www.cubaencuentro.com Jueves, 21 de octubre de 2004

 
   
 
¡Vade retro, INTERNET!
(23 enero 2004)
 

Mientras buena parte del mundo hace lo posible por no quedar al margen de la Sociedad de la Información, el gobierno cubano parece consolidar un camino en la dirección contraria.

Próximamente la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) comenzará a vigilar que sólo se pueda acceder a Internet desde la Isla a través de teléfonos pagados en dólares, o desde números en moneda nacional autorizados por los "Órganos y Organismos de la Administración Central del Estado e Instituciones", según la resolución 180/2003 del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones (MIC).

La medida ha alarmado a organizaciones como Amnistía Internacional, que ha visto "otro intento de cortar el acceso de los cubanos a opiniones alternativas y a un espacio donde debatirlas". En realidad, la resolución sólo busca garantizar el cumplimiento de las disposiciones que La Habana ha ido dictando desde que Cuba se conectó a Internet, en 1996.

Los cubanos tienen prohibidas, salvo permiso oficial, la compra e importación de computadoras y material informático, y la contratación particular de servicios de conexión a la Red de Redes. No obstante, unas 40.000 personas habrían conseguido acceder a Internet, burlando los controles gracias a un mercado negro de contraseñas.

El MIC dice que la 180/2003 está destinada, precisamente, a "propiciar protección contra la sustracción de contraseñas (…), el uso fraudulento y no autorizado".

La otra razón que esgrime el gobierno para mantener su empeño en obstaculizar el acceso a Internet son los "problemas tecnológicos" y de "infraestructura". El ministro del ramo, Ignacio González Planas, afirma que la actual conexión de la Isla "no ofrece el ancho de banda adecuado para satisfacer la demanda".

Para explicar el retraso acumulado tras décadas de escasas inversiones en el sector, La Habana utiliza el mismo argumento con el que suele justificar la mayoría de las limitaciones de Cuba, el "bloqueo" de Estados Unidos y la imposibilidad de hacer compras a sus empresas, dueñas de los principales avances en materia de telecomunicaciones.

Aunque esto sea parcialmente cierto, hoy muchos países y administraciones regionales se valen de mercados alternativos de tecnología y no pagan licencias por el uso de software, como el sistema operativo Linux, que comunidades de profesionales introducen gratuitamente en la red para el manejo público.

La falta de voluntad política para permitir a la población el acceso a Internet, así como la insistencia en comparar a la Isla con los países más pobres del mundo, pone en entredicho el discurso oficial sobre los esfuerzos de la revolución por desarrollar las telecomunicaciones.

Según González Planas, en Cuba se proporciona el acceso "más democrático y masivo" a Internet, hay "un estimado de 270.000 computadoras, de estas el 65 por ciento en red", y más de 480.000 cuentas de correo electrónico.

Las cifras, además de magras, esconden la verdad. El MIC utiliza intencionadamente términos confusos. "En red" no significa "a la red". La mayoría de las computadoras que hay en Cuba están conectadas a una intranet que da acceso sólo a páginas de la Isla, todas bajo control de las autoridades. En cuanto al e-mail, buena parte de quienes tienen el servicio sólo pueden enviar y recibir correos de direcciones dentro del país.

El gobierno nunca ha pretendido que Internet sea para los ciudadanos un servicio de acceso a la información y de conexión con el mundo; su intención, en ese aspecto, ha sido utilizarla como un instrumento de propaganda, similar al resto de los medios de comunicación cubanos. Así, mientras aumentan los sitios web dedicados a defender la política y las causas del régimen, lo hacen también los filtros para impedir el acceso a páginas que La Habana considera peligrosas para su seguridad, como este diario digital.

Tampoco ha estado entre los planes permitir la salida de informaciones y opiniones diferentes a la oficial. Por ese tipo de actividades están en la cárcel 29 periodistas independientes.

El aumento de la vigilancia sobre el acceso a Internet es otra manifestación de la obsesión por sellar cualquier grieta de entrada y salida de información no controlada. Se prohíbe la entrada libre a la Red como se prohíbe la circulación de la prensa internacional, la posesión de un fax o de una antena parabólica para captar señales de televisoras extranjeras.

También es una manifestación de las contradicciones de un régimen que utiliza para su mensaje ideológico una supuesta promoción de la enseñanza y difusión de la Informática, pero se cuida de una extensión real que amenace su poder. Después de cuatro décadas de control absoluto, semejante disyuntiva no deja de ser patética.

Los cubanos encontrarán nuevas formas de acceder a Internet. Demasiados años de obstáculos han agudizado el ingenio. Encuentro en la Red continuará entrando a la Isla por diferentes vías, como ha hecho hasta ahora, a pesar de los constantes intentos de bloqueo por parte del gobierno cubano.

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