www.cubaencuentro.com Viernes, 28 de octubre de 2005

 
  Parte 2/9
 
La presencia social de la Iglesia
Instrucción teológico-pastoral, firmada por los 13 obispos católicos de Cuba, dada a conocer el 8 de septiembre de 2003, festividad de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.
 

3. La visita del Papa

"Que Cuba se abra con todas sus magníficas posibilidades al mundo y que el mundo se abra a Cuba" pareció que fue para muchas personas en el mundo el pensamiento catalizador y la propuesta motivante de nuevas esperanzas, que el Papa nos dejaba como mejor legado a todos los cubanos. Así lo mostraron dignatarios y personalidades del ámbito internacional que con prontitud desearon caminar tras las huellas del Papa, visitando nuestro país, iniciando o restableciendo relaciones diplomáticas inexistentes, etc.

Los Obispos cubanos, teniendo presente el contenido total de las enseñanzas del Papa en nuestro país, hemos considerado el llamado del Santo Padre a que Cuba se abra al mundo no sólo como una invitación a la inserción creciente de Cuba en el concierto de naciones, sino también como un reclamo para que se dé internamente en nuestro pueblo una apertura que propicie el ejercicio y respeto de los derechos integrales del hombre, desde el derecho a la vida, a la salud y a la educación, hasta el derecho a la libertad de expresión y de participación social y política. Es un bien entre nosotros que los derechos primarios a la salud, a la educación, a cierta seguridad social, sean altamente valorados y protegidos, pero es necesario promover otros derechos que tienen también su asiento en la dignidad del hombre, creado libre por Dios.

II. Mirando la realidad

No obstante la novedad del lenguaje y de los espacios que parecían abrirse durante los días de la visita del Santo Padre, hemos visto cómo, casi inmediatamente después de la misma, comenzó en el país un aparente proceso de revisión que no favorecía las aspiraciones de pluralismo, tolerancia y apertura que se vislumbraban en el horizonte nacional. Se suma a ello una franca involución en la apertura de la economía a la justa aspiración del pueblo en pequeños negocios, trabajos privados, etc., gravados cada vez más por impuestos, multas elevadas, negación de permisos que desalientan o impiden esas actividades económicas.

A partir de la visita del Papa, se ha experimentado en Cuba de forma creciente un retorno al lenguaje y a los métodos propios de los primeros años de la Revolución  en todo lo referente a la ideología. Esto se hace presente en casi todos los espacios de la vida pública mediante "la batalla de ideas", "las marchas", "las tribunas" y "las mesas redondas". Distintos acontecimientos nacionales o internacionales han servido de apoyo a esas acciones. Sin embargo, este estilo repetitivo en la comunicación ha puesto de manifiesto que el tratamiento ideológico de los problemas hace menos objetiva la información y dificulta cualquier posibilidad de diálogo crítico.

Cuando se identifica la ideología del Gobierno con todo el ordenamiento jurídico y la realidad ética del país, se está identificado Sociedad con Estado, y de este modo el Estado se convierte a sí mismo en conciencia de los ciudadanos. La difícil situación creada por esa indebida identificación, sólo puede ser superada por el desarrollo de una ética civil y por el acrecentamiento de una cultura abierta en la que converjan el mayor número posible de realidades y esperanzas de los ciudadanos. Es preocupante constatar que, actualmente, todo lo que en el pensamiento y en las acciones no coincida con la ideología oficial, se considera carente de legalidad y es descalificado y combatido sin tener en cuenta la verdad y la bondad que pueda poseer.

Debemos señalar que, después de la visita del Santo Padre, han quedado pendientes también algunas de las legítimas solicitudes que fueron expuestas en sus encuentros y discursos en relación con la Iglesia Católica. Sin embargo, para los Obispos de Cuba éstas no son las únicas ni principales preocupaciones del momento presente, en el que constatamos en muchos cubanos la falta de esperanza, los agobios diarios para la subsistencia y el creciente deseo de emigrar. Nos preocupan de modo particular el encarcelamiento y las altas condenas impuestas a un número considerable de opositores políticos, así como la aplicación de varias penas de muerte en juicios sumarios. Nos ha impresionado la tristeza manifestada por el Papa ante esas acciones que, de momento, han cerrado el camino a la libertad de expresión y a la comprensión entre los cubanos.

Los Obispos de Cuba compartimos los sentimientos del Santo Padre y, haciendo nuestras sus palabras, pedimos de nuevo a las más altas autoridades del país un gesto de clemencia hacia estas personas que están en la cárcel, sobre todo considerando humanitariamente sus condiciones de edad, estado de salud y sexo, que exigen una atención especial, y para todos ellos un acercamiento a sus lugares de residencia y mejores condiciones carcelarias.

1. Inicio
2. 3. La visita del Papa...
3. III. Naturaleza y misión de la...
4. 2. La misión de la Iglesia...
5. IV. La presencia pública...
6. 2. Compromiso político...
7. La independencia necesaria a...
8. 2. La unidad del pueblo...
9. 4. Construir la esperanza...
   
 
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