www.cubaencuentro.com Viernes, 28 de octubre de 2005

 
  Parte 1/15
 
Programa político del Partido Demócrata Cristiano de Cuba (PDC)
Documento de trabajo aprobado en el VIII Congreso del PDC, cuyas últimas enmiendas fueron realizadas entre los meses de febrero y mayo de 2004.
 

Hacia una gestión de gobierno que promueva la democracia participativa, la justicia social y el desarrollo económico en Cuba.

Este Programa Político fue aprobado en su Rev.6 como documento de trabajo perfectible en el VIII Congreso del PDC de Cuba, realizado el 13 de septiembre de 2003. Cumpliendo con el mandato del Congreso se han hecho cuatro revisiones más en Talleres posteriores y sigue abierto a sugerencias y enmiendas. Esta Rev. 10 es producto de los Talleres realizados en febrero, abril y mayo de 2004.

El Comité de Redacción encargado de este Proyecto ha funcionado bajo la dirección de Gerardo E. Martínez-Solanas en colaboración con Nelson Amaro y Rolando Castañeda. Un Grupo de Revisión, encabezado por Marcelino Miyares, Humberto Esteve, Raúl Patterson, José Ignacio Rasco y Aldo Vega hizo aportes considerables.

El Comité de Redacción agradece también el aporte ocasional de numerosos miembros, quienes con sus ideas y enmiendas han enriquecido notablemente el texto.

I. Compromiso

La filosofía demócrata cristiana postula que el ser humano ocupa un lugar privilegiado en la creación porque posee conciencia de sí mismo y libre albedrío y es capaz de pensar sobre su existencia e interpretarla y orientarla por decisiones racionales propias. Este postulado conforma la dignidad humana. Es la base de nuestra defensa de la libertad como un valor inherente a la capacidad creadora que permite la perfectibilidad creciente de la sociedad.

También creemos que todo ser humano es una célula elemental de un solo y mismo cuerpo, el de toda la Humanidad. En virtud de ese principio, nuestra concepción del Humanismo consiste en que todas las personas tienen los mismos derechos y deberes derivados de la propia naturaleza humana, lo cual proyecta el concepto de la equidad como un valor indispensable. El derecho natural, los derechos humanos, tienen su fuente en esta dignidad y su violación es la fuente de todos los conflictos. La paz es el respeto al derecho ajeno, como expresaba Benito Juárez.

No se concibe al ser humano aislado de la sociedad que lo rodea ni tampoco proyectado hacia el resto de sus congéneres para sojuzgarlos o explotarlos a través del Estado o de cualquier otra forma de organización o mecanismo político.

Tendremos paz y justicia de conformidad con nuestra capacidad de fomentar el equilibrio entre la libertad, la equidad y la solidaridad en la sociedad, la política y la cultura. La solidaridad hacia los desvalidos y marginados es consustancial a este enfoque que aspira a un ser humano redimido. Fundamentados en estas premisas hacemos un llamamiento a la participación. Por lo tanto, no puede haber paz sin justicia. No puede haber justicia sin un equilibrio de libertad, equidad y solidaridad y sólo pueden realizarse estos valores si nuestro propósito esencial consiste en enaltecer la dignidad plena del ser humano.

Creemos que sólo "puede haber verdadera democracia si la persona humana es respetada integralmente, porque ella es el ingrediente indispensable del pueblo, considerado, no como simple masa, cantidad a la cual se atribuyen determinadas prerrogativas, sino como sujeto consciente y responsable de sus actos y decisiones". Consecuentemente, estamos comprometidos con "la defensa militante del respeto y la solidaridad de la persona humana, con el pluralismo ideológico, así como con el logro de la justicia social, aspiraciones correlativas al Bien Común". (Estatutos del Partido Demócrata Cristiano de Cuba,Artículo 1. V Congreso del PDC, 1997)

Creemos en los postulados fundamentales de la doctrina social cristiana, pero nuestro Partido no es confesional ni nuestra ideología es monologística, sino dialogística y pluralista, porque fomenta el diálogo con amigos y adversarios y promueve la concordia en las relaciones humanas. Creemos en la pluralidad de opiniones y en la diversidad de comportamientos que alimenten intercambios e interacciones, incluyendo saludables divergencias, controversias y diferencias de criterio, situándonos en el polo opuesto de cualquier ideología totalitaria. Los demócrata cristianos cubanos no somos necesariamente librepensadores sino pensadores libres.

Creemos que el futuro de Cuba y de la Humanidad depende más que nunca de la convergencia de conciencias, de la generalización de los cambios internacionales, de la difusión e interacción internacional de las culturas, de la mundialización de la información y de la justicia social a nivel universal. Todo esto precisa una regeneración individual y una reconciliación colectiva que no puede lograrse más que concediendo gran importancia al eclecticismo y su corolario: la tolerancia.

Creemos que la tolerancia es la llave que abre las puertas de la concordia y del conocimiento y que, por lo tanto, ninguna institución política, religión, filosofía o doctrina científica es poseedora del monopolio de la Verdad. Creemos en la necesidad de un genuino respeto por las ideas y creencias de los demás, lo que nos lleva a buscar la unidad a través de la diversidad.

Partes 1 a 10
Partes 11 a 15
   
 
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