"14. Esta es la realidad de la Iglesia en el mundo y en el seno de cada nación. La misión de la Iglesia es, ante todo, el anuncio de Jesucristo con sus implicaciones éticas para la persona, considerada en el ámbito de la familia y en el medio social y político. Éste no es un derecho concedido a la Iglesia, sino que nace del mandato divino de Jesús. "Vayan al mundo entero y anuncien el Evangelio"15.

17. Describe también el Padre Varela las vicisitudes y las luchas de la Iglesia por preservar su derecho de anunciar y extender el Reino de Dios. Usando el vocabulario de su tiempo, Varela emplea la palabra "trono" para significar el poder político y se expresa así: "La Iglesia... sólo espera del trono que remueve todo obstáculo civil que pueda oponerse a tan elevados fines: mas no depende del trono el que los consiga, antes al contrario, a veces para conseguirlos se ve la Iglesia en la dura necesidad de oponerse al trono para corregir sus demasías, como lo hizo San Ambrosio con el Emperador Teodosio y lo han hecho otros muchos santos prelados ...quiero sacarla (a la Iglesia) de una esclavitud en que no debe estar, haciéndola juguete del trono, sólo por suponer que le debe su existencia"16. En efecto, la Iglesia tiene su origen en Dios, de ahí nacen los derechos inherentes a su misión divina, y así el poder político no debe obstaculizar o impedir el anuncio del mensaje de Cristo, que la Iglesia debe hacer utilizando incluso los medios actuales de comunicación social, ni la labor educativa o caritativa de la Iglesia, ni nada que tenga que ver con la misión propia que Dios le ha confiado.

Es misión de la Iglesia sembrar esperanza

18. Muchos hermanos nuestros se vuelven a la Iglesia en Cuba pidiendo una palabra de futuro, porque existe en el pueblo cubano un temor difuso y generalizado al porvenir: ¿cómo se desenvolverán los acontecimientos en nuestra nación?, ¿habrá una mejoría de nuestras condiciones de vida?, ¿se alcanzará la reconciliación entre todos los cubanos?, ¿podrá preservarse siempre entre nosotros el bien superior de la Paz? Siempre son los mejores y los más inquietos quienes manifiestan esta preocupación.

19. Faltan en Cuba propuestas que levanten el ánimo y acrezcan la esperanza, que susciten proyectos de vida personales y comunitarios donde brille un ideal noble y alto en los que todos puedan sentirse implicados. Se siente la ausencia de Varela y de Martí. No porque sus escritos y sus personas dejen de ser conocidos y apreciados, sino porque no hemos estructurado nuestra vida nacional según su espíritu. ¿Por qué haber acudido a otros pensadores foráneos, incluso con rango de fundadores de escuelas de pensamiento y acción, pero que en sus doctrinas, semillas de otros climas que no se dan en esta tierra, no alcanzan la estatura ética de Varela ni el acento amoroso de Martí? Si Varela o Martí no hubieran sido nuestros habría que haber ido a buscarlos dondequiera que se hallaran, pero son de aquí y ellos nos remiten, cada uno a su modo, a Jesucristo, a la civilización cristiana que es la nuestra, donde brotó nuestra nación y se desarrolló nuestra cultura.

Nuestra cultura es cristiana

20. Los sistemas de pensamiento, sean liberales o totalitarios, surgidos a raíz y después de la revolución francesa, han condicionado desde entonces en mayor o menor grado el poder político en occidente, teniendo en común su persistencia en tratar de socavar la civilización cristiana cuando les parece que se opone a sus programas. Para lograr este empeño comienzan por pretender que la fe religiosa es una cuestión privada. Éste es el mejor modo de facilitar el proceso de descristianización, pues la Iglesia es empujada fuera de la escena pública y de un modo u otro su voz es silenciada o no escuchada.

Cuba es uno de los países de la América hispana que más ha sufrido esta devastación: el desmonte de las instituciones, el barrido de las tradiciones, el borrado de la memoria colectiva, es decir, la exclusión de todo cuanto posibilita una imprescindible continuidad cultural, ha marcado la historia del siglo XX cubano.

1. Inicio
2. La virtud...
3. A los cinco años...
4. Independencia de...
5. La familia...
6. El derecho...
7. Que la mujer...
8. La solución...
9. La esperanza...
10. Conclusión...
   
 
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