Estoy seguro que lo apoyaría también Abel Pacheco, el presidente de Costa Rica. Por estos días pienso darme un saltico por Costa Rica, ya he avisado a través de un embajador amigo, el de la República Checa. ¿Por qué no se crea un grupo de países solidarios con Cuba? Pero el país ideal para eso sería España, porque podría conjugarse el aporte del partido de gobierno y de la oposición española, el PSOE, que ahora se ha sensibilizado con el caso de Cuba y ha asumido una posición valiente que nosotros agradecemos, reconocemos y aplaudimos.

Se reúnen los representantes de 12, 15 ó 20 naciones —no tienen que ser los líderes— en cualquier ciudad de Europa, América, donde sea, y le plantean a Fidel como cuestión primera: libertad inmediata de todos los presos políticos; segundo, derogación de todas las leyes que permiten el estado de terror que existe hoy en Cuba, y después de esas primeras cosas, aunque no fuese de inmediato, exigencia o demanda de que se dé oportunidad a que el pueblo de Cuba se exprese libremente en elecciones transparentes. Un respaldo moral al pueblo que implicaría de por sí una sanción internacional al régimen. Porque soñar con que la comunidad internacional haga lo que hizo con África del Sur, y eso que sobran las razones en el caso cubano, sería una utopía.

En esos países los gobernantes están presos de la política interna y de las oposiciones, porque Castro va a salir con la jugada del embargo…

Sí, pero estos países —algunos de los cuales, como España, no están a favor del embargo— tienen personalidad para exigirle a Castro: "Señor, no estamos hablando del embargo, estamos hablando de derechos fundamentales que son inherentes al ciudadano". Cuba lleva cuarenta y tantos años sin que haya una verdadera consulta, porque esas elecciones que hacen son simulacros, una ridiculez. Sencillamente déle oportunidad al pueblo de Cuba a hablar en voz alta. ¿Por qué personas como Martha Beatriz Roque o Oscar Elías Biscet, que ya cumplieron penas de cárcel, siguen en prisión?

Tienen moral, por ejemplo, el propio Aznar, el presidente de la República Checa, el de Costa Rica, Uruguay y otros líderes. Estoy seguro que se puede contar también con Portugal y varios de la Europa unida, seguro que respaldarían esa política, porque ya la Unión Europea está asumiendo una posición crítica con respecto a Cuba. La iniciativa de Vargas Llosa y de un montón de intelectuales de demandar eso de Castro puede tener seguimiento con los jefes de Gobierno, que ya eso tiene más peso. Se puede pedir, por lo menos, una potencial sanción. Es una gestión que lo menos que puede lograr es convertirse en una expresión de voluntad hacia el pueblo de Cuba. Algo que los cubanos vamos a agradecer de corazón.

¿Cuál cree que sea el rumbo a seguir en el exilio?

El exilio ha ido madurando. En Miami, porque es la expresión principal del exilio, después del caso de Elián la comunidad cubana se sintió afectada, herida, por lo que hizo Clinton con la Reno, y votó a favor del actual presidente de Estados Unidos y ocurrió aquello de que la Florida fue el Estado que tenía que decidir.

Nos vino todo así, como caído del cielo. La comunidad, los mismos grupos, han ido dándose cuenta gradualmente de que hay que apoyar a la resistencia interna. Todavía cuando se dio a conocer el Proyecto Varela hubo alguna gente, torpe o egoísta, que atacó a Payá tremendamente. Hubo uno de nosotros que dijo: "Señores, lo menos que se puede hacer desde el exilio es apoyar cualquier intento de la resistencia interna". Esa actitud recalcitrante ya ha ido menguando, sobre todo gracias a estas cuotas de sacrificio y de dolor que está pagando la resistencia interna, con las prisiones y con este tipo de condena.

No todo el mundo tiene la suerte de venir al exilio con un grado de resignación, como el caso mío y el caso de Mario Chanes. No nos vamos a reventar de angustia ni de desesperación. Pero mucha gente ha sufrido los maltratos de la Seguridad del Estado en la Isla. Hay que vivirlo para saber qué cosa es eso. Desde que pasas por allí te van ultrajando, te tratan de aterrorizar. Las cosas que inventan para tirarte a porquería, para hacerte sufrir… son magos de la perversidad. No quiere decir que el cien por ciento de los oficiales son ogros, porque hay algunas gentes que tienen miedo a manifestar su descontento, pero sí hay unos cuantos que sienten placer siguiendo las órdenes de Raúl Castro y del propio Fidel.