www.cubaencuentro.com Viernes, 09 de septiembre de 2005

 
   
 
Represión contra la oposición interna
(21 marzo 2003)
 

El régimen de Fidel Castro ha iniciado una nueva escalada represiva contra la oposición pacífica y la naciente sociedad civil cubana, que converge con otra en curso hace ya varias semanas: la que bajo el eufemismo de "guerra a las drogas" busca desarticular los núcleos de independencia económica y gestión individual que, al margen del Estado, la nación se ha visto obligada a establecer para sobrevivir al cerco totalitario.

Con el pretexto de responder a "las desvergonzadas y reiteradas provocaciones del Jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba", James Cason, decenas de disidentes y periodistas alternativos —muchos de los cuales ni siquiera han tenido contacto con la Oficina de Intereses de EE UU— han sido detenidos en las últimas horas, sus viviendas violentadas y sus pertenencias incautadas. El régimen ha recordado que las "leyes adecuadamente severas contra graves hechos en complicidad con el enemigo que quiere destruirnos no han sido aplicadas, aunque están plenamente vigentes", en clara referencia a la llamada Ley Mordaza o Ley 88, que, aprobada a principios de 1999 por las autoridades, hasta ahora no se instrumentaba con rotundidad. La estrategia del castrismo, en momentos en que el mundo centra su atención en el conflicto de Irak, parece responder a consideraciones oportunistas, toda vez que el prestigio y el terreno ganados por la oposición cubana le resultan intolerables.

Asistimos a la puesta en marcha de una de esas olas represivas que cada cierto tiempo estremecen la Isla, entre un remanso y otro de terror institucionalizado, pero cada vez más intensas y radicales. Otra vuelta de tuerca de un régimen represivo por naturaleza, cuyo miedo a perder el poder se vuelve contra una población indefensa, carente de los más elementales derechos civiles y políticos.

En un momento en que la Comisión Europea inaugura en La Habana una oficina de representación que se anuncia como una "nueva era" en sus relaciones con la isla, que incluye debatir "temas relacionados con los derechos humanos", y considera a Cuba "elegible" para integrar el acuerdo de Cotonou, confiando en que, "el haber presentado su candidatura significa que cumplirá las condiciones del acuerdo", es triste comprobar, una vez más, la nula voluntad del régimen a aceptar ni tan siquiera el mínimo margen de tolerancia en el que se han movido las opciones que proponen otras alternativas de organización de la sociedad cubana y que se ha dado en llamar "disidencia" porque en un régimen totalitario no puede existir una oposición legal.

Desde aquí condenamos esta brutal agresión contra nuestros colegas en el periodismo y la lucha por la democratización de Cuba y exhortamos a todas las asociaciones, grupos, cubanos exiliados y amigos de Cuba, a presionar a todos los niveles para lograr una contundente y unánime condena de la comunidad internacional al régimen represivo de Fidel Castro, y le exija la inmediata liberación de todos los detenidos y presos políticos cubanos en general.

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